Necrópolis visigótica de Peñarrubia-Castillón de Peñarrubia (Málaga) en recorrido casi circular

¡Atención! Califico esta ruta de DIFÍCIL porque el descenso de la cañada Gonzalo Gil puede resultar peligroso para personas sin experiencia en destrepar por terrenos abruptos.

Dejamos el vehículo en el Parque Guadalteba, un lugar dotado de una serie de instalaciones de servicios sociales de apoyo al desarrollo rural de la zona que están en la actualidad abandonadas. Nos dirigimos a la necrópolis visigótica de Peñarrubia, que se encuentra en la parte de atrás de las instalaciones. Se trata de un cementerio anterior al s. VII compuesto por unas 20 tumbas realizadas con lozas de piedra. Algunas de ellas, aún conservan la lápida que tapaba la tumba, ya sea en una sola pieza o bien en fragmentos. En otros casos, dicha lápida ha desaparecido. Todas las tumbas están orientadas hacia el este. En las excavaciones realizadas hace ya algunas décadas, se encontraron huesos y parte de los ajuares, aunque toda la necrópolis daba muestras de haber sido expoliada. En la actualidad, la necrópolis no está puesta en valor. Todo el emplazamiento está lleno de maleza y no existe cartel indicativo alguno que explique de qué trata el yacimiento. La zona está cercada; si bien, la puerta de acceso ha desaparecido, con lo que es posible entrar libremente al recinto.
En los alrededores del yacimiento, se construyó en 2006 un área recreativa compuesta por caminos, algunos bancos, un palomar y una zona de avistamiento de aves junto a una pequeña laguna artificial. Todo el área de encuentra en la actualidad abandonada y llena de vegetación.
Tras la visita al yacimiento arqueológico y al área recreativa, nos pasamos por la ermita de la Virgen del Rosario, que se ubica, también en las inmediaciones. Se trata de una ermita construida en 1990 por los antiguos habitantes de la población de Peñarrubia y donde estos celebran una romería anual en el día de la Virgen del Rosario, su patrona. Peñarrubia fue un municipio que desapareció por completo en 1971 cuando se construyó el embalse del Guadalteba. Todas las casas quedaron bajos las aguas del pantano, el término municipal quedó literalmente “borrado del mapa” y la población fue obligada a abandonar la zona. Muchos de ellos fueron realojados en Málaga, capital, en la barriada de Santa Rosalía. De ahí, que la imagen de la patrona se conserve en dicha barriada.
Continuamos por la carretera hasta la zona de aparcamiento donde empieza la ruta para coronar el Castillón de Peñarrubia, que se yergue inmenso sobre nuestras cabezas. Abordamos la ascensión por su parte menos complicada, siguiendo sendas y caminos que lo van bordeando a medida que se elevan en altitud. La subida es suave y no entraña dificultad alguna. En la cumbre, el vértice geodésico se halla junto a unas antenas de comunicaciones. Tras disfrutar de las espectaculares vistas, continuamos la ruta. Nos proponemos, ahora, realizar la travesía desde la cima hasta la cabecera de la cañada Gonzalo Gil. Para ello, vamos recorriendo toda la sierra de Peñarrubia, hacia el oeste, prácticamente campo a través, siguiendo la traza dejada por los rebaños de cabras que pastan por la zona. Se transita, mayormente, por un gran lapiaz, lo cual hace que extrememos las precauciones para evitar doblarnos un tobillo. Una vez en la cabecera de la cañada Gonzalo Gil, iniciamos el descenso de la misma. Discurrimos por el propio cauce que se encuentra sin agua y con la piedra caliza muy lavada. Hay que extremar las precauciones para no resbalarse. Afrontamos una serie de destrepes de cierta dificultad pero salvables con cuidado. Sin embargo, cuando estamos ya casi al final de la cañada, nos encontramos con un desnivel bastante vertical y de cierta dificultad técnica. Para evitar una caída, tomamos la juiciosa decisión de evitarlo saliéndonos de la cañada y descendiendo hasta la carretera por una zona más alomada. Una vez en la carretera, la seguimos durante un trecho en dirección al punto de inicio. Un poco antes de llegar al aparcamiento, nos desviamos para visitar una zona de avistamiento de buitres. La zona consta de una caseta en muy mal estado y de unos paneles que se encuentran muy deteriorados. Al margen de su pésimo estado de conservación, existe en el área una importante comunidad de buitres leonados que son fáciles de ver. Tras esto, nos dirigimos al punto de inicio, en el Parque Guadalteba, donde habíamos dejado el vehículo.