Negreira - Santiago de Compostela (Epílogo Fisterra)

Dice Paco Martínez:

El Camino de Santiago a Finisterre también es conocido como Prolongación Jacobea, Camino a Finisterre, o Epílogo al Camino de Santiago. Este camino histórico ya está descrito en las crónicas del siglo XII. A diferencia de las demás rutas jacobeas, esta no tiene como destino la capital compostelana, sino que este es precisamente su origen. Hasta el final de la Edad Media, la Costa da Morte era el último reducto de tierra conocida. El lugar por el que los pueblos prer romanos creían que las almas ascendían al cielo. Un espacio mítico y simbólico que dejaría boquiabiertos a los conquistadores romanos cuando viesen desaparecer el sol detrás del inmenso océano. Desde entonces, el extremo del cabo de Fisterra magnetiza por igual a cada visitante.
El Camino jacobeo de Fisterra y Muxía es la plasmación más fiel de ese histórico grito del peregrino, que exclama ¡Ultreia! (“¡Vamos más allá!”), mientras que otro le responde ¡Et suseia! (“¡Y vamos más arriba!”). Pues es efectivamente más allá de la meta en Compostela —después de haberse postrado ante los restos del apóstol Santiago— cuando muchos peregrinos deciden conocer este fin del mundo, y no dudan en superar los sacrificios de las duras jornadas pasadas para caminar ahora, al menos, cuatro o cinco días más. Son 89 los kilómetros que restan a Fisterra y 87 a Muxía.
La historia de esta ruta ha sido una mezcla de paganismo y posterior proceso de cristianización Nosotros decidimos hacer la primera etapa al revés o la sexta si vienes de Finisterra a Santiago. Aunque los mojones o pilones típicos del Camino con sus flechas amarillas
están en dirección a Fisterra, existen abundantes flechas amarillas con las siglas SC que ayudan al realizar el camino en dirección a la capital jacobea.
Salimos desde el Ayuntamiento de Negreira y antes de salir del mismo en la Avenida de Santiago, pasamos por una representación en piedra "Estatua a Vaca", y
poco después la "Estatua do Peregrino". Desde allí nos dirigimos hacia el pueblo de Chancela. Seguimos un gran tramo por carreteras por y alrededor de la AC-447. Pasamos paralelos al río Tambre y los arcos del viaducto que corresponde a la carretera AC-544 y bajo el arco de Ponte Nova, un puente de piedra de una antigua carretera.
Pasamos a la aldea de Ponte Maceira, todo un entorno de casas de piedra. Vemos el gran puente de piedra o también llamado “a Ponte Vella”, que según cuentan, sus orígenes fueron romanos. Sobre los antiguos pilares fue construido otro puente entre los siglos XIII-XIV por petición de la Mitra Compostelana. Siglos después, en el XVIII, fue nuevamente reformado. Consta de cinco arcos de sillería y otros dos de pequeño tamaño y la bóveda del arco central es ojival. El ancho de la vía tiene casi tres metros, fue en la Edad Media cuando cobro gran relevancia como paso obligado en el camino hacia Fines Terrae. Es el paso entre el concello de Negreira y el de Ames. Aquí el río Tambre muestra todo su esplendor y, a ambas orillas, pueden verse antiguos molinos.
Desde este lugar, comenzamos una larga subida por una carretera con poco tránsito. Pasamos por Trasmonte, después continuamos hasta Carballo por la misma pista. A la salida de esta aldea alcanzamos los 281 m.s.n.m., el punto más alto de la etapa, es el alto de Mar de Ovellas.
El descenso sigue un poco por la carretera y pasamos junto a una fuente con bancos de piedra, para después seguir a la izquierda, por una senda que se introduce en un bosque de robles, aunque con una bajada pronunciada de algo más de 2 kms. Llegaremos a Augapesada, donde salimos a la carretera AC-453; giramos a la derecha para avanzar, subiendo por la acera casi 3 kms. y atravesamos las aldeas de O Lombao y Ventosa, hasta el Alto do Vento. En este punto hay un Bar Restaurante con el mismo nombre, donde hemos tomado una cerveza, estaba muy lleno, deduciendo que deben dar bien de comer. Aquí finaliza el Concello de Ames. Giramos por pista asfaltada, después por bosque hasta llegar a cruzar el río Roxos, por un puente de piedra en la aldea de Quintans. Continuos subes y bajas por pistas asfaltadas, sendas y bosque de robles y eucaliptos que, sin duda, dan un claro punto de dificultad a esta última parte de la travesía.
En Sarela de Abajo en su zona alta a algo menos de tres kilómetros de terminar nuestra ruta, podemos divisar por primera vez las torres de la Catedral a lo lejos. Bajamos a Ponte Serela, para cruzar el río del mismo nombre. Llegando a Santiago por la zona histórica de la ciudad, en la calle San Lorenzo. Avanzamos por ella hasta llegar a la rua de Campo das Hortas, la cruzamos y, por la Rua das Hortas, encaramos nuestra última subida, justo hasta la plaza del Obradoiro, frente a la Catedral de Santiago.