Murcia. Ruta urbana y monumental. Real Casino de Murcia.
near Murcia, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Esta es una ruta diseñada sobre mapa, fijando la posición de los monumentos que consideramos más interesantes dentro del casco urbano, céntrico, de Murcia. Comenzamos a realizarla físicamente, comprobando la exactitud del track, y más adelante nos encontramos con los consabidos artefactos cada vez que entrábamos en uno de los monumentos, por lo que decidimos subir la ruta diseñada en lugar de la realizada, en el convencimiento de que será mucho más fácil de seguir.
Pero hubo además otra cosa que condicionó el desarrollo de la visita. Tuvimos la inmensa suerte de que uno de los más distinguidos arquitectos de la Comunidad, Juan Carlos Cartagena, nos recibiese en el Casino, nos acompañase durante la visita a las instalaciones y nos informará de los aspectos más relevantes sobre su construcción, modificaciones en el diseño original a medida que se sucedían las ampliaciones y el proceso de rehabilitación del conjunto, que el dirigió personalmente, en años recientes. El impresionante conocimiento Juan Carlos así brindado convirtió esa visita en lo más relevante, en esta ocasión, de nuestra visita a Murcia, por lo que hemos colocado diversas fotos del Casino en el panel de fotos de inicio, además de las que figuran en el apartado correspondiente, y hemos usado parte de la información presentada para la preparación de este texto. Nos sentimos vívamente honrados y agradecidos por su magistral presentación, y por el amor a Murcia que constantemente ponía de manifiesto en ella.
El Real Casino de Murcia, que este es su nombre verdadero, tiene su entrada en la calla Trapería, número 18, se constituyó en 1847 aunque la construcción no comenzó hasta 1853, y fue declarado monumento histórico artístico nacional en 1983, siendo desde entonces considerado BIC en la categoría de monumento. La evolución desde la construcción inicial (en el palacete del Conde de Campo Hermoso, recayente a la calle Lucas, que fué la ubicación inicial), y su tránsito, en 1853 al Palacete del Marqués del Vado, y luego hasta el gran edificio actual ha sido muy compleja, no sólo por el ensamblaje de las distintas parcelas que se fueron adquiriendo, e incorporando posteriormente, sino también por los distintos estilos que perviven en sus salones, aunque tal vez sería mejor considerarlos como las corrientes artísticas de moda en la segunda mitad del siglo XIX y los comienzos del XX, como dicen en el resumen histórico informativo. A partir de la mitad del siglo XX, la institución entró en declive progresivo, como muchas otras instituciones similares del Estado, pero afortunadamente el inicio del siglo XXI se acompañó de una rehabilitación modélica que ha devuelto todo su esplendor a la Institución.
En cualquier caso, ver copias del plano municipal de mitad del siglo XIX, donde se pueden apreciar las múltiples calles que pasaban por su interior, es muy interesante, aunque tal vez algo menos que imaginar las dificultades arquitectonicas que planteó la incorporación de los distintos bloques, para llegar a un resultado en apariencia perfecto, pero lleno de trampas que el Arquitecto (precisamente quien diseñó el plan restaurador llevado a cabo entre los años 2006 y 2009) nos descubre a cada paso (para cosas realizadas durante la rehabilitación del edificio tales como tapar grietas, corregir niveles, tensar cúpulas o crear soportes adicionales para estructuras muy sobrecargadas, además de recuperar al menos aparentemente todo el lujo y vistosidad que el edificio tuvo en sus mejores días); todo ello hizo muy amena la visita, al tiempo que aumentaba nuestra admiración por la complejidad y belleza de este edificio tan singular, que no en vano es el lugar civil más visitado de la Región de Murcia.
La planta baja es visitable, aunque pudimos acceder a la práctica totalidad del edificio. La portada de la calle Trapería es de estilo ecléctico, con influencias sobre todo modernistas, y a ambos lados se encuentran dos salas acristaladas (conocidas como las "Peceras"), cuyo diseño fue reutilizado en el Palacio de Parque Florido, actual sede de la Fundación Lázaro Galdeano. Por detrás accedemos, por una escalinata, al Patio Árabe, de estilo neoNazarí y obra, al igual que las peceras, de Manuel Castaños; la bóveda de cristal que cubre su cima es la parte más alta del edificio y la leyenda que recorre su base dice: "Nada es más grande que Allah". Pasado el Patio Árabe entramos en las Galerías Acristaladas, de distribuciòn cruciforme y cuya galería norte-sur se acabó en 1866. A la izquierda de la galería este-oeste podemos ver la Biblioteca, comprada en Inglaterra y que conserva buen numero de libros con encuadernaciones de época; cuando pasamos había varios estudiantes en la Biblioteca y alguno de nosotros exteriorizamos nuestra envídia por poder hacerlo en un lugar tan notable. Algo más adelante, en el mismo lado, encontraremos el Tocador de Señoras y el Salón de Té (hoy utilizado como sala de yoga). Al otro lado de la galería encontraremos el soberbio Restaurante.
A la derecha, vueltos a la Galería, tenemos el Congresillo, centro de la vida social de Murcia durante muchos años, y justo detrás podemos encontrar el Salón de Baile, un salón neoBarroco, de doble altura, con paredes estucadas y techos decorados, y 5 grandes lámparas de bronce, con baño de oro adornadas por 1800 piezas de cristal de Bacarat. Uno se imagina solicitando, atribulado, un hueco en el carnet mientras una revisa displicente si puede acceder. Sociedad de otro tiempo, solo para algunos, que ahora pasa a ser de muchos, o de todos, para ver e imaginar. Sí, de ilusión también se vive, y seguro que no es la peor forma de hacerlo.
Y seguimos adelante, y salimos al Patio Pompeyano y, pasado este, la Sala de Billar. Y ya estamos en la confluencia de las Galerías Acristaladas, donde termina la visita pública, la parte más importante estéticamente del edificio, aunque podemos suponer con fundadas razones que los socios que tienen acceso a todo el resto del edificio disfrutan de una institución única.
Hay muchas cosas interesantes, algunas magistrales, que ver en Murcia. La mayoría están alrededor de la Catedral y este edificio, así que déjese perder por las calles y vaya descubriendo esa tienda sorprendente, ese Pub histórico, esos Restaurante renombrados (muchos con precios sorprendentemente contenidos), y tantas plazas y callejas donde percibir el pulso de una Región viva, positiva y bellísima. Antes, en la Almoloya, hemos tenido la oportunidad de saborear el peso de la cultura argárica, cuyos orígenes son anteriores a las primeras dinastías faraónicas, mañana tendremos la oportunidad de visitar Sierra Espuña y contemplar una naturaleza única. Sí, definitivamente Murcia tiene muchas razones para volver.
Pero hubo además otra cosa que condicionó el desarrollo de la visita. Tuvimos la inmensa suerte de que uno de los más distinguidos arquitectos de la Comunidad, Juan Carlos Cartagena, nos recibiese en el Casino, nos acompañase durante la visita a las instalaciones y nos informará de los aspectos más relevantes sobre su construcción, modificaciones en el diseño original a medida que se sucedían las ampliaciones y el proceso de rehabilitación del conjunto, que el dirigió personalmente, en años recientes. El impresionante conocimiento Juan Carlos así brindado convirtió esa visita en lo más relevante, en esta ocasión, de nuestra visita a Murcia, por lo que hemos colocado diversas fotos del Casino en el panel de fotos de inicio, además de las que figuran en el apartado correspondiente, y hemos usado parte de la información presentada para la preparación de este texto. Nos sentimos vívamente honrados y agradecidos por su magistral presentación, y por el amor a Murcia que constantemente ponía de manifiesto en ella.
El Real Casino de Murcia, que este es su nombre verdadero, tiene su entrada en la calla Trapería, número 18, se constituyó en 1847 aunque la construcción no comenzó hasta 1853, y fue declarado monumento histórico artístico nacional en 1983, siendo desde entonces considerado BIC en la categoría de monumento. La evolución desde la construcción inicial (en el palacete del Conde de Campo Hermoso, recayente a la calle Lucas, que fué la ubicación inicial), y su tránsito, en 1853 al Palacete del Marqués del Vado, y luego hasta el gran edificio actual ha sido muy compleja, no sólo por el ensamblaje de las distintas parcelas que se fueron adquiriendo, e incorporando posteriormente, sino también por los distintos estilos que perviven en sus salones, aunque tal vez sería mejor considerarlos como las corrientes artísticas de moda en la segunda mitad del siglo XIX y los comienzos del XX, como dicen en el resumen histórico informativo. A partir de la mitad del siglo XX, la institución entró en declive progresivo, como muchas otras instituciones similares del Estado, pero afortunadamente el inicio del siglo XXI se acompañó de una rehabilitación modélica que ha devuelto todo su esplendor a la Institución.
En cualquier caso, ver copias del plano municipal de mitad del siglo XIX, donde se pueden apreciar las múltiples calles que pasaban por su interior, es muy interesante, aunque tal vez algo menos que imaginar las dificultades arquitectonicas que planteó la incorporación de los distintos bloques, para llegar a un resultado en apariencia perfecto, pero lleno de trampas que el Arquitecto (precisamente quien diseñó el plan restaurador llevado a cabo entre los años 2006 y 2009) nos descubre a cada paso (para cosas realizadas durante la rehabilitación del edificio tales como tapar grietas, corregir niveles, tensar cúpulas o crear soportes adicionales para estructuras muy sobrecargadas, además de recuperar al menos aparentemente todo el lujo y vistosidad que el edificio tuvo en sus mejores días); todo ello hizo muy amena la visita, al tiempo que aumentaba nuestra admiración por la complejidad y belleza de este edificio tan singular, que no en vano es el lugar civil más visitado de la Región de Murcia.
La planta baja es visitable, aunque pudimos acceder a la práctica totalidad del edificio. La portada de la calle Trapería es de estilo ecléctico, con influencias sobre todo modernistas, y a ambos lados se encuentran dos salas acristaladas (conocidas como las "Peceras"), cuyo diseño fue reutilizado en el Palacio de Parque Florido, actual sede de la Fundación Lázaro Galdeano. Por detrás accedemos, por una escalinata, al Patio Árabe, de estilo neoNazarí y obra, al igual que las peceras, de Manuel Castaños; la bóveda de cristal que cubre su cima es la parte más alta del edificio y la leyenda que recorre su base dice: "Nada es más grande que Allah". Pasado el Patio Árabe entramos en las Galerías Acristaladas, de distribuciòn cruciforme y cuya galería norte-sur se acabó en 1866. A la izquierda de la galería este-oeste podemos ver la Biblioteca, comprada en Inglaterra y que conserva buen numero de libros con encuadernaciones de época; cuando pasamos había varios estudiantes en la Biblioteca y alguno de nosotros exteriorizamos nuestra envídia por poder hacerlo en un lugar tan notable. Algo más adelante, en el mismo lado, encontraremos el Tocador de Señoras y el Salón de Té (hoy utilizado como sala de yoga). Al otro lado de la galería encontraremos el soberbio Restaurante.
A la derecha, vueltos a la Galería, tenemos el Congresillo, centro de la vida social de Murcia durante muchos años, y justo detrás podemos encontrar el Salón de Baile, un salón neoBarroco, de doble altura, con paredes estucadas y techos decorados, y 5 grandes lámparas de bronce, con baño de oro adornadas por 1800 piezas de cristal de Bacarat. Uno se imagina solicitando, atribulado, un hueco en el carnet mientras una revisa displicente si puede acceder. Sociedad de otro tiempo, solo para algunos, que ahora pasa a ser de muchos, o de todos, para ver e imaginar. Sí, de ilusión también se vive, y seguro que no es la peor forma de hacerlo.
Y seguimos adelante, y salimos al Patio Pompeyano y, pasado este, la Sala de Billar. Y ya estamos en la confluencia de las Galerías Acristaladas, donde termina la visita pública, la parte más importante estéticamente del edificio, aunque podemos suponer con fundadas razones que los socios que tienen acceso a todo el resto del edificio disfrutan de una institución única.
Hay muchas cosas interesantes, algunas magistrales, que ver en Murcia. La mayoría están alrededor de la Catedral y este edificio, así que déjese perder por las calles y vaya descubriendo esa tienda sorprendente, ese Pub histórico, esos Restaurante renombrados (muchos con precios sorprendentemente contenidos), y tantas plazas y callejas donde percibir el pulso de una Región viva, positiva y bellísima. Antes, en la Almoloya, hemos tenido la oportunidad de saborear el peso de la cultura argárica, cuyos orígenes son anteriores a las primeras dinastías faraónicas, mañana tendremos la oportunidad de visitar Sierra Espuña y contemplar una naturaleza única. Sí, definitivamente Murcia tiene muchas razones para volver.
Waypoints
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170 ft
Palacio de la Inquisición
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165 ft
Glorieta España. Acceso a parking Belluga
Waypoint
182 ft
San Juan de Dios
Waypoint
174 ft
San Juan Bautista
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169 ft
Ig Santa Eulalia
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172 ft
Ig San Lorenzo
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172 ft
Universidad
Waypoint
178 ft
Palacio Fontes
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Scenery
Easy
Era la segunda ruta del día, fácil con la posibilidad de intercambiar opiniones culturales; además con la suerte de tener una visita al CASINO, guiada por el arquitecto que ha realizado las reformas, un lujo y el asombro de ver la cantidad de innovaciones de espacios y materiales, y de contemplar la vida de la institución como referente cultural de la ciudad
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Easy
Interesante y fácil recorrido. El Casino es muy notable.
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Excelente ruta cultural
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Easy
Una oportunidad bien aprovechada
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Moderate
Magnífico recorrido y extraordinaria visita al Casino