Montesclaros (Toledo) Ruta de los Caleros y subida al Cerro Don Pedro.

Comarca de la Sierra de San Vicente, en el Valle del Tiétar.
El nombre del pueblo, puede tener su origen en su localización, ya que se establece en un claro del bosque, un llano pequeño, rodeado de montes y cerros calizos.
Atravesado por el arroyo del Bermejo, afluente del Guadyerbas, seco la mayor parte del año.
Salimos de la Calle Corral Patricio y nos dirigimos a la plaza, por calle Segurilla, plaza puerta de abajo y llegamos a la plaza, con un un rollo jurisdiccional, de estilo gótico tardío de 1491. Enfrente del ayuntamiento. Vamos al panel informativo de la ruta y seguimos por la izquierda, siguiendo el PR-TO 26, balizado por la Diputación Provincial de Toledo.
Pasamos por el Palacio de los Marqueses del siglo XVI-XVII. La Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, templo gótico, comienzos del siglo XVI.
Pasamos por la izquierda, por un arco y bajamos a la Carretera.
A la izquierda tenemos un pequeño pozo de origen Romano.
Cruzamos la carretera y seguimos de frente por la Cañada del Madroño. Siguiendo la ruta marcada.
Cogemos el camino de la izquierda, entre grandes y enormes Alcornoques, junto al arroyo de las Lanchas, precioso y agradable paseo, donde nos encontramos, árboles de grandes dimensiones.
Vamos subiendo.
Cruzamos el Camino de Parrillas y en la zona de la Cabezuela giramos a la izquierda. Bajando.
Llegamos al Camino de Parrillas, a la derecha. Cruzamos un paso Canadiense, abandonamos la ruta y vamos a la izquierda subimos hacia arriba, pasamos por un hueco de la alambrada y llegamos al mirador del Cerro de don Pedro, con bonitas vistas de La Sierra de Gredos, La Sierra de San Vicente, las dehesas y el pueblo a nuestros pies.
Volvemos desandando nuestros pasos al camino de Parrillas y continuamos por la izquierda.
Un poco más abajo a la derecha por el Camino de Mejorada.
Pasamos otro paso canadiense y estamos en la zona de los antiguos Hornos, donde se cocían las piedras calizas, para conseguir la Cal, tras varias jornadas de duro trabajo, para ser vendidas por toda la comarca.
A la izquierda, el primero que encontramos es el del Tío Juan, volvemos para ver el de la derecha. Seguimos por el camino y a la izquierda otro que está cegado.
Estamos rodeados de terrenos con mucho mineral, por eso construían aquí los hornos. tienen la estructura de pozos elevados sobre el terreno de hasta cinco metros de profundidad con una anchura máxima también de unos cinco metros, que se construían con mampostería granítica unida con barro. Por una pequeña abertura inferior, la boca de dar fuego, se cargaba de leña fina de jara o retama, la llamada, hornija. En la parte inferior del horno, un saliente del muro en forma de repisa servirá para encañar la piedra caliza, es decir colocarla en forma más o menos abovedada para que pueda absorber bien el calor de la hornija.
La cal era utilizada para encalar las paredes de las casas o para la construcción.
Hasta veinte de estos hornos podemos observar en el camino, cada uno con su nombre propio.
Al llegar al Horno de Cal de Cosa Mala, bajamos por un terreno ondulado por la extración del mineral y de los hornos, llegamos al Carril del Rengel.
En el Paso canadiense por la senda de la derecha, vamos a las Canteras de Mármol, que se usaron para la construcción de importantes obras como la capilla De San Pedro de Alcántara y las fuentes de la Cibeles y Neptuno, en Madrid.
Volvemos a salir al camino y seguimos bajando hasta llegar a los antiguos hornos de cal industriales,
volvemos otra vez.
A la derecha por el Carril del Rengel, vemos dos hornos más.
A la derecha, el paso Canadiense, otra vez.
Llegamosa a la Ermita de San Sebastián, Renacentista del siglo XVII. Al lado una cruz de término, seguramente de finales del s. XVI, con el escudo de los señores de Montesclaros.
A la izquierda y llegamos al pueblo, a la derecha vemos el Potro de Herrar. Y volvemos al punto de inicio y fin de la ruta.