Montgó. Partida Mitjans. Colls de Pous y Serrallo. Racó Fosc. Camino de las Colonias. Cova del Agua. Racó del Bou. Mitjans.

El Montgó, última estribación de la Cordillera Bética, es un gran macizo cretácico, compuesto fundamentalmente por caliza y margas en el que, como es habitual en ese tipo de terrenos, se puede encontrar una buena cantidad de cuevas. Esta montaña, de gran belleza, constituye la parte fundamental del Macizo del Montgó, declarado Parque Natural en 1987, que cuenta con una superficie de 2117 hectáreas, aunque el área de influencia definida por el PORN alcanza las 7500. Habitado desde el Paleolítico Superior, es notable la riqueza de la flora y fauna que se puede encontrar en ella, destacando particularmente los más de 80 tipos de especies botánicas raras, amenazadas o endémicas que aquí encuentran su hábitat.
En este entorno es posible encontrar multitud de senderos, muchos de los cuales forman parte de rutas homologadas, aunque otra buena cantidad de ellos no lo son. Diseñar rutas alternativas a las habituales es una tarea sencilla y gratificante cuando, como hoy, el resultado parece muy satisfactorio. Y ello cuando, como en muchas otras ocasiones, el diseño teórico era algo distinto pero la práctica aconsejó modificarlo ante imponderables que aparecieron.
La idea inicial era hacer una ruta circular desde Jesús Pobre hasta la Cova del Agua, uno de los accidentes geológicos más importantes del macizo, donde se ubicó en época romana un punto de vigilancia costera de la Legión VII Gemina, de lo que queda como testimonio una inscripción grabada en la roca, y ahora protegida por una reja. En la Cova hay un aljibe del siglo XVI, que recoge el agua que filtra por las paredes.
Para llegar a la Cova se pasa por los Colls de Pous y Serrallo, y en este caso hicimos la vuelta por el Racó del Bou. Inicialmente pensamos volver por la Cova Ampla hacia el inicio de la ruta, pero una bota rota, y el problema para caminar que ello supone, aconsejó evitar la bajada desde la Cova Ampla, por lo que la parte final de la vuelta se hace por el mismo sendero usado para la ida.
Llegamos a la Partida Mitjans, desde Jávea, siguiendo la carretera de Jesús Pobre, de la que salimos en el desvío anunciado a Mitjans, donde aparcamos en una zona apropiada, donde se inicia el sendero que seguimos a continuación (el camino de la Cova Ampla se origina aquí también).
Empezamos a andar hacia el oeste por el sendero que rodea las casas del fondo de Mitjans (no marcado en los mapas, pero claro y en buen estado), que nos llevará hacia el Coll de Pous. A 1 km del origen encontraremos una bifurcación escalonada; el camino de la izquierda, en bajada y que seguimos durante un tiempo para luego volver a la bifurcación, lleva hacia las instalaciones del Club de Golf La Sella, ubicadas en los terrenos de las antiguas alquerías de Ferrando y Gasent. Por la derecha, en subida, el sendero sigue hacia el Coll de Pous, en una zona con un bosque mediterráneo muy agradable. Al llegar al Coll encontraremos señalización vertical y giraremos hacia la derecha, para continuar hacia el Coll del Serrallo (dirección Cim del Montgó). Al llegar a él encontraremos nueva señalización vertical, y estas vez iremos a la izquierda, para seguir la Senda del Racó Fosc, en dirección Demia/Cova del Agua/Ermita Padre Pere. Al inicio de esta parte asistimos al cambio de paisaje y ladera, pasando del valle de Jávea a la costa de Denia, con unas vistas excelentes sobre gran parte del Golfo de Valencia. El descenso es algo lento porque el sendero tiene algunos puntos con bastante pendiente, que salva mediante varias Z y alguna bajada escalonada.
Cuando llegamos abajo entramos en la cola del Camino de las Colonias, por el que vamos progresando hasta llegar al cruce con el sendero que sube por el Barranco del Águila. No tomaremos ahora ese sendero (por el que luego volveremos). En su lugar continuamos por el Camino de las Colonias hasta sobrepasar la entrada del camino que llega, por nuestra izquierda, desde la Ermita del Pare Pere, para salir unos 300 metros más adelante por un sendero, con la entrada algo tapada, pero señalizado, que remonta la ladera norte del Montgó en dirección a la Cova del Agua, al principio con cierta parsimonia y luego ya de un modo bastante agresivo. Encontraremos una bifurcación, en la que seguimos por la izquierda para ir a la Cova; luego volveremos por aquí para seguir hacia el Racó del Ull de Bou. La parte final del ascenso está ahora bastante arreglada, con escalones y quitamiedos instalados, pero el suelo está mojado y, en consecuencia, es bastante resbaladizo, por lo que es necesario tener cierto cuidado para evitar resbalones y caídas. En esa situación sorprende la escasa sensatez que muestran algunas personas que abandonan la ruta para desplazarse fuera de la misma, con evidente y no despreciable riesgo para su salud, y posiblemente para la de otras personas que pueden sufrir las consecuencias en forma de desprendimientos de piedras o colisiones. La grabación tiene en esta zona varios trazados anómalos, debidos a las distorsiones de la señal GPS por la pared de roca y el paso por el interior de la cueva, pero no hay posibilidad de error, porque la ruta es única , bien visible y señalizada.
Tras subir las escaleras de acceso llegaremos al primer nivel de la cueva, donde está una pequeña balsa y el acceso al aljibe, ahora con la pared rota. Hoy encontramos muchas personas en la cueva, cada una con su ocurrencia de paso por donde sus entendederas les sugieren (algunas, como hemos dicho antes, sin muchas luces). Más arriba se accede a un segundo nivel, y también es posible entrar en el túnel del aljibe, aunque es aconsejable llevar una luz apropiada. Las vistas de la vertical pared rocosa del monte en esta zona son impresionantes y bellísimas.
Acabada la visita, descendemos con precaución y volvemos a la bifurcación antes citada, para seguir por la senda que continúa hacia el Racó del Ull de Bou, por un aéreo sendero, al pie de la roca viva, con impresionantes vistas. Pronto encontraremos una bifurcación que nos llevaría por la izquierda hacia la cima del Montgó, mientras que por la derecha el sendero inicia un agresivo descenso que nos llevará de nuevo hasta el Camino de las Colonias, donde encontramos la ruta por la que hemos llegado anteriormente, que ahora desharemos por los mismos sitios, evitando el desvío hacia el Campo de Golf, para volver al lugar donde iniciamos antes y termina ahora la ruta.
En conjunto, un bellísimo itinerario, de cierta exigencia pero sin dificultad técnica importante, que podemos considerar la manera más cómoda y suave de afrontar esta zona del Montgó. Buen calzado de montaña (no necesariamente botas), bastones, abundante agua y algo de comida son recomendaciones claras. Aunque la pared norte es zona de umbría y el bosque cubre buena parte del resto, el sol puede molestar bastante en verano; hoy no lo ha hecho, pero es aconsejable llevar protección adecuada, y alguna prenda de abrigo por si acaso.