Montnegre Les Gavarres-Montigalar 100 Cims-Balcó de les Bruixes

Enrevesada ruta de extravagante diseño que se inicia en Montnegre, Girona (cerca de Sant Mateo de Montnegre). Ya la carretera de acceso nos sorprende porque discurre entre una abundante y florida vegetación, ofreciendo un amplio panorama de verdes montañas hasta donde alcanza la vista. Aparcamos junto al camino de entrada de una aislada masia, anexa a la Ermita de Santa María de Montnegre. Iniciamos la andadura por la carretera hasta el primer giro para adentrarnos en la pista. Debemos ir atentos y no olvidar lo aprendido al estudiar la ruta. Su caprichosa forma con idas y venidas, pasando en ocasiones varias veces por el mismo punto, no responde al despiste del caminante, sino al mandato de la orografía que así lo impone. Enfilamos en primer lugar hacia el Balcó de les Bruixes por senda y más tarde por sendero, descubriendo que el nombre de ese mágico enclave le hace justicia. En una plataforma elevada, rodeada de rocas a resguardo de indiscretas miradas, un pequeño claro se presta a imaginar los aquelarres que puede haber albergado, cuando las brujas se ofrecían a la diosa Selene en las noches de plenilunio. A su alrededor lomas,cerros y montes le confieren un aspecto único. Justo enfrente se vislumbra el Montigalar, incluido en la lista de 100 Cims, imponente en su altura y dominando todo el entorno. Desandando el camino y enfilando hacia él, superamos rápidamente el desafío del rocoso y en ocasiones resbaladizo sendero, para en su cima, posar para la posteridad recortando nuestras siluetas contra el cielo para parecer más poderosos. Pronto perdemos el orgullo, cuando descubrimos que el recipiente que deberia contener el libro de visitas ilustres, esta vacío. Descendiendo a la pista , en un deja-vu ya comentado , recorremos un largo trecho hasta coger un sendero que desciende velozmente y donde pagamos el consabido peaje con las zarzas, que dominadoras y sibilinas, se mimetizan para rasgar nuestra piel. La Riera Rissec, aunque seca, nos alivia al ensanchar el sendero y nos acompaña por la senda hasta un puente, donde girando a la diestra llegamos a la Font Picant. Sorprendentemente coincidimos varios grupos, a pesar de que toda la ruta ha sido solitaria, y en número de nueve, nos turnamos para curiosear por los alrededores de esta fuente de aspecto y color ferruginoso. Aquí, una fuerte y empecinada subida, consume las energías que hemos ahorrado en el resto del tranquilo y plácido recorrido. Inacabable, resbaladiza y suponemos peligrosa en momentos de alta humedad o con lluvia. Alternando sendas, senderos y pista volvemos a la carretera, visitando la Font del Montnegre, totalmente seca, y la Ermita de Santa María de Montnegre para llegar al aparcamiento y finalizar la ruta de hoy. La calificación de moderada corresponde a los problemas de agarre en general, y a la fuerte y resbaladiza subida al salir de la Font Picant, en particular.