O Cebreiro Triacastela Camino de Santiago

Este verano hemos estado realizando las 7 últimas etapas del Camino Francés a Santiago.

Esta es la primera. Comenzamos en O Cebreiro en donde no podemos dejar de visitar La Iglesia de Santa María La Real, prerrománica del S. IX y llamada así por haber sido declarado santuario de protección real. Se dice que es uno de los monumentos más antiguos del camino y en él se veneran el cáliz y la patena donde según la leyenda se produjo el milagro del Santo Grial convirtiendo la hostia en carne y el vino en sangre.
También podéis ver la imagen de la Virgen de Los Remedios con la cabeza algo inclinada, que según dicen lo hizo para poder contemplar el milagro en el momento en que se produjo.

Pasando por el pueblo observaréis las pallozas, típicas construcciones de piedra y tejados de paja.

Salimos de O Cebreiro por una pista recién inaugurada. Va paralela a la carretera, tiene buen firme y está bastante sombreada para mitigar los calores del verano.

En seguida llegamos a Liñares. Allí el peregrino puede refrescarse en las aguas de una fuente y también puede añadir un sello más a La Credencial de Peregrino en La Iglesia de San Esteban, también prerrománica, de una sola nave y enlosado tejado.

Y ya el caminante se va preparando para una de las cumbres de la etapa: El Alto de San Roque. Allí nos recibe la figura de un Peregrino Luchando Contra El Viento erigida en 1993, año santo, y obra del escultor José María Acuña López, que por cierto no pudo ver su obra instalada en este destino al fallecer anteriormente.

La ruta sigue paralela a la carretera y va atravesando diversas poblaciones en las que siempre se encuentra en donde paliar la sed y refrescarse y también iglesias en donde sellar La credencial.

Llegados a La Ermita de San Xoán do Padornelo el peregrino se encuentra el momento más duro de la etapa: La Subida Del Alto do Poio que hay que tomarse con calmita pero que enseguida pasa.

Continúa el peregrino su camino conociendo compañeros de viaje, poblaciones como Fonfría, Viduedo, Fillobal, As Pasantes... y observando diversos elementos de la Galicia rural. Por cierto que los hórreos, construcciones ancestrales para guardar los productos de la cosecha en el agro gallego, llaman muchísimo la atención de los peregrinos foráneos.

Toca ya ir descendiendo y el paisaje es bastante variante, a veces entre prados, a veces entre vegetación silvestre o a través de túneles formados por las ramas de los árboles que proporcionan su sombra al peregrino.

Cuando entramos en Ramil, el peregrino va acercándose al punto final de esta primera etapa y siempre rodeados de belleza.

Y ahí está por fin, La Iglesia de Santiago de Triacastela, la ansiada meta de este primer día.

Ya sabéis que las flechas amarillas van señalizando la dirección a seguir y están por todas partes haciendo imposible perderse o desviarse de la ruta.
¡Buen Camino, Peregrino!

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