Ojo Atxulaur y cuevas Itxulegor, Supelegor y Arkuatxa desde Pagomakurre

Punto de partida: Parking de Pagomakurre.
Espacio protegido: Parque Natural Gorbea.
Época recomendada: Cualquier época del año excepto con nieve y niebla.
Elementos de interés: Bosques de pinos y hayas, ojo de Atxular, las tres cuevas, karst de Itxina, campas de Arraba y vistas panorámicas.
Tipo de camino: Senda de tierra sin balizar, a excepción de algunos desvíos. Se recomienda ceñirse al track pues es muy fácil desorientarse.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en Plaza. En esta localidad se encuentra el centro de interpretación del parque natural.

Descripción del itinerario.

Una de las clásicas del parque natural de Gorbea es la circular para ver el ojo de Atxulaur o más conocido como Atxular, volviendo por las campas de Arraba. Junto con la ascensión al monte más famoso de Euskadi, son los dos grandes reclamos del parque.

El inicio lo encontramos en el parking de Pagomakurre, donde acaba la carretera siendo el punto más cercano al Gorbea. Nuestro inicio se encuentra junto a un mapa del parque natural con los diferentes senderos que podemos recorrer (figuras 1, 2 y 3).

Allí nace una senda de tierra que se interna en un progresivo ascenso por un extenso pinar, cruzando sucesivos puentes que salvan arroyos, secos en verano, en el que pronto descubriremos el macizo de Itxina (figuras 4, 5, 6, 7 y 8). Tras ganar algo de altura entramos en un pequeño hayedo que nos descubrirá unas vistas panorámicas estupendas hacia el parque natural de Urkiola, vecino del Gorbea (figuras 9 y 10).

Los primeros desvíos les encontraremos prácticamente seguidos. En el primero deberemos girar a la izquierda por un pasillo natural de helechos (figura 11). A continuación dejaremos esta senda a la altura de una valla en el momento en el que tengamos justo en frente el ojo de Atxular (figuras 12 y 13). La ascensión para llegar hasta él será corta pero bastante pindia. Una vez en el ojo, tendremos que atravesarlo para entrar en el laberinto de Itxina, donde el sustrato calizo acompañado por un denso bosque de hayas nos conducirá hasta salir del macizo (figuras 14, 15, 16 y 17).

Tras descender del ojo, encontramos una baliza con unos desvíos. El que desciende será el elegido pues si giramos hacia la izquierda dirección Arraba no tendremos oportunidad de visitar las tres cuevas (figura 18).

El camino para llegar a las cuevas será un auténtico laberinto. Existe una senda bastante pisada que será fácil de intuir y posiblemente contemos con la ayuda de unos cuantos senderistas que estén realizando el mismo recorrido. Aún así no hay que confiarse pues es muy fácil desorientarse (figuras 19 y 20).

La primera cueva que encontramos es la de Itxulegor. El sistema kárstico de Itxina favorece la aparición de numerosas cuevas contrarrestando la escorrentía por la superficie, infiltrándose en el subsuelo, motivo por el que la ausencia de agua es tal en esta zona (figuras 21 y 22).

Apenas 200 metros separan la cueva de Itxulegor de la Supelegor, aunque poco tienen que ver una de la otra. La de Supelegor impresiona por sus dimensiones pero especialmente por su amplísima entrada (figuras 23 y 24). Elegir el desvío para haber llegado hasta aquí habrá merecido la pena.

La tercer cueva, la de Arkuatxa, es la menos conocida y visitada por su ubicación. Para llegar a ella deberemos dejar a nuestra derecha la primera cueva. Una nueva senda de las muchas que hay por el macizo nos llevará hasta ella. Esta cueva tiene dos amplias entradas por las que acceder por lo que tiene mucha iluminación (figuras 25 y 26). Sólo nos quedará retornar al desvío de la figura 18, tarea que no será nada fácil por lo comentado anteriormente (figura 27).

De nuevo en el desvío, girando a la derecha, continuaremos hacia Kargaleku y campas de Arraba. La tónica será la misma: roca caliza y hayedo por todas partes encontrando una sima muy cerca de la senda (figuras 28, 29 y 30).

Tras pasar la cobertura arbórea entramos ahora en una amplia majada, más abierta, sin tanto árbol donde encontramos una fuente, una cabaña y antiguas construcciones empleadas para el ganado ya derribadas. En este espacio localizamos unas cuantas dolinas, esas depresiones más o menos profundas y de paredes inclinadas, típica de los terrenos calizos (figuras 31, 32, 33, 34 y 35).

A continuación y justo antes de tomar un descenso tendremos una preciosa vista hacia el monte Gorbea y el Aldamin (figura 36). Nos dirigimos hacia Kargaleku. Se trata de una brecha natural entre dos paredones calizos que sirve de acceso natural al macizo de Itxina. En este lugar se cargaba (de ahí su nombre) la nieve almacenada en las neveras, la cual se transportaba a lomo de mulas. También se utilizaba como zona de carga para trasladar el carbón producido en Itxina; actividad común y extendida hace tiempo en este macizo (figura 37).

Seguidamente entraremos en un prolongado descenso en las campas de Arraba. Algunas
chabolas y majadas salpican las praderas de Arraba, como reflejo de una importante tradición pastoril (figuras 38 y 39). Ya sólo nos quedará enlazar con la pista que asciende hasta Gorbea para girar en nuestro caso hacia la izquierda en descenso (figuras 40, 41 y 42) para llegar a Pagomakurre donde tendremos una fuente junto a unos cuantos merenderos además de la ermita de Nuestra Señora de la Paz (figuras 43 y 44).

Impresiones.

Sublime recorrido circular que nos permite conocer el modelado kárstico del macizo de Itxina, donde sobresalen dos elementos: su entrada conocida como el ojo de Atxular y la cueva Supelegor. Pero no sólo quedará ahí. El recorrido también nos ofrece unas vistas tremendas del Gorbea así como de los cercanos montes Oiz y Anboto. Las extensas campas de Arraba "colgadas" son otro de los condicionantes por los que este recorrido será obligatorio si te acercas al parque natural de Gorbeia.