Morra de los Cerezos, Peña Corba, Escalera de Faustino, la Traviesa

Que la Sierra de las Villas es una maravilla ,no es solo un pareado, es una inapelable realidad; la gran desconocida de éste Parque Natural no desmerece en absoluto a sus hermanas mayores,más turísticas y visitadas, encerrando grandes tesoros y paisajes de ensueño pese a haber sido victima del mayor incendio que se recuerda en la zona y que devasto más de 5.000 hectáreas en el año 2.005. Cada ruta que realizamos en ésta Sierra nos sorprende con creces y nos deja un grato sabor de boca y ésta no lo es menos, pues aunque nueva en sí misma ,en realidad durante casi toda ella recorremos lugares ya conocidos. Pasamos por una espectacular "escalera" como llaman los serranos a los pasos entre los casi inexpugnables trancos y recorremos algunos de los mejores balcones de éstas Sierras como son la Morra de los Cerezos (1.668 m), el Cerro de la Nava de Domingo Viejo (1.544 m), la Piedra de los Desesperados (1.583 m) y Peña Corba o Corva (1.559 m) . Diversos cortijos salpican todo el recorrido, la mayoría de ellos habitados, rasgo que también diferencia a ésta sierra de sus hermanas, donde los cortijos, cortijadas y aldeas en su mayor parte fueron abandonadas o expropiadas con la creación del Coto Nacional de Caza. Otra curiosidad es que muchos de éstos cortijos fueron rehabilitados por ciudadanos de nacionalidad extranjera. Y claro donde hay o hubo cortijos, hay o hubo senderos para llegar a éstos y comunicarlos, sin duda una joya etnográfica que se está perdiendo al igual que los bellos tornajos de madera en las fuentes y veneros.
Gracias a nuestro compañero Miguel Armenteros y al Club de Senderismo SAFA de Linares por preparar y organizar tan fantástico día y ruta.

Partimos del área recreativa de Gil Cobo, en la carretera transversal de la sierra de las Villas y tomamos la pista forestal que desde aquí arranca al SE . Pasamos por la bonita cerrada de San Ginés, acompañando al arroyo Aguascebas de Gil Cobo. En una bifurcación, tomamos la pista de la derecha, que asciende hacia el Sur, SO, hacia la Lancha de la Escalera (el de la izquierda nos lleva al collado Perenoso), para en breves metros y un poco antes de llegar a la fuente Colorá, salirnos de la pista (de seguirla llegaríamos a los Llanos de Jabalcaballo pasando antes por el refugio de la Majalserbal y la fuente del Tejo) y remontar en barranco que forma ésta fuente por su margen natural derecho, por un sendero que al principio está un poco perdido. Éste sendero que termina desdibujandose nos lleva al collado del Muerto, pero antes de llegar al mismo, campo a través entre un pinar, al Este, ascendemos en busca del viejo refugio o caseta de vigilantes de la Morra de los Cerezos (Pedro Miguel en algunos mapas). Se llega a éste sin demasiada dificultad pero teniendo que pasar un pequeño tranco donde hay que ayudarse con las manos.
Disfrutamos largamente de éste prodigioso mirador ; que como un gran montañero bautizo acertadamente , "posiblemente el mejor balcón de la Sierra Villana". Es recomendable acercarse con las debidas precauciones al espolón frente a la caseta, pues allí podemos disfrutar plenamente de sus vistas. Descendemos a la Nava de Domingo el Viejo , para lo que campo a través hacia el Sur descendemos hasta que nos topamos con un viejo sendero que nos lleva hasta la nava. Nos asomamos a los increíbles cortados del Cerro de la Nava de Domingo el Viejo. Seguimos hacia el Sur y buscamos el punto débil para subir a la Piedra de los Desesperados, todo éste tramo con espectaculares vistas del Interior del Parque, sobretodo del Valle del Guadalquivir. Seguimos cresteando hacia el Sur en busca de las Cumbrecillas (1.506 m), para lo que en un principio buscamos una alambrada y pasamos por su izquierda, una vereilla nos llevará de forma bastante cómoda hasta la base de Peña Corva, lugar donde campo a través hacia el SE y buscando una brecha entre los cortados ascendemos a dicha Peña.
Éste es otro impresionante balcón y que decir de las espectaculares fotografías que se obtienen desde un poco más abajo, sin duda un lugar de imprescindible visita y no hay excusa posible ,pues la pista que desde Gil Cobo lleva a Jabalcaballo y por donde discurre el GR-247, pasa por la misma base de ésta peña, siendo la manera más sencilla y cómoda de acceder a la misma.
Después de reponer fuerzas junto a Peña Corva, emprendemos la marcha, hacia el Oeste, buscando el incipiente arroyo del Pardal. Pasamos junto a una fuente con tornajos de obra (los viejos de madera están por ahí cerca tirados en el suelo) y seguimos por una veredita que acompaña al arroyo. Llegamos a un afloramiento rocoso y seguimos los hitos que nos llevarán por el lugar más cómodo, pues el arroyo pasa por una estrecha cerrada. Pasamos junto al cortijo de la Berraza y buscamos de nuevo el arroyo, que ahora pasa a llamarse de la Cañada del Avellano. Una clara, cómoda y bonita vereda nos lleva hasta las Casas de la Cañada del Avellano, todo el tiempo junto al arroyo, entre chopos y otros árboles de ribera y muchos membrillos. Hay que decir que en épocas de fuertes lluvias puede ser un problema pasar por aquí, pues se trata de una zona muy llana e inundable, lo que los serranos llaman chortales.
Bordeamos a las Casas de la Cañada del Avellano, pasamos junto a las mismas , cruzamos un pequeño arroyo y hacia el Norte seguimos un bonito sendero que nos lleva a el Cortijo de los Chortales, en un principio entre el lapiaz cuesta encontrarlo, para a medida que entra en el pinar se va viendo con más definición. A la derecha de éste cortijo comienza el sendero de la espectacular escalera de Faustino o Romana, la cual seguimos hacia el Norte, hasta que dicho sendero termina junto a un carril, justo a la altura del Santuario Hippie (para visitarlo hay que desviarse unos metros de el carril al Oeste. Tomamos éste carril hacia el NE cruzando el Arroyo de Aguascebas de la Fuente del Tejo, pasamos junto al Cortijo del Prado de los Chopos (bellísimo lugar) y el Cortijo de la Cruz de Juan Nuñez. Obviamos un carril a la derecha primero y otro a la izquierda después. Pasamos junto a otro cortijillo y finalmente a la Casilla de la Cruz, donde hay una bifurcación de carriles. El de la izquierda nos llevaría en breves kilómetros a la carretera transversal de la sierra en el paraje conocido como la Nava del Rico. Pero nosotros tomamos el de la derecha, hacia el Este, NE, pasando por la Majada la Carrasca y por encima del nuevo cortijo del Raso de la Escalera. El carril va perdiendo entidad tras pasar por el acceso a éste último cortijo y asciende hasta el precioso collado del Raso, entre los espectaculares cortados de la Lancha de la Escalera y los cerros que tenemos al NO. En éste collado se sitúan las ruinas del viejo cortijo del Raso o de la Traviesa. Seguimos el carril hacia el NE, para en breves metros llegar al cortijo de la Traviesa, junto a la carretera transversal y transformado en restaurante. Solo resta 1 km de asfalto para cerra ésta ruta, pero la gluco-cebada nos esperaba y el autobús que nos trajo nos tendría que recoger en el restaurante bar de la Traviesa.