Oh!..toño en el Río Guadalope

El chopo cabecero es el nombre que reciben los ejemplares de chopo negro que debido a las “escamondas” (podas) reiteradas para su aprovechamiento para vigas, madera o forraje, acaban engrosando sus troncos y formando grandes tozas o cabezas. Sus alineaciones junto a los ríos dan carácter al paisaje de algunos valles de la  provincia de Teruel.
Si queremos distrutar de unas alineaciones interesantes de estos ejemplares tendremos que desplazarnos al Valle del Río Guadalope en Miravete de la Sierra o al rio Alfambra.
Para poder apreciarlo en su versión otoñal haremos esta ruta circular entre  Miravete de la Sierra y Villarroya de los Pinares, primero por las alturas y después junto al río Guadalope.
Salimos del parking habilitado en Miravete y hacemos un recorrido por sus elementos más característicos, atrio, campanario,
Salimos del pueblo pasando por el molino antes de subir a la Ermita de San Cristóbal.
Tras salir a la carretera tomamos un camino por el que discurre la ruta 13 del Parque BTT del Maestrazgo. Acaba convirtiéndose en una senda que sube a la cresta y bordea La Momorrita. En este tramo se difumina bastante.
La senda sale a un camino cerca de un collado poco después llo abandonamos para seguir una trocha entre unos sembrados hacia la Masía del Villarejo.
Después vamos a realizar un largo tramo por viejas sendas que discurren por diferentes barrancos hasta la Masía de las Aragonesas. La idea era utilizar la senda que remonta el Barranco del Maello, pero bajaba agua y hemos tenido que seguir para subir por barranco de las Aragonesas.
Tiene un tramo bajo encajonado y sobre roca que se pasa sin dificultad.
Después se abre y está ocupado por terrazas abandonadas y tomadas por la vegetación.
Tras rodear un gran sembrado salimos al camino que nos lleva a la masía.
Aqui tomamos el Camino de Camarillas por el que bajaremos hasta el río Guadalope, para remontarlo hasta Villarroya de los Pinares.
Tras almorzar y cargar agua vamos a tomar el PR TE 64 que nos devolverá a Miravete de la Sierra acompañando al Guadalope en su búsqueda del norte y el Ebro.
Junto a las piscinas municipales vemos el viejo cartel de madera del PR-TE 64 que nos indica el camino.
Pasamos junto a un peirón y después cruzamos el Guadalope por una palanca.
Antes de subir a la carretera por donde sigue el PR, nos acercamos al molino de Abajo y al principio del tramo encañonado del río, el Estrecho de los Batanes.
El tramo de carretera es corto y nos permite salvar este pequeño cañon.
La dejamos para bajar a la Fuente el Caracol en el lecho del río.
A partir de aquí, la senda, no se separa del río Guadalope. Los chopos cabeceros nos acompañan en nuestro recorrido con sus tornasolados colores y la mullida alfombra de sus hojas.
Hay que cruzar el río algunas veces, para lo cual hay varias palancas o pasarelas de madera. Solo hay un tramo en el que hay que pasar muy pegado al río agarrado a una sirga, pero el único riesgo es resbalar y meter un pie en el río.
Cerca del final nos hemos cunfundido porque no veíamos marcas y hemos cruzado por una palanca pintada de negro y hemos realizado un tramo peleandonos con la vegetación hasta salir a la carretera. Después en lugar de ir por el PR, hemos utilizado la senda de los manzanos.
Contrasta sobremanera la sequedad de las laderas con la Vega del río..
También veremos algunas masías a ambos lados que aprovechaban los magros terrenos cultivable en los conos aluviales de los diferentes barrancos que acaban en el río.
Entraremos en Miravete por el barrio del Arrabal y cruzaremos el espectacular puente medieval y el recoleto pueblo antes de acabar esta amarillenta ruta.