Montgó. Puerto de Jávea a Morro Codina y Segunda Cala de San Antonio, ida por San Antonio y vuelta por La Corona.

Días de mal tiempo en Jávea. Una ruta prevista, que se suspende por lluvia, y una salida de última hora "a lo que salga", que no empieza bien. Nos vamos hacia la senda del Faro, pero está cerrada por la Policía porque hay un rescate en marcha de alguien que ha tenido un infarto. Así que volvemos atrás y nos vamos hacia la Cuesta de San Antonio. Mientras subimos el tiempo va mejorando y las nubes negras desaparecen, lo que es bueno, pero la mejoría despierta el instinto innovador y el deseo de saber más. Y la pregunta es siempre la misma en senderismo; ¿Se podría pasar por ahí y hacer una ruta diferente?. Y, claro, nos encontramos con un montón de pasos cerrados, de idas para volver por el mismo lugar, y de destinos que no te habías planteado de inicio. Pero sigue estando la plana del Montgó, en el inicio de la primavera, los acantilados de la costa al norte, el valle de Jávea y la costa sur de la Marina Alta, y algunos senderos por los que no pasa mucha gente y que merece la pena, y mucho, ver. De nuevo una bella experiencia, a las puertas de casa, por senderos y caminos fáciles y (si se dejan a un lado las probaturas en busca de nuevos pasos) muy trillados.
El punto de inicio, claro, está en los alrededores de la Playa de la Grava, en el Puerto de Jávea, donde comenzamos a caminar en dirección al puerto y al Tangó, al llegar al cual un Policía Local nos avisa de que el sendero del Faro está cerrado. Nos damos la vuelta y salimos por unas escaleras que permiten un acceso diferente a la Cuesta de San Antonio, por la que subimos hasta la parte alta, donde está la partida de Balcón de Jávea; continuamos hacia el este por la carretera, en lugar de salir por la calle Salem, como hacemos siempre. Al final, sobre el acantilado, vemos unas terrazas en el monte y parece que se inicia un sendero que tal vez vaya hacia ellas, pero luego vemos que se acaba poco más allá, al final de una construcción, y no parece haber paso posible. Así que vuelta atrás y seguimos subiendo por la carretera.
Llegaremos así a la calle Peñáguila, donde giramos a la derecha para ir hacia la carretera del Cabo San Antonio, que cruzaremos para llegar a una pista/sendero paralela que recibe el nombre de Camí del Barranc, donde giramos a la derecha para encontrar a unos 300 metros un cerco de madera que rodea una construcción de piedra. Es un horno de cal recién restaurado, y merece la pena pararse a verlo. A poca distancia, al otro lado de la carretera, hay un grupo de hornos, con la cueva de los caleros, que también merece la pena visitar.
Poco más adelante encontraremos, por la izquierda, la salida de un sendero bien trazado y fácilmente identificable, que nos lleva hacia un pequeño promontorio rocoso en el acantilado marino. Es el Morro Codina, donde encontraremos excelentes vistas sobre los acantilados y la plana del Montgó, que al inicio de la primavera comienza a llenarse de flores y, más aún con las recientes lluvias, está verde y preciosa. Volvemos atrás, para llegar al Área Recretiva situada en este lugar; en su parte norte, las mesas están algo viejas pero es un lugar espléndido para descansar un rato y "repostar". Al norte del muro que cierra el Área hay una traza de sendero, que seguimos por un rato, para continuarse con otra traza que gira hacia el norte y empieza a descender por el pequeño barranco existente en esta zona; la vegetación lo cierra progresivamente, y por eso desistimos de seguir recorriéndolo, pero parece claro que el sendero debe llegar hasta el borde del acantilado.
Volvemos atrás y buscamos el paso desde la traza de sendero hacia el sendero marcado que continúa hacia el Cabo, paralelamente a la carretera. Algo más adelante encontraremos la salida por la izquierda de un nuevo sendero bien marcado y mantenido, que nos lleva hacia el acantilado en la zona de la Segunda Cala de San Antonio. Este es, posiblemente, el lugar con mejores vistas sobre el acantilado de Jávea/Cabo de San Antonio, lleno de cuevas y realmente impresionante. Una advertencia, al asomarme al borde tuve sensación de vértigo, y yo no tengo vértigo, por lo que debo prevenir a las personas que lo tengan y deseen visitar ese lugar; permanezcan un poco distanciados del borde, o busquen apoyos o sujeciones con los que evitar una posible crisis vertiginosa.
Desde aquí iniciamos la vuelta, deshaciendo el camino por el que hemos venido hasta llegar a la calle Peñáguila. Aquí tendríamos la opción de pasar por un sendero (con un cartel que reclama que es de propiedad privada), que nos llevaría a la parte de la Calle Peñáguila que baja por La Corona hacia el Puerto de Jávea. El problema para un senderista es que eso implica varios kilómetros de calle asfaltada, y preferimos evitarlo.
Así que seguimos adelante, hasta la calle del Monestir (se utiliza el término Avenida, pero tal vez es un poco excesivo para una pista no asfaltada), que nos llevará a la zona de los Molinos.
Alcanzamos así un sendero que cruza. Por la izquierda continúa en dirección a la costa y la vecina calle Peñáguila, aunque luego se convierte en una traza, bastante perceptible pero cada vez más complicada, con una zona que requiere una destrepada de varios metros, sin que quede claro desde arriba cómo se puede acceder a la calle. Así que echamos marcha atrás y volvemos hacia los molinos, para a continuación bajar por la senda de la Serpeta, bien marcada y muy bonita, que en un rápido descenso nos llevará hasta la calle PuigMolins, en la parte oeste de La Corona, desde donde seguimos bajando hasta llegar al Camino Viejo de la Mar, por el que llegamos a la calle Ovidi Monllor y luego a la Avenida de los Fueros, para alcanzar finalmente el punto de inicio, donde termina la ruta.
En conjunto, una preciosa ruta, con una parte urbana de suelo asfaltado, pero una mayoría de recorrido por pistas y senderos, algunos de excelente calidad, y con el común denominador, como en todo el Montgó, de excelentes vistas desde muchos sitios. En esta ruta destacan particularmente la Segunda Cala de San Antonio y el Morro Codina, con sus impresionantes vistas. De longitud media y desnivel escaso, recomendaríamos evitar las zonas puntuales de sendero en ida y vuelta, producidos por los intentos de encontrar nuevas vías de acceso (no acertamos ni una sola vez, pero forma parte de la diversión); no hay puntos de dificultad técnica significativa, aunque conviene llevar buen calzado de monte y la senda de la Serpeta requiere cierto cuidado o experiencia para evitar resbalones. Bastones y algo de agua, sobre todo en verano, son recomendaciones adicionales. No llevamos comida, pero puede ser conveniente si se lleva a niños.