Murua-Gonga-Pagazuri-Arroriano-Gorbea/Gorbeia-Aldamin-Campas de Arraba-Pagomakurre-Areatza
near Murua, País Vasco (España)
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Itinerary description
Segunda ruta para mi en este inicio de año 2023, pero el primero para mi amiga, y queríamos estrenar la temporada por todo lo alto. En Euskadi, hay tres picos que destacan sobre los demás, los más populares. Éstos son Aizkorri, Anboto y Gorbea. Ella tenía hecho los 2 primeros, pero le faltaba el Gorbea, y en vista de la gran previsión meteorológica que indicaban para hoy, decidimos que era el momento ideal para atacarlo, y que mi amiga consiguiera la triple corona.
Entre todos los itinerarios posibles, he creído oportuno realizar una travesía de larga distancia y desnivel, pero que mayormente se realiza por cómodas pistas y senderos. La primera mitad del recorrido transcurre por territorio alavés (desde Murua hasta el Gorbea), y la segunda mitad por territorio vizcaíno (desde el Gorbea hasta Areatza).
Así pues, nos desplazamos al concejo alavés de Murua, perteneciente al municipio de Zigoitia. Si bien es cierto que nos iba a hacer un día cojonudo, la mañana ha sido extraordinariamente fría, el entorno estaba totalmente helado.
Llegamos a la hora perfecta, unos 45min antes del amanecer, tiempo más que de sobra para completar el recorrido antes de que anochezca.
Partimos de la parada de bus, pasamos al lado de una gran fuente donde podemos llenar las botellas de agua muy fresca y buena, y después salimos del pueblo.
Tras hacer un doble giro izquierda-derecha, y tras pasar al lado de un pequeño parking habilitado, iniciamos el ascenso rumbo al Gorbea.
Los primeros km son muy suaves y llevaderos, yendo por una ancha pista de tierra y piedras, al principio por un bonito hayedo, y después a cielo abierto, momento en que casualmente disfrutamos del amanecer.
A medida que ganamos altitud, las vistas se amplían considerablemente, hasta el punto de poder ver montes y sierras como el Anboto, Txindoki, Aizkorri, Aratz, Sierra de Baio, Montes de Vitoria, Pico San Lorenzo, Sierra de Toloño, Sierra de Badaia, y alguno que otro más.
Seguimos cuesta arriba de forma muy cómoda, el sendero no nos exige lo más mínimo. Tenemos la posibilidad de tomar atajos en varias ocasiones, pero no lo vemos necesario, así que seguimos por la pista principal en todo momento.
En un punto concreto, vemos por el lado izquierdo un cartel que indica "Gonga"). Se supone que a unos pocos metros se encuentra la verdadera cumbre de dicho "monte". Lo pongo entre comillas porque ni hay elevación ni nada que haga pensar que pueda haber una cima ahí. Aún así, decidimos entrar a buscarlo, y apuntarnos un tanto más. En principio debería de haber un mojón de piedras, pero no hemos visto nada aparte de arbustos. Aún así, lo incluyo como pico coronado (1062m). A lo lejos se observa también parte del macizo de Sierra Salvada.
Volvemos a la pista, y seguimos ganando altura lentamente, aunque ahora la pendiente empieza a ser algo más exigente.
Llegamos a otra zona abierta, y ahora si, vemos al fondo nuestro principal objetivo, la cruz del monte Gorbea.
Pero antes, tenemos que coronar otras 2 cumbres secundarias. La primera, el Pagazuri (1307m), se sitúa un poco más adelante de un giro a la izquierda, en otra zona llana, rodeada de helechos. Magnifica vista del Gorbea y de la mayoría de montes y sierras nombradas anteriormente. Aquí al menos si que hay un buzón, tenemos premio!
Unos cientos de metros más adelante, se encuentra la tercera cumbre del día, el Arroriano. Pero, a diferencia de los otros 2, para llegar aqui hay que complicarse un poco la vida, ya que está algo lejos de la pista principal. Hay que meterse entre helechos y matorrales, aunque el avance no es nada complicado, solo un poco incómodo.
En pocos minutos, llegamos a la cima del Arroriano (1341m). Aquí observamos buena parte de la alargada loma cimera del Gorbea, por su vertiente Sur.
Seguimos de frente, hasta conectar de nuevo con la pista. Ahora, tenemos 2 opciones, girar a la izquierda, y encarar el ascenso a la cruz de manera directa por un amplio sendero, o realizarlo por el lado derecho, haciendo un rodeo algo más largo. Nosotros vamos al grano, y decimos ir por donde va todo el mundo, osea, por la vía directa.
Los últimos metros de ascenso son bastante más empinados y exigentes que los km anteriores, pero no nos importa, ya que sabemos que el final está cerca, y que muy pronto, volveremos a ver la cruz, pero esta vez para hacer cumbre al Gorbea.
Dicho y hecho, en unos 20 minitos llegamos a la suave y herbosa loma cimera, y a la enorme cruz de 17m del monte Gorbea o Gorbeia (1482m).
La panorámica que abarca desde la cumbre es descomunal, más aún en un día claro y limpio como el de hoy. Hay un panel al lado del buzón indicando todos los montes y lugares que se llegan a observar, así que me ahorro dar la lista de todos ellos, simplemente id allí y disfrutarlo.
Tras hacer las más que obligadas fotos de rigor, y después de realizar un largo parón para comer y beber algo, iniciamos el descenso rumbo a nuestro destino, el municipio vizcaíno de Areatza.
Hasta ahora las rampas han sido más o menos llevaderas, y el terreno sumamente cómodo, pero en la primera mitad de la bajada ésta dinámica cambiaría por completo.
Lo primero, es descender 200m de desnivel en unos 450m de camino, osea, caminar por una pendiente media del 40-45%, una p barbaridad. El terreno mayormente es hierba, aunque de estar tan pisado, hay tramos de tierra, y patinan un poco, así que hay que bajar despacio y asegurando cada paso, si no queréis resbalar y bajar rodando como un queso.
Llegamos al punto más bajo, es decir, al collado de Aldamiñaspe. Si hay algo en que tanto mi amiga como yo estuvimos de acuerdo, es en la impresión que da ver semejante pala desde abajo, impone muchísimo.
Aquí tenemos 3 opciones: girar a la derecha y descender en dirección al Humedal de Saldropo o la localidad de Ubide, entre otros sitios, girar a la izquierda, y descender hacia las Campas de Arraba y el parking de Pagomakurre, entre otros sitios, o seguir recto y ascender un corto pero incómodo repecho por roca y hierba para coronar el monte Aldamin. Yo siempre que he ido al Gorbea, no he fallado en mi cita con el Aldamin, y puesto que mi amiga se encontraba bien físicamente, fuimos directo a coronar dicha cumbre.
El Aldamin parece más de lo que es, se presenta como un monte imponente, muy rocoso y de difícil acceso, pero nada más lejos de la realidad. Tiene más de un itinerario, y todos ellos son fáciles de realizar, aunque tanto para subir como para bajar, requiere usar las manos para avanzar con seguridad.
En pocos minutos, llegamos al buzón y enorme mojón de piedra cimero del monte Aldamin (1373m). Vistas similares al Gorbea hacia el Norte, Este y Oeste, con la diferencia del Norte, donde se ve la enorme y empinadísima silueta herbosa del Gorbea, y la gente subiendo y bajando, como si fueran diminutas hormigas.
Se acabaron las cimas por hoy, ahora si, toca bajar rumbo a Areatza. Pero antes, debemos pasar por 2 lugares clave, las Campas de Arraba y el parking de Pagomakurre.
Para llegar al primero, debemos superar un par de incómodos canales, siendo el primero de ellos de roca y tierra muy resbaladiza. Hay que tomarse la bajada con tranquilidad, cuidar cada paso, ya que el riesgo de resbalón y torcedura es muy alto.
Una vez superado este obstáculo, avanzamos en semillano por un sendero natural, pasando primero al lado de una ermita y un refugio particular, y después por una bonita campa herbosa.
Es después de esta campa cuando debemos superar la segunda canal. Aquí apenas hay rocas, pero la tierra es mucho más resbaladiza, por la alta presencia de barro. Mismo patrón, despacio y con buena letra, superamos este escollo, y ahora si, relax absoluto, ya que hemos llegado a la gran Campa de Arraba.
Pasamos por el refugio oficial del Gorbea, también llamado Ángel Sopeña.
Hacemos una segunda parada para comer y beber, y luego, retomamos la marcha, yendo por un sendero que atraviesa Arraba. No los vimos arriba en el Gorbea, pero aquí sí que vimos a los caballos pastando, siempre dando un plus de belleza y alegría para la vista a este magnífico paraje.
A continuación, llegamos a un cruce de caminos. Ahora, debemos ir por la derecha, y descender por una ancha pista de piedras, en suave pendiente. Las vistas siguen siendo extraordinarias, pero hay que destacar que aquí veremos por última vez las cumbres del Aldamin y Gorbea. Con mucho pesar, toca decir adiós a este maravilloso macizo.
Después de varios minutos de relajante descenso, llegamos al parking de Pagomakurre. Aquí también hay un parque y una gran fuente, donde aprovechamos para reponer nuestras botellas.
La mayoría de la gente ya se había marchado. En la cima del Gorbea había un gran ambiente, pero se notaba que el atardecer estaba cerca, y que era hora de irse. A nosotros aún nos quedaba un buen rato de caminata, pero sin el menor riesgo o peligro, ya que lo que nos resta de descenso es coser y cantar.
Lo primero, es andar unos cientos de metros por la carretera, hasta llegar a un cruce. Abandonamos el asfalto para ir por una ancha pista natural. Luego, giramos a la derecha, y seguimos por otra pista, haciendo caso a las marcas PR amarilla y blanca.
Nos desviamos un par de minutos de la pista para acceder a un pequeño mirador, donde se observa los macizos de Anboto, Oiz y Aramotz, entre otros.
Volvemos a la pista, y enseguida, hacemos un giro cerrado a la izquierda. Ahora, descendemos por una pista de piedras, algo incómoda pero sin dificultad. Luego, el camino mejora un poco, no hay tanta piedra, y se puede andar más rápido.
De aquí hasta el final la dinámica es casi la misma. Dejamos atrás la piedra para ir ya por senda natural, a la vez que nos adentramos en un bosque.
En otro cruce, giramos a la izquierda, y ya sólo nos queda pasar por el pequeño barrio de Launtzain, andar por una breve pero empinada pista asfaltada, y en última instancia, llegamos al fin a nuestro destino, el municipio de Areatza, el cual recorremos parcialmente, hasta volver a la iglesia y parada de bus de la localidad, donde ponemos punto y final a esta larga y exigente, pero a la vez sencilla y preciosa ruta. Muy recomendable.
Entre todos los itinerarios posibles, he creído oportuno realizar una travesía de larga distancia y desnivel, pero que mayormente se realiza por cómodas pistas y senderos. La primera mitad del recorrido transcurre por territorio alavés (desde Murua hasta el Gorbea), y la segunda mitad por territorio vizcaíno (desde el Gorbea hasta Areatza).
Así pues, nos desplazamos al concejo alavés de Murua, perteneciente al municipio de Zigoitia. Si bien es cierto que nos iba a hacer un día cojonudo, la mañana ha sido extraordinariamente fría, el entorno estaba totalmente helado.
Llegamos a la hora perfecta, unos 45min antes del amanecer, tiempo más que de sobra para completar el recorrido antes de que anochezca.
Partimos de la parada de bus, pasamos al lado de una gran fuente donde podemos llenar las botellas de agua muy fresca y buena, y después salimos del pueblo.
Tras hacer un doble giro izquierda-derecha, y tras pasar al lado de un pequeño parking habilitado, iniciamos el ascenso rumbo al Gorbea.
Los primeros km son muy suaves y llevaderos, yendo por una ancha pista de tierra y piedras, al principio por un bonito hayedo, y después a cielo abierto, momento en que casualmente disfrutamos del amanecer.
A medida que ganamos altitud, las vistas se amplían considerablemente, hasta el punto de poder ver montes y sierras como el Anboto, Txindoki, Aizkorri, Aratz, Sierra de Baio, Montes de Vitoria, Pico San Lorenzo, Sierra de Toloño, Sierra de Badaia, y alguno que otro más.
Seguimos cuesta arriba de forma muy cómoda, el sendero no nos exige lo más mínimo. Tenemos la posibilidad de tomar atajos en varias ocasiones, pero no lo vemos necesario, así que seguimos por la pista principal en todo momento.
En un punto concreto, vemos por el lado izquierdo un cartel que indica "Gonga"). Se supone que a unos pocos metros se encuentra la verdadera cumbre de dicho "monte". Lo pongo entre comillas porque ni hay elevación ni nada que haga pensar que pueda haber una cima ahí. Aún así, decidimos entrar a buscarlo, y apuntarnos un tanto más. En principio debería de haber un mojón de piedras, pero no hemos visto nada aparte de arbustos. Aún así, lo incluyo como pico coronado (1062m). A lo lejos se observa también parte del macizo de Sierra Salvada.
Volvemos a la pista, y seguimos ganando altura lentamente, aunque ahora la pendiente empieza a ser algo más exigente.
Llegamos a otra zona abierta, y ahora si, vemos al fondo nuestro principal objetivo, la cruz del monte Gorbea.
Pero antes, tenemos que coronar otras 2 cumbres secundarias. La primera, el Pagazuri (1307m), se sitúa un poco más adelante de un giro a la izquierda, en otra zona llana, rodeada de helechos. Magnifica vista del Gorbea y de la mayoría de montes y sierras nombradas anteriormente. Aquí al menos si que hay un buzón, tenemos premio!
Unos cientos de metros más adelante, se encuentra la tercera cumbre del día, el Arroriano. Pero, a diferencia de los otros 2, para llegar aqui hay que complicarse un poco la vida, ya que está algo lejos de la pista principal. Hay que meterse entre helechos y matorrales, aunque el avance no es nada complicado, solo un poco incómodo.
En pocos minutos, llegamos a la cima del Arroriano (1341m). Aquí observamos buena parte de la alargada loma cimera del Gorbea, por su vertiente Sur.
Seguimos de frente, hasta conectar de nuevo con la pista. Ahora, tenemos 2 opciones, girar a la izquierda, y encarar el ascenso a la cruz de manera directa por un amplio sendero, o realizarlo por el lado derecho, haciendo un rodeo algo más largo. Nosotros vamos al grano, y decimos ir por donde va todo el mundo, osea, por la vía directa.
Los últimos metros de ascenso son bastante más empinados y exigentes que los km anteriores, pero no nos importa, ya que sabemos que el final está cerca, y que muy pronto, volveremos a ver la cruz, pero esta vez para hacer cumbre al Gorbea.
Dicho y hecho, en unos 20 minitos llegamos a la suave y herbosa loma cimera, y a la enorme cruz de 17m del monte Gorbea o Gorbeia (1482m).
La panorámica que abarca desde la cumbre es descomunal, más aún en un día claro y limpio como el de hoy. Hay un panel al lado del buzón indicando todos los montes y lugares que se llegan a observar, así que me ahorro dar la lista de todos ellos, simplemente id allí y disfrutarlo.
Tras hacer las más que obligadas fotos de rigor, y después de realizar un largo parón para comer y beber algo, iniciamos el descenso rumbo a nuestro destino, el municipio vizcaíno de Areatza.
Hasta ahora las rampas han sido más o menos llevaderas, y el terreno sumamente cómodo, pero en la primera mitad de la bajada ésta dinámica cambiaría por completo.
Lo primero, es descender 200m de desnivel en unos 450m de camino, osea, caminar por una pendiente media del 40-45%, una p barbaridad. El terreno mayormente es hierba, aunque de estar tan pisado, hay tramos de tierra, y patinan un poco, así que hay que bajar despacio y asegurando cada paso, si no queréis resbalar y bajar rodando como un queso.
Llegamos al punto más bajo, es decir, al collado de Aldamiñaspe. Si hay algo en que tanto mi amiga como yo estuvimos de acuerdo, es en la impresión que da ver semejante pala desde abajo, impone muchísimo.
Aquí tenemos 3 opciones: girar a la derecha y descender en dirección al Humedal de Saldropo o la localidad de Ubide, entre otros sitios, girar a la izquierda, y descender hacia las Campas de Arraba y el parking de Pagomakurre, entre otros sitios, o seguir recto y ascender un corto pero incómodo repecho por roca y hierba para coronar el monte Aldamin. Yo siempre que he ido al Gorbea, no he fallado en mi cita con el Aldamin, y puesto que mi amiga se encontraba bien físicamente, fuimos directo a coronar dicha cumbre.
El Aldamin parece más de lo que es, se presenta como un monte imponente, muy rocoso y de difícil acceso, pero nada más lejos de la realidad. Tiene más de un itinerario, y todos ellos son fáciles de realizar, aunque tanto para subir como para bajar, requiere usar las manos para avanzar con seguridad.
En pocos minutos, llegamos al buzón y enorme mojón de piedra cimero del monte Aldamin (1373m). Vistas similares al Gorbea hacia el Norte, Este y Oeste, con la diferencia del Norte, donde se ve la enorme y empinadísima silueta herbosa del Gorbea, y la gente subiendo y bajando, como si fueran diminutas hormigas.
Se acabaron las cimas por hoy, ahora si, toca bajar rumbo a Areatza. Pero antes, debemos pasar por 2 lugares clave, las Campas de Arraba y el parking de Pagomakurre.
Para llegar al primero, debemos superar un par de incómodos canales, siendo el primero de ellos de roca y tierra muy resbaladiza. Hay que tomarse la bajada con tranquilidad, cuidar cada paso, ya que el riesgo de resbalón y torcedura es muy alto.
Una vez superado este obstáculo, avanzamos en semillano por un sendero natural, pasando primero al lado de una ermita y un refugio particular, y después por una bonita campa herbosa.
Es después de esta campa cuando debemos superar la segunda canal. Aquí apenas hay rocas, pero la tierra es mucho más resbaladiza, por la alta presencia de barro. Mismo patrón, despacio y con buena letra, superamos este escollo, y ahora si, relax absoluto, ya que hemos llegado a la gran Campa de Arraba.
Pasamos por el refugio oficial del Gorbea, también llamado Ángel Sopeña.
Hacemos una segunda parada para comer y beber, y luego, retomamos la marcha, yendo por un sendero que atraviesa Arraba. No los vimos arriba en el Gorbea, pero aquí sí que vimos a los caballos pastando, siempre dando un plus de belleza y alegría para la vista a este magnífico paraje.
A continuación, llegamos a un cruce de caminos. Ahora, debemos ir por la derecha, y descender por una ancha pista de piedras, en suave pendiente. Las vistas siguen siendo extraordinarias, pero hay que destacar que aquí veremos por última vez las cumbres del Aldamin y Gorbea. Con mucho pesar, toca decir adiós a este maravilloso macizo.
Después de varios minutos de relajante descenso, llegamos al parking de Pagomakurre. Aquí también hay un parque y una gran fuente, donde aprovechamos para reponer nuestras botellas.
La mayoría de la gente ya se había marchado. En la cima del Gorbea había un gran ambiente, pero se notaba que el atardecer estaba cerca, y que era hora de irse. A nosotros aún nos quedaba un buen rato de caminata, pero sin el menor riesgo o peligro, ya que lo que nos resta de descenso es coser y cantar.
Lo primero, es andar unos cientos de metros por la carretera, hasta llegar a un cruce. Abandonamos el asfalto para ir por una ancha pista natural. Luego, giramos a la derecha, y seguimos por otra pista, haciendo caso a las marcas PR amarilla y blanca.
Nos desviamos un par de minutos de la pista para acceder a un pequeño mirador, donde se observa los macizos de Anboto, Oiz y Aramotz, entre otros.
Volvemos a la pista, y enseguida, hacemos un giro cerrado a la izquierda. Ahora, descendemos por una pista de piedras, algo incómoda pero sin dificultad. Luego, el camino mejora un poco, no hay tanta piedra, y se puede andar más rápido.
De aquí hasta el final la dinámica es casi la misma. Dejamos atrás la piedra para ir ya por senda natural, a la vez que nos adentramos en un bosque.
En otro cruce, giramos a la izquierda, y ya sólo nos queda pasar por el pequeño barrio de Launtzain, andar por una breve pero empinada pista asfaltada, y en última instancia, llegamos al fin a nuestro destino, el municipio de Areatza, el cual recorremos parcialmente, hasta volver a la iglesia y parada de bus de la localidad, donde ponemos punto y final a esta larga y exigente, pero a la vez sencilla y preciosa ruta. Muy recomendable.
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