Muduex, Valdearenas; umbría, solana

Al dejar la A2 en la salida 83 y tomar la carretera hacia Miralrío, el viajero se sorprende al encontrar de pronto un profundo barranco (de unos 200 m) que obliga a la carretera a torcer y bajar por una ladera de severa umbría (mejor no lo hagan en día de fuerte helada). Más sorprendente aún es que este barranco lo ha abierto el minúsculo río Badiel.
Deseábamos recorrer los caminos ancestrales recogidos en los mapas del IGN que los lugareños usaron durante siglos antes construirse la carretera actual. Y para cerrar un circuito hemos reunido dos caminos muy heterogéneos en una sola marcha: el deseado, que discurre por la mencionada umbría, y el de cierre, que lo hace por la solana. El primero no se debe tomar en días de fuerte helada; ni el segundo en día caluroso.
Salimos, pues, de Muduex por el camino de la umbría que antiguamente llevaba a Trijueque, a cubierto de bosque de encina, con suave pendiente uniforme. Cuando la naturaleza nos proporciona aberturas sacamos fotos. Ascendemos 200 m, caminamos un poco por la altiplanicie superior y luego tomamos otro cómodo camino, no tan hermoso, que nos baja a Valdearenas.
En Valdearenas tomamos una cómoda y poco atractiva pista forestal que sube con lentitud otros 200 m por la ladera opuesta, expuesta plenamente al sol, que nos proporciona también muy bellas vistas de un valle en el que contrastan los cultivos segados color fontaneda con los árboles verdes que todavía no anticipan el otoño. Una vez arriba, en el Alto de la Alcarria, avanzamos como medio kilómetro para asomarnos a otros barrancos, el del Chorrón y el del Hombre. Después retrocedemos y bajamos a Muduex por un camino antiguo que de nuevo nos proporciona hermosas vistas del barranco del Badiel a la hora en que el sol penetra en él hasta el fondo.