Nasa Alta/Tripa Azul, Nasa Baja y Punta La Estaca (Santa Margarita) en Bardenas Reales.

Considero importante el hacer dos recomendaciones previas a la descripciòn de esta excursión. La primera, genérica para cualquier ruta bardenera, no hacerla con tiempo lluvioso y suelo embarrado. La segunda es que los datos de distancia, desnivel y tiempo no reflejan fielmente el desarrollo de la ruta.
Comenzamos y finalizamos el circuito en la carretera de Tudela a Ejea, muy cerca ya de la muga con Aragón. En el paraje conocido como Portillo de Santa Margarita, por donde discurre la Cañada Real de los Roncaleses.
Por entre algún sembrado y terreno baldío, apuntamos directamente hacia la Punta de la Estaca, pequeña elevación en que se encuentran los exiguos restos de la atalaya de Santa Margarita. Posición avanzada de vigilancia y control de este extremo del Reino de Navarra sobre la línea del inmediato Reino de Aragón.
Tras haber tomado unas buenas vistas sobre la Bardena Negra, nos dirigiremos hacia la Nasa Baja, que alcanzaremos sin mayor dificultad disfrutando de la vegetación mediterránea propia de este territorio extremo.
En la Nasa Baja ya tendremos buena perspectiva sobre la Bardena Blanca y sorprendentes formaciones geológicas en constante proceso de erosión. Descendiendo algo proseguiremos hacia Tripa Azul, la cual se nos muestra cercana. El volver a ascender a esta modesta elevación,pero que marca la máxima altura de todas las Bardenas, no requiere grandes esfuerzos, aunque sí prestar algo de atención al suelo que pisamos.
Sobrepasando un corto trecho el vértice geodésico que corona este cabezo, nos situaremos sobre un espléndido mirador natural que nos permitirá gozar de unas vistas irrepetibles y que seguro no nos dejará indiferentes. Las vistas son muy amplias sobre toda la Bardena Blanca a un lado, y los regadíos de las Cinco Villas al otro, alcanzando la vista hasta las nevadas cumbres del Pirineo.
En el retorno, y ésta es la causa de mis advertencias previas, nos lanzaremos a destrepar Tripa Azul por una muy empinada ladera con el suelo tremendamente descompuesto, para una vez en el fondo, introducirnos por una sucesión de barranqueras y cortados que nos permitirán disfrutar del auténtico medio natural bardenero, pero que a su vez requiere mirar bien dónde se pisa. En algún punto concreto, alguna torrentera podría ponernos en serios aprietos en caso de producirse una súbita avenida de agua.

Recorrido realizado el día 29 de marzo de 2014.

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