Mosteiro de Carboeiro y Fervenza do Río Toxa

SENDEROS DE GLORIA (XXX)
De mañana temprano conduje hacia Silleda. La niebla cerrada casi me obliga a bajarme del coche y tirar de él porque no se veía un burro a tres pasos. Afortunadamente, al llegar al área recreativa de A Carixa el día ya se había despejado y subí por un precioso sendero hasta el Mosteiro de Carboeiro al que, si lo desean, pueden llegar por carretera pero, si son pecadores como yo, les gustará disfrutar de A ponte do demo (el puente del demonio para los cristianos) que se encuentra justo antes de que los caminantes ascendamos la última rampa. De hecho, casi me quedo allí porque me pone mucho el nombre.
El monasterio, reconstruído en parte, conserva bastante bien la iglesia y es posible visitarlo por 1,50 euros, bajar a la cripta y ascender a las torres.
Tras la visita monástica me di una vuelta por la llamada "senda botánica" que lo rodea y que pasa al lado del río Deza. Como siempre, los benedictinos eligieron mal sitio para establecerse, ya saben.
Dejé para el final de mi ruta de hoy el plato fuerte y, tras descender desde el Monasterio, encaminé mis pasos hacia la cascada más alta de Galicia, en el río Toxa. Sendero espectacular y más espectacular todavía la fervenza que deja caer sus aguas desde una altura de más de sesenta metros.
Total, trece kilómetros que me han encantado aunque, como pueden comprobar los que me leen, casi todos los caminos me gustan en mayor o menor medida y lo importante es disfrutar de lo que la naturaleza (y los frailes) nos ofrece a través de rutas que no se podrían hacer de otro modo y que me ayudan a mantenerme físicamente activo (hasta cierto punto) llegado a esta edad tan puñetera en la que algunos amigos parecen empeñarse en comenzar a morirse mientras yo me empeño en seguir caminando aunque sin un destino concreto y sin ánimo de batir ningún récord, tal como pude comprobar cuando un joven me adelantó como un avión en una de las subidas. ¡Allá él!