MUDUEX- CAMINO DE TRIJUEQUE-FUENTE DE LA ICEDRA-VALDEARENAS-MUDUEX

DATOS SOBRE LA RUTA

Distancia total 8 kms. aprox.
Duración total 1 hora 45 minutos
Tipo de marcha Circular
Desnivel 180 m. aprox.
Dificultad media
Tipo de camino pistas y sendas
Agua potable Si, Fuente de la Icedra
Época recomendada Cualquiera, evitando el fuerte calor





Salimos del pueblo por la carretera o por el camino del río. Pasamos el frontón y cogemos una pista paralela al Badiel que finaliza en Valdearenas. En un principio esta pista transcurre junto a una frondosa alameda. Hay que localizar el inicio del antiguo camino que llevaba a Trijueque, a unos 300 metros se encuentra el inicio del camino que vamos a tomar. La entrada es un poco confusa pero no tendrá pérdida si estamos atentos al inicio de un carril que sube hacia unos olivos, este carril está justo en frente de una parcela alambrada situada en el valle al otro lado del río. Subimos por este carril, pronto veremos una especie de barranco que en realidad es el comienzo del camino de Trijueque. Ya no habrá pérdida posible, el camino está bien definido hasta allanar.


El camino de Trijueque es sin duda el que más atractivos ofrece para la práctica del senderismo de los que salen de Muduex. Camino olvidado durante varias décadas, se ha vuelto a recuperar. Su abundante vegetación nos protege del sol en la época de verano, tampoco encontraremos el molesto barro en la periodos de lluvia. El caminante tendrá en todo momento la sensación de verse envuelto por una bóveda vegetal. No es una senda fatigosa de subir ya que en muchos tramos tiende a llanear. Los olivares abandonados se entremezclan con los árboles autóctonos quienes van ganando terreno.


Hacia la mitad de la cuesta aconsejo visitar un chozo que se encuentra junto al camino. El chozo, es una construcción formada, o bien por un labrador o a veces por un pastor, al recoger las piedras de la parcela que obstaculizan su cultivo. Se suelen amontonar de cualquier forma y se crea un majano, pero hay quien las junta de forma elegante y práctica construyendo una especie de rústico refugio. En el término de Muduex
tenemos varios ejemplares, y este, es de los mas sobresalientes. Aunque el chozo está muy cerca del camino es difícil su localización. El caminante deberá estar atento a la presencia de un olivo en el mismo camino que estamos recorriendo. A la altura del olivo nos salimos del camino hacia abajo, nuestra derecha si estamos subiendo, no tardando en encontrarlo camuflado entre aliagas y vegetación diversa.


El camino de Trijueque, al contrario que los otros caminos que suben las cuestas (cuesta del Gamellón, Cuesta de Santa Ana y Cuesta de Carramedio), no era un camino de labranza. Se utilizaba para ir andando a Trijueque al igual que había otros caminos, perdidos en la actualidad, para desplazarse andando o con mula a los pueblos vecinos.


Allanamos por fin. El paisaje, que según subíamos se iba ampliando, alcanza aquí su máximo esplendor. Ernest Hemingway, escritor, premio nobel, corresponsal de un periódico norteamericano que en la pasada guerra civil durante la batalla de Guadalajara se asomó al valle del Badiel muy cerca de donde estamos nosotros escribió lo siguiente: Below us in the valley were the brown huddled houses of the towns of Utande and Mudeux. To the justify lay Hita, like a cubist picture against the steep cone-schaped hill. (Bajo nosotros en el valle estaban los castaños grupos de casas de los pueblo de Utande y Mudeux. Al lado izquierdo Hita, como un cuadro cubista contra la empinada colina en forma de cono). Es un párrafo con algún error pero no deja de ser curioso.

Nada más allanar nos hemos tropezado con una pista que transcurre paralela al borde de la cuesta asomándose al "cuadro cubista" como escribió Hemingway, cogemos esta pista hacia la derecha. Después de aproximadamente 1 km. esta pista desaparece y deberemos atravesar unas parcelas de cereal para coger el camino que nos conduce a Valdearenas.

Empezamos a bajar la cuesta observando que el frondoso bosque que nos acompañó en nuestra subida ha desaparecido durante la bajada siendo la misma cuesta y escasa la distancia. Pronto nos encontraremos con unos humedales y Llegamos a la Fuente de la Icedra, fuente situada en la cañada real rodeada de zarzamoras. Fuente cuya construcción data de finales del XIX. Piedras laboriosamente trabajadas que culminaban en dos grandes piedras adornando la construcción. Tristemente una de ellas ha sido arrancada de su posición inicial y arrojada al suelo, al igual que su caño destrozado. Sobre este lamentable suceso aconsejo visitar la pag. http://antonio1924.blogia.com/index.php donde una persona dolida en forma de poema con el título "a la Icedra" expresa su más profunda indignación.


Continuamos bajando y la pista nos lleva hasta las mismas casas de Valdearenas. Tenemos dos posibilidades, o bien cogemos la pista que sale a la derecha y nos llevará de vuelta a Muduex, o también el caminante se sentirá recompensado si decide hacer una visita al pueblo cuyo encanto no se ha visto sacudido por las naves agrícolas que rodean y afean los pueblos cercanos. Pueblo que ha sabido resistir los embates de los tiempos moderno y hoy día se puede decir que sigue conservando ese atractivo relajante de los pueblos antiguos No hace muchos años, cuando el precio del aceite de oliva era alto, los habitantes de Valdearenas tuvieron su época de esplendor, de todos los pueblos vecinos venían personas a ganarse el jornal en la época de la recogida de la aceituna.
Paseando por el pueblo si estamos atentos a los detalles quizás notemos reflejado en su caserío ese apogeo económico. Sobre el caserío de Valdearenas se levanta la fantasmal figura de su Iglesia en ruinas, cuya reconstrucción es una asignatura pendiente para sus habitantes.


De vuelta a Muduex la tranquila pista deja a nuestra derecha la cuesta con su olivares y a la izquierda tierras de cereal y el rió Badiel a poca distancia. Entre los dos pueblos pasaremos por una frondosa alameda, que inexplicablemente se conoce con el nombre de "el pinar" refugio de animales como corzos y jabalíes A esta altura y al otro lado del rió vemos una construcción en el lugar conocido como la "huerta del tío Felix", caseta de aperos y labranza pero llama la atención su pequeño porche en forma de arco. La huerta fue una fascinante plantación de árboles frutales. Seguimos nuestro camino de vuelta y en kilómetro y medio estamos entrando en Muduex cerrando el círculo.