126. Montes de Oca y Somoro desde Villafranca (sur)
near Villafranca-Montes de Oca, Castilla y León (España)
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INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 55 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 460 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Habíamos estado recientemente en los Montes de Oca: una, por el sureste (*); otra, por el norte (**). De ambas salimos más que complacidos. Deslumbrados, a pesar de (en realidad, gracias a; por extraño que pudiera parecer) la densa nubosidad y la cerrada niebla.
De nuevo, no es novedad:
--“Mañana será otro día de sol y calor. ¿Dónde vamos? ¿Nos cobijamos entre las sombras de la espesura de los Montes de Oca y su refrescante humedad?”.
--“Buena idea. Esos montes son muy extensos; no hay peligro de repetirse. Además, allí podemos llegar enseguida y comenzar temprano, antes de que apriete”.
Y allí fuimos. La decisión se tomó a las 6:30 a.m. de ese mismo día. No importó que la tarde-noche anterior hubiéramos planificado y nos hubiéramos dormido con otra estupenda ruta en mente, diferente. Es lo que tienen estas benditas tierras: siempre dispones de multitud de opciones senderistas en la recámara: sea con sol, sea con niebla, sea con frío, sea con nieve…; para algunos, hasta con lluvia…. Tantas, que se te van los ojos hacia todas partes. ‘Conflictos’ de múltiple acercamiento.
LA RUTA
Salimos de Villafranca Montes de Oca en dirección sur por el camino de los Canales. En muchos trechos estaba tupido como si fuera un túnel. Muy pronto (km 1,4) nos encontramos con un motivo de anécdota (ver debajo). Ascendemos mansamente varios km hasta las zonas altas del monte. Espacios abiertos y primeras vistas de los perfiles de la Sierra de la Demanda, al sur. En el km 6 entramos en un profundo bosque; destacan los robles, pero no sólo. Nos desviamos ligeramente a un privilegiado ventanal hacia esa sierra. Al lado nos sorprende un roble viejo al que le han crecido ramas de haya y de acebo (‘ver para creer…’).
A partir del km 8, la vegetación se hace más rala y arbustiva. Destacan las agrestes formaciones rocosas de los barrancos que llevan a la presa de Alba, alimentada por el río Oca. Magníficas panorámicas en el mirador de la zona de Mata de Arroz Quemado. Toca bajar (y subir) por terreno abrupto, hasta encumbrarnos al Somoro. Excelentes vistas, ahora también del norte; y, naturalmente, del recortado embalse, debajo. Descendemos por un hayedo y un robledal hasta el área de la ermita de Nuestra Señora de Oca y el desfiladero. Nos queda poco más de 1 km hasta Villafranca (pero ese último tramo ya es de ‘este’ mundo).
GUÍA Y DIFICULTADES
Seguimos el trazado de ‘Agosto1965’: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/villafranca-montes-de-oca-ruta-circular-arbol-roblehayaacebo-52947433 . Introdujimos pequeñas diferencias, que incrementaron la longitud del nuestro en 800 metros. La guía de ‘Agosto1965’ fue muy útil. Agradecidos.
Hubo, no obstante, dos segmentos merecedores de atención y/o precaución:
(1) En el km 4,2 de ‘Agosto1965’ (km 4,4 nuestro), nos topamos con una muralla de maleza. Ya avisaba ‘Agosto1965’ en julio.de.2020: “…camino un poco cerrado de vegetación…”. En nuestro caso, las ‘escobas’ habrían sido superables (no sin esfuerzo y gallardía), pero las zarzas de espinas como garfios enseguida dejaron serios avisos en nuestras piernas (con pantalón largo y fuerte). Dimos marcha atrás y sustituimos la travesía de ‘Agosto1965’ entre los km 4,2 y 5,2, por la nuestra entre los km 4,6 y 5,6 (por camino de fácil tránsito).
(2) Hay un tramo difícil de fuerte bajada y subida que va del km 8,7 al 9,3 en ‘Agosto1965’ (del km 9,3 al 9,9 nuestro); especialmente, en el inicio del descenso del mirador de Arroz Quemado. Hay que ir con cuidado por la acentuada pendiente y el suelo poco estable. Además, no hay sendero y sí algo de maleza (superable ésta sin problemas). En consecuencia, hay que avanzar despacio y consultando la guía, para no desorientarse en esas condiciones. Y llevar bastón(es) de apoyo y buen calzado.
Aparte de esas dos excepciones de cierta importancia, el resto fue ‘como la seda’. Naturalmente, y como siempre, el caminante ha de llevar por bandera una actitud de auto-exigencia y superación, y estar dispuesto algunas incomodidades (‘¡esto es el monte real y en vivo!’). Obvio.
SOBRESALIENTE
A continuación, destaco algunos (entre los muchos) aspectos que nos encantaron en esta excursión, y después una anécdota que nos dejó cierta pesadumbre sobre un hecho fuera de nuestro control:
En el km 6,5 hay un árbol pasmoso (‘Roblehayaacebo’ lo denomina ‘Agosto1965’). Cuando lo vi en la primera pasada, no noté nada extraño en él. Mayormente, y desde luego su tronco, el árbol es un roble. Hay que fijarse bien para detectar unas pocas ramas de haya y, más aun, para identificar las más escasas (y ¿medio secas?) ramas de acebo. La diferente piel y las hojas distinguen claramente a las tres especies. Alguna semilla de las otras dos debió caer y germinar sobre la parte alta del tronco del roble. Prodigio natural.
Aun siendo una ruta muy boscosa en más del 50% del recorrido, hay varios puntos abiertos al cielo que ofrecen panorámicas para deleitarse. Principalmente, pero no sólo, en los altos de Arroz Quemado (km 9,1), primero, y de Somoro (km 11), después. Vistas de la Sierra de la Demanda, y hasta de la de Mencilla, más al sur; las siluetas de los Montes Obarenes y hasta la Mesa de Oña, por el norte; de los propios Montes de Oca, por doquier; y, por supuesto, las vistas aéreas del embalse/presa de Alba, a nuestros pies.
Los bosques son mayoritariamente de robles, de distintas variedades. Llaman la atención, cautivan (para que vamos a ser cicateros con las alabanzas) los ejemplares vetustos y retorcidos. También hay algunos pinares con buena presencia. Pero, los que realmente hipnotizan (a mí me dejan ‘bizco’) son los hayedos. De ellos hay manchas reducidas en la primera parte del trayecto y, después, en el inicio del descenso desde el alto de Somoro. En este caso, en misteriosa umbría total. No puede uno sino quedarse fascinado.
El desfiladero del Oca ya lo conocíamos, pero no nos resistimos a repetirlo, al menos hasta su puente semi-derruido. El estrecho e irregular ‘sendero de cabras’ (mira bien donde pisas…, a menos que seas una de ellas) se aferra a la base de los farallones de piedra que se desploman sobre el río. La cascada de cerca de 10 metros cae impetuosa tras una tropical telaraña verde. El rumoroso río debajo (‘no mires; escucha…’). Los cortados en los paredones de roca retorcida, etc…. Todo en este desfiladero sobrecoge.
ANÉCDOTA (algo triste)
Muchos otros aspectos atractivos y disfrutables se me quedan en el tintero…. Dejemos espacio y libertad de asombro a nuevos caminantes para su propia experiencia. En contraste, al lado de lo maravilloso, he de referirme a un lado taciturno.
Poco después del inicio de la ruta, vimos un animal en un claro. De tamaño considerable. Estaba quieto, en pie sobre sus cuatro patas. De espaldas. “Shsss, que no se asuste, voy a sacarle una foto”. No se movió. …Me acerqué más. Elevó y giró su cabeza, como respuesta de orientación. Le silbé, le dije “hola”. Apenas si me hizo caso. Le fui rodeando.
No atacó, no huyó. En cambio, mostró, sorprendentemente, otra respuesta defensiva mucho menos usual: la paralización, ‘la estatua’…. En su caso, magnificada, porque volvió y mantuvo su cabeza a un lado (al ‘otro’ lado de donde yo estaba) y hacia abajo, inmóvil. Como el avestruz, dicen; sólo que no era tal, ni tenía alas bajo las que ‘ocultarse’.
Después de circundarlo completamente, a cierta distancia para no molestarlo, no le observé herida alguna (ni un cepo). Se mantuvo erguido, pero su mirada era huidiza. Viendo después las fotos ampliadas, se percibe algo extraño en ella. Sus ojos dan la impresión de ceguera y su expresión facial trasmite desconsuelo (no sé si es mucho imaginar…; a posteriori).
Esto, claro está, lo vimos mucho más tarde, ya de vuelta en casa. Pero, allí y en tiempo real, ¿qué podíamos hacer? Tampoco queríamos añadirle amenaza acercándonos más. Ni alterar el curso de la naturaleza. Nos fuimos algo apenados. Al alejarnos, vimos que se movía despacio hacia el interior del bosque. Había esperanza….
No era una cría, aunque tampoco parecía plenamente adulto. Tendría una altura de unos 80 cm (del suelo al lomo). Hemos visto muchos de su especie, pero nunca como éste. Tenía algo distintivo, unas astas de unos 25 cm, verticales. Parecía claramente un corzo.
CIERRE (más bien alegre)
Partimos hacia la excusión con un objetivo: queríamos templar el calor. Mayormente, lo conseguimos, gracias al bosque. Pero, ya cerca del final, hacia las 12 h del mediodía, los (aún sólo) 25-26 grados de temperatura pesaban. Regresando desde la ermita de Oca hasta Villafranca, caminábamos por una carretera local (algo más de 1 km, inevitable). Ahora no teníamos un bosque donde ampararnos.
Algún coche pasó; correctamente, por su derecha. En la carretera, los peatones circulan, normativamente, por su izquierda. Sin embargo, tozudas en el cumplimiento de las leyes físicas, las sombras de los árboles caían sólo por el lado derecho. ‘Alguien’ (‘alguien’…) se arrimó a ellas y a lo largo se mantuvo atrincherado todo ese trecho de la vía hasta el final. ‘Pecadillo de supervivencia’.
Supongamos, benévolos, que pensó que esa era su izquierda.
RUTAS CERCANAS:
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/montes-de-oca-desde-villafranca-sureste-108632579
(**) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/montes-de-oca-desde-turrientes-109820536
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/alrededor-del-embalse-de-alba-97019476
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/montes-de-oca-desde-alarcia-97533981
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 55 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 460 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Habíamos estado recientemente en los Montes de Oca: una, por el sureste (*); otra, por el norte (**). De ambas salimos más que complacidos. Deslumbrados, a pesar de (en realidad, gracias a; por extraño que pudiera parecer) la densa nubosidad y la cerrada niebla.
De nuevo, no es novedad:
--“Mañana será otro día de sol y calor. ¿Dónde vamos? ¿Nos cobijamos entre las sombras de la espesura de los Montes de Oca y su refrescante humedad?”.
--“Buena idea. Esos montes son muy extensos; no hay peligro de repetirse. Además, allí podemos llegar enseguida y comenzar temprano, antes de que apriete”.
Y allí fuimos. La decisión se tomó a las 6:30 a.m. de ese mismo día. No importó que la tarde-noche anterior hubiéramos planificado y nos hubiéramos dormido con otra estupenda ruta en mente, diferente. Es lo que tienen estas benditas tierras: siempre dispones de multitud de opciones senderistas en la recámara: sea con sol, sea con niebla, sea con frío, sea con nieve…; para algunos, hasta con lluvia…. Tantas, que se te van los ojos hacia todas partes. ‘Conflictos’ de múltiple acercamiento.
LA RUTA
Salimos de Villafranca Montes de Oca en dirección sur por el camino de los Canales. En muchos trechos estaba tupido como si fuera un túnel. Muy pronto (km 1,4) nos encontramos con un motivo de anécdota (ver debajo). Ascendemos mansamente varios km hasta las zonas altas del monte. Espacios abiertos y primeras vistas de los perfiles de la Sierra de la Demanda, al sur. En el km 6 entramos en un profundo bosque; destacan los robles, pero no sólo. Nos desviamos ligeramente a un privilegiado ventanal hacia esa sierra. Al lado nos sorprende un roble viejo al que le han crecido ramas de haya y de acebo (‘ver para creer…’).
A partir del km 8, la vegetación se hace más rala y arbustiva. Destacan las agrestes formaciones rocosas de los barrancos que llevan a la presa de Alba, alimentada por el río Oca. Magníficas panorámicas en el mirador de la zona de Mata de Arroz Quemado. Toca bajar (y subir) por terreno abrupto, hasta encumbrarnos al Somoro. Excelentes vistas, ahora también del norte; y, naturalmente, del recortado embalse, debajo. Descendemos por un hayedo y un robledal hasta el área de la ermita de Nuestra Señora de Oca y el desfiladero. Nos queda poco más de 1 km hasta Villafranca (pero ese último tramo ya es de ‘este’ mundo).
GUÍA Y DIFICULTADES
Seguimos el trazado de ‘Agosto1965’: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/villafranca-montes-de-oca-ruta-circular-arbol-roblehayaacebo-52947433 . Introdujimos pequeñas diferencias, que incrementaron la longitud del nuestro en 800 metros. La guía de ‘Agosto1965’ fue muy útil. Agradecidos.
Hubo, no obstante, dos segmentos merecedores de atención y/o precaución:
(1) En el km 4,2 de ‘Agosto1965’ (km 4,4 nuestro), nos topamos con una muralla de maleza. Ya avisaba ‘Agosto1965’ en julio.de.2020: “…camino un poco cerrado de vegetación…”. En nuestro caso, las ‘escobas’ habrían sido superables (no sin esfuerzo y gallardía), pero las zarzas de espinas como garfios enseguida dejaron serios avisos en nuestras piernas (con pantalón largo y fuerte). Dimos marcha atrás y sustituimos la travesía de ‘Agosto1965’ entre los km 4,2 y 5,2, por la nuestra entre los km 4,6 y 5,6 (por camino de fácil tránsito).
(2) Hay un tramo difícil de fuerte bajada y subida que va del km 8,7 al 9,3 en ‘Agosto1965’ (del km 9,3 al 9,9 nuestro); especialmente, en el inicio del descenso del mirador de Arroz Quemado. Hay que ir con cuidado por la acentuada pendiente y el suelo poco estable. Además, no hay sendero y sí algo de maleza (superable ésta sin problemas). En consecuencia, hay que avanzar despacio y consultando la guía, para no desorientarse en esas condiciones. Y llevar bastón(es) de apoyo y buen calzado.
Aparte de esas dos excepciones de cierta importancia, el resto fue ‘como la seda’. Naturalmente, y como siempre, el caminante ha de llevar por bandera una actitud de auto-exigencia y superación, y estar dispuesto algunas incomodidades (‘¡esto es el monte real y en vivo!’). Obvio.
SOBRESALIENTE
A continuación, destaco algunos (entre los muchos) aspectos que nos encantaron en esta excursión, y después una anécdota que nos dejó cierta pesadumbre sobre un hecho fuera de nuestro control:
En el km 6,5 hay un árbol pasmoso (‘Roblehayaacebo’ lo denomina ‘Agosto1965’). Cuando lo vi en la primera pasada, no noté nada extraño en él. Mayormente, y desde luego su tronco, el árbol es un roble. Hay que fijarse bien para detectar unas pocas ramas de haya y, más aun, para identificar las más escasas (y ¿medio secas?) ramas de acebo. La diferente piel y las hojas distinguen claramente a las tres especies. Alguna semilla de las otras dos debió caer y germinar sobre la parte alta del tronco del roble. Prodigio natural.
Aun siendo una ruta muy boscosa en más del 50% del recorrido, hay varios puntos abiertos al cielo que ofrecen panorámicas para deleitarse. Principalmente, pero no sólo, en los altos de Arroz Quemado (km 9,1), primero, y de Somoro (km 11), después. Vistas de la Sierra de la Demanda, y hasta de la de Mencilla, más al sur; las siluetas de los Montes Obarenes y hasta la Mesa de Oña, por el norte; de los propios Montes de Oca, por doquier; y, por supuesto, las vistas aéreas del embalse/presa de Alba, a nuestros pies.
Los bosques son mayoritariamente de robles, de distintas variedades. Llaman la atención, cautivan (para que vamos a ser cicateros con las alabanzas) los ejemplares vetustos y retorcidos. También hay algunos pinares con buena presencia. Pero, los que realmente hipnotizan (a mí me dejan ‘bizco’) son los hayedos. De ellos hay manchas reducidas en la primera parte del trayecto y, después, en el inicio del descenso desde el alto de Somoro. En este caso, en misteriosa umbría total. No puede uno sino quedarse fascinado.
El desfiladero del Oca ya lo conocíamos, pero no nos resistimos a repetirlo, al menos hasta su puente semi-derruido. El estrecho e irregular ‘sendero de cabras’ (mira bien donde pisas…, a menos que seas una de ellas) se aferra a la base de los farallones de piedra que se desploman sobre el río. La cascada de cerca de 10 metros cae impetuosa tras una tropical telaraña verde. El rumoroso río debajo (‘no mires; escucha…’). Los cortados en los paredones de roca retorcida, etc…. Todo en este desfiladero sobrecoge.
ANÉCDOTA (algo triste)
Muchos otros aspectos atractivos y disfrutables se me quedan en el tintero…. Dejemos espacio y libertad de asombro a nuevos caminantes para su propia experiencia. En contraste, al lado de lo maravilloso, he de referirme a un lado taciturno.
Poco después del inicio de la ruta, vimos un animal en un claro. De tamaño considerable. Estaba quieto, en pie sobre sus cuatro patas. De espaldas. “Shsss, que no se asuste, voy a sacarle una foto”. No se movió. …Me acerqué más. Elevó y giró su cabeza, como respuesta de orientación. Le silbé, le dije “hola”. Apenas si me hizo caso. Le fui rodeando.
No atacó, no huyó. En cambio, mostró, sorprendentemente, otra respuesta defensiva mucho menos usual: la paralización, ‘la estatua’…. En su caso, magnificada, porque volvió y mantuvo su cabeza a un lado (al ‘otro’ lado de donde yo estaba) y hacia abajo, inmóvil. Como el avestruz, dicen; sólo que no era tal, ni tenía alas bajo las que ‘ocultarse’.
Después de circundarlo completamente, a cierta distancia para no molestarlo, no le observé herida alguna (ni un cepo). Se mantuvo erguido, pero su mirada era huidiza. Viendo después las fotos ampliadas, se percibe algo extraño en ella. Sus ojos dan la impresión de ceguera y su expresión facial trasmite desconsuelo (no sé si es mucho imaginar…; a posteriori).
Esto, claro está, lo vimos mucho más tarde, ya de vuelta en casa. Pero, allí y en tiempo real, ¿qué podíamos hacer? Tampoco queríamos añadirle amenaza acercándonos más. Ni alterar el curso de la naturaleza. Nos fuimos algo apenados. Al alejarnos, vimos que se movía despacio hacia el interior del bosque. Había esperanza….
No era una cría, aunque tampoco parecía plenamente adulto. Tendría una altura de unos 80 cm (del suelo al lomo). Hemos visto muchos de su especie, pero nunca como éste. Tenía algo distintivo, unas astas de unos 25 cm, verticales. Parecía claramente un corzo.
CIERRE (más bien alegre)
Partimos hacia la excusión con un objetivo: queríamos templar el calor. Mayormente, lo conseguimos, gracias al bosque. Pero, ya cerca del final, hacia las 12 h del mediodía, los (aún sólo) 25-26 grados de temperatura pesaban. Regresando desde la ermita de Oca hasta Villafranca, caminábamos por una carretera local (algo más de 1 km, inevitable). Ahora no teníamos un bosque donde ampararnos.
Algún coche pasó; correctamente, por su derecha. En la carretera, los peatones circulan, normativamente, por su izquierda. Sin embargo, tozudas en el cumplimiento de las leyes físicas, las sombras de los árboles caían sólo por el lado derecho. ‘Alguien’ (‘alguien’…) se arrimó a ellas y a lo largo se mantuvo atrincherado todo ese trecho de la vía hasta el final. ‘Pecadillo de supervivencia’.
Supongamos, benévolos, que pensó que esa era su izquierda.
RUTAS CERCANAS:
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/montes-de-oca-desde-villafranca-sureste-108632579
(**) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/montes-de-oca-desde-turrientes-109820536
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/alrededor-del-embalse-de-alba-97019476
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/montes-de-oca-desde-alarcia-97533981
Waypoints
Comments (2)
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Mata de Arroz Quemado? Sugerente topónimo en esta ruta que, como es costumbre en maisid, abunda en detalles que a cualquiera se nos pasarían por alto.
Gracias maisid por tus aportaciones
Gracias, luis.itxina. Sí, curioso nombre. Imaginación de los lugareños! Procuro disfrutar de cada milímetro, de cada segundo. Hacían falta algunos detalles para potenciales futuros senderistas.