Montgó desde el campo de tiro de Denia (o de la Plana de Justa).

El Montgó es un destino habitual de rutas cercanas, que con el tiempo sufren algunas modificaciones que hacen poco exactos los trazados antiguos. Es también un lugar óptimo de entrenamiento, por su proximidad y exigencia, cuando se planean recorridos de considerable exigencia. Tras hacer la ruta, siguiendo el trazado del PR-CV 355 en esa zona, en recorrido ida y vuelta, hemos apreciado que se han retirado algunos paneles informativos y postes que anteriormente estaban presentes, aunque ahora se puede ver un buen numero de señales de barras pintadas, que hacen muy fácil seguir el itinerario, y además hay un gran número de señales de barras cruzadas con las que se prohibe el paso por los numerosos atajos y trochas que habían creado en el pasado caminantes poco respetuosos con el ecosistema local.
No es un monte fácil y quien desee subirlo debería tener en cuenta que incluso ésta, la vía más tradicional y concurrida, exige una forma física aceptable y un material (fundamentalmente los zapatos) adecuado. Podríamos dividir imaginariamente la ruta en 4 partes, cuya inclinación y dureza aumenta al tiemplo que lo hace la dificultad de paso.
La primera parte, casi llana, se extiende durante unos 1200 metros desde el inicio en el aparcamiento del campo de tiro hasta el inicio del sendero de subida, al final de la pista de la Plana de Justa. Esta parte es fácil, aunque el suelo es irregular y alguna vez hemos visto jabalíes en la zona. Puede ser recorrida por muchas personas, aunque es aconsejable prestar atención al suelo, irregular, con piedra suelta y partes de lapiaz, donde una caida puede producir daño .
La segunda parte comienza en el lugar donde la pista deja paso al sendero de subida, piedra suelta y algo de lapiaz en un suelo irregular, que asciende con una inclinación moderada mientras hace grandes lazadas, durante unos 1000 metros más. Esta parte finaliza con un falso llano que recorre unos 350-400 metros, mientras el sendero se aparta de la vertical del campo de tiro hacia el Barranco de la Llosa, más o menos en la vertical del inicio del Camino de la Colonia.
La tercera parte, otro kilómetro más de longitud, se caracteriza por lazadas de menor tamaño, con mayor inclinación y algunos pasos de cierta compolicación. El suelo muestra bastante piedra suelta y algunas zonas son bastante aéreas. Hemos visto a personas que tienen caidas de varios metros por desviar la atención del suelo que pisan o intentar pasar por lugares inestables.
La cuarta parte se inicia al llegar al fisnal de las lazadas, donde se pasa por un estrecho entre rocas. De aqui en adelante el suelo es roca viva y lapiaz en su mayoría, aunque hay algunas pequeñas zonas de suelo con piedra suelta. La pendiente es importante y aunque el camino está bien señalizado no es raro intentar pasar por sitios diferentoes, lo que representa un peligro potencial para el caminante. El lapiaz deja grietas en las que no es raro encajar el calzado, lo que puede provocar caídas o lesiones. En algunas partes lo más conveniente es ayudarse de las manos para una subida más estable y segura. En un par de zonas se camina por lugares expuestos, muy aéreos, que pueden ser muy molestos para la personas con vértigo.
Al final llegará, si no desiste, al Cim o Cap Gross, que en algunos sitios se cita como la Cruz de Jávea (algo que no verá, aunque seguro que ya ha leído en alguna parte que hay quien piensa que esa cruz fue robada y colocada en otro sitio, pero ya se sabe que la rivalidad entre algunas poblaciones tiene extrañas maneras de manifestarse).
Cuando recorra la cima tendrá la oportunidad de ver vistas espectaculares a una gran parte de la Comunidad Valenciana. Si el día está despejado también podrá ver Ibiza y Formentera, aunque la calima del verano reduce esa posibilidad notablemente.
Cuando decida volver tenga mucho cuidado con la primera parte (esa que era la cuarta en el ascenso), ponga su atención en dónde pisa y apoye las manos sin pudor para asegurar un descenso seguro. Y, si, hay muchas vistas impresionantes,verlas pero si quiere verlas párese, apoye bien los pies y siga bajando cuando haya devuelto toda su atención al suelo. No lleve niños pequeños, algunos lo pasarán mal o pueden sufrir daños. Y recuerde que el ecosistema es muy frágil, la supervivencia del Montgó no está garantizada y sus visitantes son causa habitaul de algunos daños.
La cima está a 752 metros, y el desnivel total positivo a superar es de unos 550 metros,, por lo que los datos que aporta el programa están algo subestimados. Recuerde que es importanta llevar un buen calzado de montaña; los bastones ayudan en alguonos tramos y son un estorbo en otros, si está poco acostumbrado a usarlos puede que sea mejor plegarlos en el cuarto tramo. El agua siempre viene bien, pero en verano se necesita más. Sombrero y protección solar son muy aconsejables.