NESTARES - REINOSA
near Nestares, Cantabria (España)
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Trail photos
Itinerary description
Marcha realizada por el grupo de senderismo SERMAR el 12/11/2011 (Guías Teki y Finu).
Desde NESTARES tomamos un camino marcado que nos llevará hasta las proximidades del río Hijar, cuyo cauce seguimos en paralelo hasta VILLACANTID, por un tramo con piedras y baches.
Antes de abandonar este pueblo, podremos admirar su iglesia románica, del siglo XII, situada sobre una pequeña loma al lado derecho de la carretera.
Nuestro siguiente punto de interés es BARRIO, donde pudimos coger agua y seguir nuestra ruta hasta ESPINILLA y de allí a SOTO DE CAMPÓO. Este último tramo es engañoso, pues si bien no hay una gran pendiente, se trata de un "falso llano" en recta que poco a poco va haciendo mella en las piernas.
Una vez llegados a Soto, podremos ver su iglesia, también de planta románica, y habremos alcanzado la máxima altitud del día y desde allí la tendencia será a descender hasta el final de nuestra ruta. Bajando en su mayor parte llegaremos hasta LA SERNA, desde donde nos dirigiremos a ARGÜESO. Allí llegamos por una pista al lado del castillo.
El Castillo de Argüeso comenzó siendo una simple torre para proteger una encrucijada de cañadas de ganado, a la que más tarde se añadió otra, que se unió a la anterior por la muralla actual. Muy probablemente data de los siglos XII al XIV, pues en 1410 existe una orden de la reina Catalina de Lancaster por la que entrega "la fortaleza" a doña Leonor de la Vega. Tras diversos avatares, el castillo es propiedad ahora del Ayuntamiento de Campóo de Suso. En su patio se han encontrado restos de tumbas medievales, que un proyecto arqueológico de Paulino Pumarejo (responsable del grupo en sus orígenes) intentó estudiar sin que finalmente le fuera posible.
Tras una pequeña rampa de subida, comenzamos una bajada larga que llega hasta FONTIBRE, donde bajamod a ver el nacimiento del Río Ebro. El siguiente punto de paso es LA MIÑA, por una pista llana y de buen firme.
Desde aquí llegamos al lugar conocido como Mina Fontoria, muy cerca de la ermita de Santa Ana, es una antigua mina de magnesita, al aire libre, que se inundó definitivamente a principios del siglo pasado; una mina que data de la época en que los romanos ocuparon la comarca y se asentaron en Julióbriga. Después estuvo paralizada hasta el siglo XIX, para alcanzar su mayor actividad a principios del siglo XX coincidiendo con el período de la Primera Guerra Mundial. Más tarde fue perdiendo de nuevo su actividad de modo paulatino, y, con el abandono, las galerías se fueron deteriorando e inundando por el agua de un manantial existente en su interior hasta alcanzar el aspecto que tiene en la actualidad.
Es a partir de los años 50 cuando se empieza a usar como lugar de ocio, con su lago o piscina natural que arranca desde el pozo central de la mina y que sirve de zona de baño en la época de verano.
La Mina Fontoria siempre ha sido un lugar al que le han acompañado leyendas de todo tipo; sea por el color de sus aguas turbias, bien por ser un sitio muy recóndito y algo sombrío en ocasiones, el caso es que muchos padres eran reticentes a dejar que sus hijos se bañasen en la zona y preferían que lo hiciesen en los pueblos vecinos de Villacantid o Riaño. Una “herencia” familiar que se ha ido perdiendo con el tiempo, con leyendas en cierto modo absurdas que circulaban entre los chavales como: ¡¡“si buceas, ves las galerías y también se ven “cosas” en el fondo”¡¡. Aunque lo normal era que no hiciesen caso de las “recomendaciones” de sus padres, y ponían rumbo al camino de Santa Ana, a menudo en bicicleta, en busca de la “misteriosa” Mina Fontoria, un lugar poco menos que prohibido. Al final, un ritual que casi siempre era el mismo: una excursión a la cueva en busca de los restos de la mina y luego infinidad de chapuzones hasta que la tarde declinaba. Toda una aventura para explorar lo desconocido tantas veces insinuado pero nunca probado. La Mina era y es ¡¡una vieja mina abandonada¡!, no una poza casual. Con los años las leyendas de la Mina Fontoria fueron decayendo hasta convertirse en lo que es hoy: un sitio de esparcimiento con unos paisajes y rutas espléndidas en sus alrededores.
Y finalmente, desde allí llegamos al Campo de Santa Ana, que atravesamos en línea recta para llegar finalmente de vuelta a REINOSA.
Desde NESTARES tomamos un camino marcado que nos llevará hasta las proximidades del río Hijar, cuyo cauce seguimos en paralelo hasta VILLACANTID, por un tramo con piedras y baches.
Antes de abandonar este pueblo, podremos admirar su iglesia románica, del siglo XII, situada sobre una pequeña loma al lado derecho de la carretera.
Nuestro siguiente punto de interés es BARRIO, donde pudimos coger agua y seguir nuestra ruta hasta ESPINILLA y de allí a SOTO DE CAMPÓO. Este último tramo es engañoso, pues si bien no hay una gran pendiente, se trata de un "falso llano" en recta que poco a poco va haciendo mella en las piernas.
Una vez llegados a Soto, podremos ver su iglesia, también de planta románica, y habremos alcanzado la máxima altitud del día y desde allí la tendencia será a descender hasta el final de nuestra ruta. Bajando en su mayor parte llegaremos hasta LA SERNA, desde donde nos dirigiremos a ARGÜESO. Allí llegamos por una pista al lado del castillo.
El Castillo de Argüeso comenzó siendo una simple torre para proteger una encrucijada de cañadas de ganado, a la que más tarde se añadió otra, que se unió a la anterior por la muralla actual. Muy probablemente data de los siglos XII al XIV, pues en 1410 existe una orden de la reina Catalina de Lancaster por la que entrega "la fortaleza" a doña Leonor de la Vega. Tras diversos avatares, el castillo es propiedad ahora del Ayuntamiento de Campóo de Suso. En su patio se han encontrado restos de tumbas medievales, que un proyecto arqueológico de Paulino Pumarejo (responsable del grupo en sus orígenes) intentó estudiar sin que finalmente le fuera posible.
Tras una pequeña rampa de subida, comenzamos una bajada larga que llega hasta FONTIBRE, donde bajamod a ver el nacimiento del Río Ebro. El siguiente punto de paso es LA MIÑA, por una pista llana y de buen firme.
Desde aquí llegamos al lugar conocido como Mina Fontoria, muy cerca de la ermita de Santa Ana, es una antigua mina de magnesita, al aire libre, que se inundó definitivamente a principios del siglo pasado; una mina que data de la época en que los romanos ocuparon la comarca y se asentaron en Julióbriga. Después estuvo paralizada hasta el siglo XIX, para alcanzar su mayor actividad a principios del siglo XX coincidiendo con el período de la Primera Guerra Mundial. Más tarde fue perdiendo de nuevo su actividad de modo paulatino, y, con el abandono, las galerías se fueron deteriorando e inundando por el agua de un manantial existente en su interior hasta alcanzar el aspecto que tiene en la actualidad.
Es a partir de los años 50 cuando se empieza a usar como lugar de ocio, con su lago o piscina natural que arranca desde el pozo central de la mina y que sirve de zona de baño en la época de verano.
La Mina Fontoria siempre ha sido un lugar al que le han acompañado leyendas de todo tipo; sea por el color de sus aguas turbias, bien por ser un sitio muy recóndito y algo sombrío en ocasiones, el caso es que muchos padres eran reticentes a dejar que sus hijos se bañasen en la zona y preferían que lo hiciesen en los pueblos vecinos de Villacantid o Riaño. Una “herencia” familiar que se ha ido perdiendo con el tiempo, con leyendas en cierto modo absurdas que circulaban entre los chavales como: ¡¡“si buceas, ves las galerías y también se ven “cosas” en el fondo”¡¡. Aunque lo normal era que no hiciesen caso de las “recomendaciones” de sus padres, y ponían rumbo al camino de Santa Ana, a menudo en bicicleta, en busca de la “misteriosa” Mina Fontoria, un lugar poco menos que prohibido. Al final, un ritual que casi siempre era el mismo: una excursión a la cueva en busca de los restos de la mina y luego infinidad de chapuzones hasta que la tarde declinaba. Toda una aventura para explorar lo desconocido tantas veces insinuado pero nunca probado. La Mina era y es ¡¡una vieja mina abandonada¡!, no una poza casual. Con los años las leyendas de la Mina Fontoria fueron decayendo hasta convertirse en lo que es hoy: un sitio de esparcimiento con unos paisajes y rutas espléndidas en sus alrededores.
Y finalmente, desde allí llegamos al Campo de Santa Ana, que atravesamos en línea recta para llegar finalmente de vuelta a REINOSA.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Una bonita ruta para hacer corriendo también, como ha sido mi caso.