Olvena, La Puebla de Castro, Artasona PR-HU 73/74, GR-45
near Artasona, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta de senderismo que enlaza los pueblos de Olvena, La Puebla de Castro y Artasona siguiendo caminos y viejas sendas. Bonitas vistas al Pirineo y la Sierra de La Carrodilla, además de lo interesante de las tres poblaciones visitadas.
Esta mañana he estado por primera vez en mi vida en Olvena. Ni sé la de veces que he pasado por la carretera "de Graus" pero nunca había entrado en Olvena, ni en La Puebla de Castro, y mucho menos en Artasona.
Puedo deciros que no ha sido ninguna excursión especialmente bonita ni espectacular. Ha sido un día normal, un día en que no he pasado frío (tampoco calor) siendo que estamos en plena entrada de una masa de aire siberiano.
DESCRIPCION DE LA RUTA:
Desde Olvena partiremos junto a una cruz cuyo origen desconozco, el caso que allí disponemos de aparcamiento.
Un cartel nos informa del sendero GR-45 y otro nos dirige hacia el mirador de Olvena, que visitaré al regresar. Tomo la calle de la derecha en obras, hasta salir a otra ya acabada que asciende al este por encima de Olvena, subimos sin parar hasta el alto de la loma.
Se sale a los campos agrícolas por el PR-HU 73, hay alguna señal perdida en las orillas del camino y debemos estar atentos al mapa o al GPS en mi caso para no equivocarnos.
Un rato entre campos de trigo y almendros a veces cuidados y otros no tanto y a lo lejos divisaremos la ermita románica de San Román de Castro, colgada sobre el Congosto de Olvena. Detrás, el pirineo catalán "enharinado", igual que la sierra de Guara que al fin muestra sus picos blancos, más nevados que el Turbón con 400 m. más de altitud.
Podría llamar a éste camino "El camino de las Casetas" pues las hay por todas partes, todas distintas pero con un estilo constructivo similar: piedra, adobe y ladrillo se combinan en distintas proporciones, teja árabe en la cubierta de una o dos aguas, sencillas y prácticas era el denominador común. La más curiosa de todas tiene el techo de bóbeda de piedra cubierto de carrasquizos.
Al Este destaca la Sierra de Sis como una fortaleza imponente delante de las montañas nevadas, al oeste más próximo observaremos el Pueyo de Barbastro.
Las señales del PR más visibles están en las carrascas ya que no las han tirado quienes trabajan estos campos como sí sucede con las piquetas colocadas en las márgenes del camino. Cerca de La Puebla de Castro hay unas granjas grandiosas completamente abandonadas. ¿Quién sabe porqué? Desde un alto junto a una enorme antena que no saco en las fotos aparece La Puebla de Castro, bellísimamente enmarcada con el Pico Turbón, 2.492 m.
Voy bajando por el camino y al cruzar una carretera (de La Puebla de Castro hacia El Grado) abandono el PR para visitar la cercana Ermita de San Roque, cuya situación es menos estratégica que la de San Román, pero está en un punto de paso.
A continuación entramos en este cuidado pueblo por la parte más moderna y a continuación nos adentramos en el casco antiguo. No me queda duda que es magnífico, con calles muy arregladas y casas antiquísimas, algunas señoriales, que dan un aire medieval.
La iglesia de Santa Bárbara del siglo XVI fué un centro espiritual y en ella se conserva el retablo de la Ermita de San Román, hispano flamenco de finales del siglo XV. Ésto me lo he copiado de los carteles informativos, puesto que yo de historia... sé lo justillo.
En todo caso citar que existen ruinas de la antigua población del Siglo I antes de Cristo y que fue abandonada dos o tres siglos después por causas desconocidas. Tengo que reconocer que conservan bien su iglesia por fuera, otro detalle es la disposición defensiva de las calles formando un entramado con pocos accesos en forma de soportales..... o ¿cómo se llama? túneles o pasos bajo las casas, por cierto también muy cuidados.
Después del descansillo salí hacia el frontón donde descubrí junto al camino una antigua almazara protegida por unas rejas, además de una fuente y antiguo lavadero.
Por un camino que deja la zona urbana entre paredes de piedra (PR-HU 74), nos dirigimos ahora a un colladito que se encuentra al oeste mas o menos, un poco mas al norte están las localidades de Ubiergo y Secastilla.
Ascendiendo por un viejo sendero llegamos al Mirador de La Puebla de Castro, con excelentes vistas al valle, Turbón, Cotiella, etc.
Al pasar a la otra vertiente de la loma notaremos que sube la temperatura , a medida que bajamos el abrupto y pedregoso sendero hasta cruzar una carretera.
El pueblo de El Grado y la presa del mismo nombre asoman por la derecha, yo seguí descendiendo una estrecha pista buen trecho hasta tener delante el profundo barranco de Las Valles, desde aquí podríamos ir a Olvena por la Ruta de los Árboles Singulares, (PR-HU 73) que por hoy no seguiré para permitirme visitar Artasona.
Entramos entre almacenes agrícolas, cercados de gallinas o perros, chatarra, montones de leña y un rulo ó "curra" adaptado a los tiempos, núcleo de piedra pero soporte moderno.
Ésta pequeñísima población se dispone en calles estrechas y muy cuidadas alrededor del castillo e iglesia, a modo de fortificación. Alguna casa “señorial”, otras típicas, hasta salir a una calle – mirador hacia el río Cinca, que tenemos a los pies. Aquí descanso al sol un rato comiendo el bocadillo, ¡hace casi calor!.
Media horita de descanso y bajo por una calle al cauce. Allí tomaré un camino por donde pasa el GR-45, seguimos paralelos al curso de una acequia de riego canalizada pegados a las "ripas" de Artasona. Atrás nos queda el Santuario de Torreciudad aparentemente sobre la presa, finalmente nos salimos del cauce para remontar con decisión entre carrascales y antiguos olivares dispuestos en terrazas, es un tramo donde uno se puede confundir fácilmente de camino. Las terrazas de piedra fueron construidas aprovechando las piedras del río o de los barrancos, pero ahora al arreglar el camino con una motoniveladora "cortan" la tierra sin dejarle sustento. Otro ejemplo de cómo hoy en día se tiene poco cuidado con lo que se hace, aunque los abejarucos aprovechan estos "cortes" para construir sus nidos.
Situados en un nuevo alto, más casitas de piedra y muchos campos de labor. Almendros, trigales.... y viñedos que no fueron recolectados. ¿Qué crisis tenemos? diría yo.
De nuevo llego a un cruce con el PR, pero no lo tomo y sigo con el GR-45, éste me lleva a un par de carrascas centenarias que merecen una foto, un breve descenso y estaremos en Olvena. ¡Vaya vuelta me he dado!
Ahora sí, subo al Mirador y disfruto del congosto así como de las cuidadas casas (no todas, claro) en una de las cuales vemos una flor dibujada sobre la "maceta" incrustada" en la pared.
La originalidad y el buen gusto siempre son agradecidos, es la única flor que he fotografiado hoy y al autor de esta pequeña obra de arte le dedico mis felicitaciones.
Esta mañana he estado por primera vez en mi vida en Olvena. Ni sé la de veces que he pasado por la carretera "de Graus" pero nunca había entrado en Olvena, ni en La Puebla de Castro, y mucho menos en Artasona.
Puedo deciros que no ha sido ninguna excursión especialmente bonita ni espectacular. Ha sido un día normal, un día en que no he pasado frío (tampoco calor) siendo que estamos en plena entrada de una masa de aire siberiano.
DESCRIPCION DE LA RUTA:
Desde Olvena partiremos junto a una cruz cuyo origen desconozco, el caso que allí disponemos de aparcamiento.
Un cartel nos informa del sendero GR-45 y otro nos dirige hacia el mirador de Olvena, que visitaré al regresar. Tomo la calle de la derecha en obras, hasta salir a otra ya acabada que asciende al este por encima de Olvena, subimos sin parar hasta el alto de la loma.
Se sale a los campos agrícolas por el PR-HU 73, hay alguna señal perdida en las orillas del camino y debemos estar atentos al mapa o al GPS en mi caso para no equivocarnos.
Un rato entre campos de trigo y almendros a veces cuidados y otros no tanto y a lo lejos divisaremos la ermita románica de San Román de Castro, colgada sobre el Congosto de Olvena. Detrás, el pirineo catalán "enharinado", igual que la sierra de Guara que al fin muestra sus picos blancos, más nevados que el Turbón con 400 m. más de altitud.
Podría llamar a éste camino "El camino de las Casetas" pues las hay por todas partes, todas distintas pero con un estilo constructivo similar: piedra, adobe y ladrillo se combinan en distintas proporciones, teja árabe en la cubierta de una o dos aguas, sencillas y prácticas era el denominador común. La más curiosa de todas tiene el techo de bóbeda de piedra cubierto de carrasquizos.
Al Este destaca la Sierra de Sis como una fortaleza imponente delante de las montañas nevadas, al oeste más próximo observaremos el Pueyo de Barbastro.
Las señales del PR más visibles están en las carrascas ya que no las han tirado quienes trabajan estos campos como sí sucede con las piquetas colocadas en las márgenes del camino. Cerca de La Puebla de Castro hay unas granjas grandiosas completamente abandonadas. ¿Quién sabe porqué? Desde un alto junto a una enorme antena que no saco en las fotos aparece La Puebla de Castro, bellísimamente enmarcada con el Pico Turbón, 2.492 m.
Voy bajando por el camino y al cruzar una carretera (de La Puebla de Castro hacia El Grado) abandono el PR para visitar la cercana Ermita de San Roque, cuya situación es menos estratégica que la de San Román, pero está en un punto de paso.
A continuación entramos en este cuidado pueblo por la parte más moderna y a continuación nos adentramos en el casco antiguo. No me queda duda que es magnífico, con calles muy arregladas y casas antiquísimas, algunas señoriales, que dan un aire medieval.
La iglesia de Santa Bárbara del siglo XVI fué un centro espiritual y en ella se conserva el retablo de la Ermita de San Román, hispano flamenco de finales del siglo XV. Ésto me lo he copiado de los carteles informativos, puesto que yo de historia... sé lo justillo.
En todo caso citar que existen ruinas de la antigua población del Siglo I antes de Cristo y que fue abandonada dos o tres siglos después por causas desconocidas. Tengo que reconocer que conservan bien su iglesia por fuera, otro detalle es la disposición defensiva de las calles formando un entramado con pocos accesos en forma de soportales..... o ¿cómo se llama? túneles o pasos bajo las casas, por cierto también muy cuidados.
Después del descansillo salí hacia el frontón donde descubrí junto al camino una antigua almazara protegida por unas rejas, además de una fuente y antiguo lavadero.
Por un camino que deja la zona urbana entre paredes de piedra (PR-HU 74), nos dirigimos ahora a un colladito que se encuentra al oeste mas o menos, un poco mas al norte están las localidades de Ubiergo y Secastilla.
Ascendiendo por un viejo sendero llegamos al Mirador de La Puebla de Castro, con excelentes vistas al valle, Turbón, Cotiella, etc.
Al pasar a la otra vertiente de la loma notaremos que sube la temperatura , a medida que bajamos el abrupto y pedregoso sendero hasta cruzar una carretera.
El pueblo de El Grado y la presa del mismo nombre asoman por la derecha, yo seguí descendiendo una estrecha pista buen trecho hasta tener delante el profundo barranco de Las Valles, desde aquí podríamos ir a Olvena por la Ruta de los Árboles Singulares, (PR-HU 73) que por hoy no seguiré para permitirme visitar Artasona.
Entramos entre almacenes agrícolas, cercados de gallinas o perros, chatarra, montones de leña y un rulo ó "curra" adaptado a los tiempos, núcleo de piedra pero soporte moderno.
Ésta pequeñísima población se dispone en calles estrechas y muy cuidadas alrededor del castillo e iglesia, a modo de fortificación. Alguna casa “señorial”, otras típicas, hasta salir a una calle – mirador hacia el río Cinca, que tenemos a los pies. Aquí descanso al sol un rato comiendo el bocadillo, ¡hace casi calor!.
Media horita de descanso y bajo por una calle al cauce. Allí tomaré un camino por donde pasa el GR-45, seguimos paralelos al curso de una acequia de riego canalizada pegados a las "ripas" de Artasona. Atrás nos queda el Santuario de Torreciudad aparentemente sobre la presa, finalmente nos salimos del cauce para remontar con decisión entre carrascales y antiguos olivares dispuestos en terrazas, es un tramo donde uno se puede confundir fácilmente de camino. Las terrazas de piedra fueron construidas aprovechando las piedras del río o de los barrancos, pero ahora al arreglar el camino con una motoniveladora "cortan" la tierra sin dejarle sustento. Otro ejemplo de cómo hoy en día se tiene poco cuidado con lo que se hace, aunque los abejarucos aprovechan estos "cortes" para construir sus nidos.
Situados en un nuevo alto, más casitas de piedra y muchos campos de labor. Almendros, trigales.... y viñedos que no fueron recolectados. ¿Qué crisis tenemos? diría yo.
De nuevo llego a un cruce con el PR, pero no lo tomo y sigo con el GR-45, éste me lleva a un par de carrascas centenarias que merecen una foto, un breve descenso y estaremos en Olvena. ¡Vaya vuelta me he dado!
Ahora sí, subo al Mirador y disfruto del congosto así como de las cuidadas casas (no todas, claro) en una de las cuales vemos una flor dibujada sobre la "maceta" incrustada" en la pared.
La originalidad y el buen gusto siempre son agradecidos, es la única flor que he fotografiado hoy y al autor de esta pequeña obra de arte le dedico mis felicitaciones.
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