Mortolitos-Rambla de La Santa-Sagrado Corazón-Rendija de la Huerta-Aledo-Bco La Fontanilla-Rambla de Los Molinos. Anthercas

Accesos: Autovía Murcia-Lorca, salida 609 en dirección Aledo (RM-502), aparcamiento a la izquierda en el camino del trasvase Tajo-Segura (37°47'6.73"N 1°31'23.86"W).

Salimos 31 Andarines por el Camino de Los Mortolitos, tomando el Itinerario Ecoturístico de Peregrinaje y Senderismo de Totana a La Santa; transcurre por la Rambla de la Santa, con lecho arenoso y arbustivo de gran belleza; por escalones, continuamos el sendero vallado salvando un arco acueducto, para ramblear hasta otro arco acueducto; por su izquierda ascendemos por sendero a la Balsa de Los Mortolitos, llaneamos por la antigua acequia de La Carrasquilla, un canal en desuso con tubería; en el cruce, torcemos a la izquierda por sendero con tramos de pronunciada pendiente; en el collado continuamos a la izquierda, acercándonos al borde de la carretera, llegamos a la cima del Balcón, donde se encuentra el monumento escultural al Sagrado Corazón, con magníficas vistas del pueblo de Aledo y el Valle del Guadalentín.

Descendemos a la pista del Vía Crucis, observando el Santuario de Santa Eulalia en el paraje de La Santa. Cruzamos el Área recreativa El Ángel, en la rotonda, por carretera en desuso C-7, cruzamos el caserío en Montisol bajo, para tomar el sendero de bajada por un ramblizo; en la bifurcación de senderos dejamos el GR 252 proveniente de la Rambla de Yéchar, seguimos por la derecha al collado (514 m) en la Rendija de la Huerta; cruzamos un ramblizo en La Fontanilla y tomamos el mantente; en un cruce de sendas, ascendemos fuertemente hacia El Hoyo, paralelos al Barranco de La Fontanilla, aprovechando el soterramiento de un canal de la Mancomunidad del Taibilla; en la cumbre amesetada del alargado cerro y escarpadas laderas, vemos el altivo pueblo de Aledo.

Entramos por la Plaza del Caudillo donde se halla el Ayuntamiento, torcemos por la Iglesia de Santa María La Real a la Torre del Homenaje; construida por los musulmanes en la Alta Edad Media como vigía del Valle del Guadalentín, para soportar asedios contaba con un sistema de captura subterráneo, el “pozo de los Moros”; tras la conquista cristiana, la conocida como torre de la Calahorra, fue reconstruida bajo auspicios de la Orden de Santiago. Desde su mirador vemos la Sierra de la Tercia, la Rambla de Lébor, el Cabezo de la Cimbra y las Sierras de maría y Espuña.

Descendemos por la Puerta de las Tradiciones hecha en bronce a La Picota, construcción cilíndrica de ladrillo y argamasa, donde se ataba a los reos o se clavaban sus miembros como escarnio público; por la Calle de Los Romanos, balcón de fenómenos geológicos, hacemos la cuesta de areniscas costeras de hace siete millones de años; la misma torre de la Calahorra, se asienta sobre un bloque rocoso, formado por arrecifes coralinos; en las baldosas del suelo vemos dendrítas de pirolusita que nos recuerdan a fósiles de plantas, las dentritas son ramificaciones características en procesos de crecimiento de cristales y la pirolusita es dióxido de manganeso.

En vez de seguir por el Sendero de Las Cuestas en el cruce, lo hacemos por un viejo camino que rodea la zona amurallada, bajo una multitud de oquedades (tafonis), fenómenos de meteorización de las areniscas marinas (erosión alveolar) y las tres formaciones geológicas que forman el cerro de Aledo, tras la retirada progresiva del mar durante el Mioceno superior. Observamos también una filtración de agua proveniente del “pozo de los Moros”, producto de la superposición de areniscas permeables con margas impermeables; el degradado sendero cruza el Barranco de La Fontanilla, transcurriendo paralelo a la Rambla de Los Molinos; se suceden cortijos abandonados con casas de reciente construcción, viejos acueductos con nuevas canalizaciones, casas de huerta abandonadas junto a fincas productivas.

En la Ermita Virgen de Las Huertas, bajamos a la humanizada Rambla de Los Molinos revestida de pequeños baladres, piteras deshechas, dispersos algarrobos y parrales de ladera; pasamos primero bajo el Canal del Trasvase Tajo-Segura, después a la derecha ya por su margen de vuelta a los coches. Con acabado feliz en la Venta La Rata y remate final brindando con la bebida espirituosa de Totana gracias a nuestro compañero Larios.

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