Ontón: Vía Verde de Piquillo y ascensión a la Punta Lucero

Itinerario circular (ida y vuelta por la misma senda) que va desde Ontón (Cantabria) a la playa de La Arena en Ciérvana (Vizcaya) y asciende a La Punta Lucero y retorna al punto de partida por el mismo camino de la ida.

Las previsiones del tiempo en este día de junio eran de tormentas por todo el interior, y por la costa nubes, sol y temperaturas cálidas, entre 22 y 24 grados. Así que decidimos no acercarnos a los truenos y rayos y hacer este fácil recorrido por la costa oriental de Cantabria que se adentra en la occidental de Vizcaya.

Descripción de nuestra caminata: la Vía verde de Piquillo está hecha sobre las antiguas vías de un ferrocarril minero que acercaba el mineral de hierro de las cuencas mineras de la zona interior de Vizcaya a un cargadero hecho en mar abierto. La vía verde comienza en Ontón situado en Cantabria en el límite con Vizcaya. Enseguida transcurre por esta última provincia hasta que llega al cargadero. A partir de los restos de esta instalación hay un agradable sendero hasta la margen izquierda de la ría de Barbadún. Todo este trayecto coincide con el Camino de Santiago del Norte.

Nos movemos por la vía verde que está muy transitada en este soleado sábado. Enseguida cruzamos un corto túnel con protecciones de madera por si hubiera algún desprendimiento y nos vamos encontrando con restos de las instalaciones mineras, barandillas de la vía verde y algunas áreas con fuentes y bancos de madera. Es un agradable entorno con bonitas vistas del mar y la costa por el que se camina muy agradablemente.

Llegamos a una desviación a la izquierda que nos lleva a la Punta del Castillo Viejo por un sendero más cercano a la costa, que abandona la senda principal. Por aquí quedan algunos edificios en ruinas y desde la punta podemos disfrutar de unas estupendas vistas. Continuamos por este sendero hasta los restos de lo que fue el antiguo cargadero. Recorremos la zona donde han colocado escaleras y barandillas y volvemos a la senda principal.

El sendero ya no aprovecha la antigua vía del ferrocarril minero porque solamente llegaba al cargadero y transcurre por un agradable túnel verde entre rocas y baja por unas escaleras hasta la margen izquierda de la Ría del Barbadún. En este rincón de Muskiz hay una residencia de la tercera edad y una ermita. Para cruzar la ría han colocado un llamativo puente peatonal que nos lleva a la Playa de la Arena de Ciérvana.

Existe una pasarela de madera que protege las dunas de la playa y permite cruzarla con comodidad. Han rehabilitado como parque la zona de las dunas más interiores que forman un conjunto muy verde, armonioso y agradable al que han dotado de multitud de papeleras.

Alcanzamos la zona oriental de la playa y sobre ella hay algunos edificios que desentonan de este conjunto sobre el que las autoridades han hecho interesantes actuaciones de recuperación ambiental. También hay aquí una coqueta ermita dedicada a San Ignacio.

Abandonamos esta zona urbanizada para ascender por una ruta señalizada a la Punta Lucero. Es una subida de 300 metros de desnivel por pendientes no muy exigentes y que atraviesan zonas de praderas y de monte bajo hasta llegar a la parte alta en la que encontramos una batería de cañones. Están comunicados entre sí por túneles que se pueden recorrer. Nos entretenemos un rato pasando de un cañón a otro por los oscuros pasadizos.

Hay en la Punta Lucero de 307 msnm un buzón. No podía ser de otro modo estando en el País Vasco, cuya afición tradicional a subir a sus montañas es bien conocida y no hay cima en esta tierra, aunque sea poco elevada, que no tenga al menos un buzón de montaña de alguno de los muchos clubes que tienen.

Hoy es un día caluroso en la costa para ser el inicio del mes de junio. Y las condiciones metereológicas han hecho que tengamos mucha bruma y niebla. Es lo que nos impide disfrutar de las estupendas vistas que desde esta punta tendríamos del “superpuerto”, del abra del Nervion y de los muchos y grandes pueblos que hay por este entorno, cuyo conjunto es conocido como el Gran Bilbao.

Elegimos este lugar, al lado de una de los cañones de esta batería, para tomarnos un descanso y reponer fuerzas, con la esperanza de que en algún momento la niebla desaparezca para gozar de las panorámicas. E iniciamos el descenso hasta la zona urbanizada de la Playa de la Arena donde nos refrescamos con unas cervezas en una de las terrazas. Y volvemos, sin más pausas, al lugar donde iniciamos el recorrido, dando por finalizado este agradable paseo.