Morrón Chico por Sendas de la Solana y Caracol. Malvariche I o Morrón de Arriba por la pedrera. Sierra Espuña.

NOTA IMPORTANTE: LA DIFICULTAD CON LA QUE CATALOGO MIS RUTAS ESTÁ REFERIDA PARA MONTAÑEROS HABITUADOS A CAMINAR, QUE SE DESENVUELVEN CON SOLTURA POR TODOS LOS TERRENOS, NO PARA SENDERISTAS OCASIONALES. SI TIENES POCA EXPERIENCIA, AÑÁDELE UN GRADO MÁS A LA DIFICULTAD DE MIS RUTAS PARA NO LLEVARTE SORPRESAS.

Aviso: Las rutas aquí descritas, así como los tracks para GPS, son meramente orientativas. Queda bajo la responsabilidad de quien las realice, las medidas de seguridad propias de cada itinerario, que dependerán de las condiciones meteorológicas y de la preparación tanto física como técnica del que la lleve a cabo. Toda la información aquí disponible es informativa, eximiéndose los autores de responsabilidad alguna ante cualquier percance que pudiera sufrir quien por voluntad propia o inducida realice la ruta.

Las previsiones meteorológicas eran malas en la sierra de Serrella, que era originalmente la zona de la ruta que tenía el bueno de Manuel en su chistera y con muy buen criterio la cambio por esta completa y atractiva ruta, a la par que exigente, sobre todo por la salvaje subida por la pedrera a la cima del pico Malvariche I, también conocido como Morrón Alto. Así que podemos decir que subimos a dos morrones en el mismo día, el más famoso Morrón Chico (también conocido como de Alhama) y al citado Morrón Alto. Y no subimos a un tercero, vecino de este último, conocido como Morrón Bajo o Malvariche II. Aún así tuvimos mucha suerte con la meteorología ya que estuvo lloviendo copiosamente durante gran parte de la noche y poco antes de llegar nosotros, pero el día fue fresquito pero bastante bueno, a excepción del amago de chaparrón que nos cayó al final de la ruta en la zona de los Pozos de la Nieve.
Dejamos los coches en el aparcamiento de los pozos, cerca del Collado Mangueta. La ruta tiene un primer tramo muy panorámico y bello, primera por la agradable Senda de la Solana del Morrón (algo perdida en algún tramo) y después por la famosa Senda del Caracol, para después ascender al cercano Morrón Chico (al que le hemos dado la vuelta), continuando después por otra senda, también a tramos semiperdida, hasta el Collado Blanco. Desde éste bajamos primero a Fuente Blanco y ya en Prado Mayor tomamos (tras atravesar la puerta del vallado cinegético) la senda que nos baja por el frondoso Valle de Malvariche, teniendo ya a nuestra izquierda la vista de las impresionantes paredes que caen a norte de los dos Morrones (o Malvariches). Tras atravesar una zona llena de nummulites (antiguos pequeños moluscos con forma de moneda y de lentejas) nos acercamos a las ruinas de las Casas de Malvariche, pero antes de llegar nos desviamos a izquierda para afrontar la larga subida de casi 600m hasta la cima del Pico Malvariche I. Esta ascensión es la parte sin duda más dura de nuestra ruta, no tanto por el desnivel sino por el terreno, poco definido, al principio por traza escasa, marcada con algún hito, luego por el interior de un barranco y después por la empinada pedrera, por terreno algo descompuesto, que estando mojado, como era nuestro caso, requería de más cuidado. Una vez que llegamos bajo las altas paredes que caen a norte desde nuestro objetivo, vamos girando primero a derecha y ya en el tramo final a izquierda para ganar nuestra cima. El día estaba bastante brumoso así que las vistas estaban bastante limitadas. Pero en días más claros las vistas en este pico son realmente impresionantes. Con muy buen criterio Manolo descartó la ascensión al vecino hermano de esta cima, el Malvariche II porque el agua estaba a punto de comenzar a caer. Y así fue, ya que en la travesía, algo incómoda ya que se hace campo a través, hasta los Pozos de la Nieve, ya nos comenzó a llover, llegando a apretar en intensidad en un momento dado. Ya en el cómodo camino desde los pozos hasta el cercano aparcamiento, dejó prácticamente de caer agua.
En resumen, una bonita y exigente caminata, con un grupete muy majo de amigos del Emsa y liderada como siempre por el buen maestro de ceremonias de Manuel.