Obon a Peñarroyas GR262

Esta ruta ofrece un placentero recorrido por la ribera del río Martín, desde Obón a Peñarroyas. En ella recorreremos pequeñas huertas, choperas, bancales con muros en piedra seca (que ocupan y sacan partido a las laderas)… y poco a poco iremos llegando llegando a Peñarroyas donde el valle se torna más agreste, escarpado y boscoso. En el camino encontraremos agua, riberas, pinturas rupestres, ignitas, miradores y un paisaje que en otoño toma su máximo esplendor. La reciente creación de GR262 ha supuesto el acondicionamiento de diversos tramos próximos al río con grapas y pasarelas, que permiten su disfrute con la mayor seguridad posible, así como el desvío del camino hacia un nuevo recorrido más apropiado para aprovechar al máximo la zona por todos los públicos.
Ap¬arcamos en la plaza de Obón (km 0) y partimos dirección Sur Oeste Este donde un panel indicador nos indica la ruta a seguir. Nos encaminamos dirección Peñarroyas (marca 3h45´ y nos costó 2h30´ a buen ritmo, incluso algún tramo trotamos). Siguiendo las numerosas y bien visibles balizas “blanqui-rojas”, en seguida cruzamos el cauce por una estrecha pasarela metálica y entramos en el cauce del río donde unos chopos cabeceros nos acompañan durante nuestro trayecto (km 2). De camino no nos damos cuenta y pasamos de largo de la fuente del Batán junto a una mesa y bancos. Pronto nos encontramos con las pinturas rupestres del Hocino de Chornas (km 3.5). Al rato nos adentramos en un tramo estrecho donde hay unas pocetas y el agua invade el camino junto a una pared vertical de poca altura, que para franquearla han acondicionado unos peldaños a modo de pasarela. Estas pasarelas metálicas son muy fáciles y seguras. Después vadeamos el río dos veces por piedras (cuidando de no capuzar) (km 6). Llegamos a una gran curva del río con pared a la derecha donde han acondicionado una pasarela en la pared de bastante longitud comparada con las anteriores (km 8). Aquí hay un punto en el que tras pasar un árbol con forma de arco, hay que girar a la derecha y adentrarse en un sendero. Es fácil despistarse en este punto (nos pasó a nosotros). Entrado en el sendero, toca subir un buen tramo hasta llegar al desvío que baja un poco hasta las “ignitas de arcosaurio” (réplica de las mismas) y su mirador (km 8.5). ¡Menudas vistas!. Volvemos al sendero y seguimos subiendo hasta el fantástico y original “mirador del portillo” donde unos peldaños escavados en la roca con gran maestría nos reciben. Desde allí un paisaje lleno de color “royo”, bosque, torreones militares de vigilancia ¿medievales?, nos presenta el bonito pueblo de Peñarroyas (barrio de Montalbán). Este nombre le viene de los afloramientos de roca Rodeno (roca arenisca rojiza) que es la misma arenisca que caracteriza a Albarracín. Desde el mirador, una curiosa calzada empedrada, nos adentramos en el pueblo para comer algo y contemplamos sus llamativos colores de la piedra rojiza en las construcciones, la escuela, una bonita casa rural y a unos encantadores vecinos que nos ofrecen tertulia, vino y manzanas de la zona. Volvemos a comer al mirador del Portillo y retornamos a Obón por el mismo camino. En total ida y vuelta nos costó 4.5 horas andando a muy buen ritmo con algún trote esporádico a lo que habría que añadir mínimo 1.5 horas de paradas (fotos, comer, leer paneles, etc) con un desnivel acumulado de unos 700 metros muy llevaderos en los 21 kilómetros que salieron al final. Época recomendada: inicios de otoño (finales de octubre).
* Destacar que el caudal del agua puede alterar significativamente esta excursión. Lo que para nosotros fue muy fácil (salvo los dos vadeos del río), puede convertirse en algo difícil. Lo mismo se puede decir de la experiencia en la montaña o la forma física, que según las tengamos o no, pueden convertir esta ruta a nuestro parecer muy fácil, en muy difícil. Apta para niños montañeros.
** Para amantes del “ciclosenderismo” (BTT por senderos) esta ruta salvo las pasarelas, tiene que ser espectacular en BTT (caerá algún día).