ORBANEJA DEL CASTILLO - CHOZOS DE ESTILLA - RUTA ORNITOLÓGICA - VILLAESCUSA DE EBRO. 23 MAYO 2021

Como llegar: Desde Quintanilla-Escalada (N-623) parte la carretera BU-643 y desde aquí solo quedan 6 kms escasos hasta Orbaneja del Castillo. Solo los residentes pueden estacionar dentro del casco urbano, pero existen 3 aparcamientos para los visitantes.
En los días de mayor afluencia suele haber un autobús lanzadera desde Quintanilla-Escalada.
Nosotros aparcamos en el parking donde se encuentra la oficina de turismo, que estaba cerrada, y desde él comenzamos la ruta.
Tras caminar unos 200 mts llegamos hasta la espectacular cascada urbana. Esta cascada, con casi 100 mts de desnivel y 200 litros por segundo de caudal permanente, está desarrollando una sensacional toba (piedra caliza muy porosa y ligera que se forma, en este caso, por precipitación de cal disuelta en agua; también se da el nombre de toba cuando lo es por acumulación de cenizas u otros elementos volcánicos muy pequeños). Esta toba se encuentra en continuo crecimiento, el carbonato cálcico se va depositando en finas películas formando un depósito esponjoso en cuyo interior quedan atrapados musgos, tallos, hojas y frutos. Antiguamente este caudal movía unos 5 molinos harineros de los que todavía hoy se conservan restos. Sus aguas se precipitan unos 20 metros hacia el Ebro deshaciéndose en espuma sobre Pozas de aguas cristalinas.
Tras disfrutar de este lugar y tras las oportunas fotografías, comenzamos la ascensión por la escalinata de la margen izquierda de la cascada hasta llegar a la población.
Orbaneja del Castillo pertenece administrativamente al municipio de Valle de Sedano, aunque tradicionalmente era un enclave independiente. En esta localidad se unen el interés histórico y el cultural con el natural. La villa fue declarada BIC con categoría de Conjunto Histórico en 1993 y la Cueva del Agua, junto al casco histórico, lo había sido en la categoría de arte rupestre ya en 1985. El Cañón del Ebro es Punto de Interés Geológico incluido en el IGME desde 1983. Y el Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón fue declarado por Ley del 18 de diciembre de 2008.
Dentro del núcleo, el espacio de mayor amplitud corresponde a la boca de la Cueva del Agua, por lo que, desde sus orígenes, el manantial ha ocupado en Orbaneja un lugar central y protagonista. Esta caverna que se abre en el cantil rocoso que preside el pueblo, y que lo divide en dos partes: Villa y Puebla, condiciona por completo la vida de sus gentes.
En esta ocasión, nosotros no visitamos la cueva, pero ésta se puede visitar con un guía y se puede caminar un buen trecho dentro de la misma. A pesar de que no lleva agua, se puede escuchar cómo el ruido del agua cercana retumba en las paredes. Por esta cueva, que forma parte del interesante Complejo kárstico de Orbaneja, tienen su salida natural las aguas subterráneas provenientes de un enorme acuífero situado en el subsuelo del Páramo de Bricia. El caudal de esta surgencia, de carácter permanente a lo largo del año, aumenta considerablemente en época de fuertes lluvias y deshielo, de tal manera que el recorrido de las aguas saltando desde los distintos niveles de terraza de toba, es un espectáculo único e indescriptible, sobre todo en primavera.
El pueblo se recorre rápidamente, siendo uno de los Conjuntos de Arquitectura Popular mejor conservados y con mayor encanto de toda Castilla y León. Las casas son de evidente traza montañesa, dada la proximidad geográfica con Cantabria, no son de mucha altura, pero su aspecto exterior se estiliza con las elegantes solanas de madera que se asoman a las viejas y estrechas calles del pueblo. Tan apiñadas están las casas, que parece que los balcones estuvieran suspendidos en el aire.
Edificios singulares son la Casa Fuerte que pudo pertenecer a los marqueses de Aguilar, la Casa de los Canes que reutiliza canecillos románicos y la Casa de los Pobres que fue un antiguo hospital en el siglo XVI.
Desde aquí comenzamos a ascender por un empinado camino hasta alcanzar una primera bifurcación. Nosotros continuamos de frente, por el camino hacia el Norte, aunque se puede tomar la senda que asciende por el Oeste.
Estamos en una cornisa natural desde la que podemos admirar el grandioso paisaje del cañón del Ebro, y al frente, en la margen derecha del río, aparece el descomunal Conjunto de Estructuras Calcáreas Naturales que, desde la lejanía, asemejan ruinas que evocan formas fantásticas, que asemejan retazos de un castillo inexistente que el imaginario colectivo ha perpetuado en el topónimo del pueblo.
Tras haber caminado unos 2 kms y haber superado un desnivel de unos 250 mts el camino torna en dirección Sur y rápidamente hacia el Oeste.
Seguimos caminando por el Páramo mientras disfrutamos de multitud de flores de primavera. Quizá sea la primavera el mejor momento para disfrutar de esta ruta, suponemos que en verano aquí tiene que pegar mucho el sol y el calor, y en invierno el viento debe ser helador.
Pasamos por una antigua casa al lado de unas hileras de piedra seguramente antiguos corrales para el ganado.
Pronto llegamos al lugar conocido como las Eras, donde encontramos una serie de chozos de piedra, los Chozos de Estilla. Se trata de unas construcciones, de planta circular o cuadrada, construidas con piedra en seco, sin ningún tipo de argamasa, y con falsas cubiertas abovedadas, que servían para guardar los aperos para la trilla y el beldado del grano, así como un lugar de abrigo en el que poder resguardarse del sol o de las tormentas. Estas construcciones constituyen uno de los más interesantes conjuntos de arquitectura popular de la provincia burgalesa.
Regresamos al camino y continuamos en dirección NW, a nuestra derecha tenemos la ocasión de contemplar, muy cerca, dos enormes buitres posados en el prado, mientras tres alimoches revolotean un poco más allá.
Cuando llevamos unos 5,5 kms empezamos a introducirnos en un bosque de encinas o carrascas, donde también aparecen algunos espinos albares, endrinos y enebros.
Poco a poco vamos girando hacia el Oeste y después hacia el SW.
Hacia el km 7 nos encontramos una alambrada y una puerta con alambres de espino que hay que abrir para pasar, y como siempre volver a dejar cerrada. Justo en este punto entramos en la Comunidad Autónoma de Cantabria.
Unos 200 mts más adelante encontramos una bifurcación, se puede seguir por cualquiera de los dos caminos. El de la izquierda es más corto, mientras que el de la derecha un poco más largo, nos permite acercarnos a la Ruta Ornitológica de Monteconza.
En el km 7,3 alcanzamos un cruce de caminos y una primera indicación a la Ruta Ornitológica, que en este caso, no seguimos pero que podría haber sido una buena opción.
Como digo continuamos adelante por la pista en dirección Sur.
En el km 8,2 tenemos de nuevo una bifurcación hacia la Ruta Ornitológica que esta vez sí que tomamos. Pasamos por entre los restos de muros de piedras derruidos, que nos recuerdan que esta zona era utilizada como terreno de pasto para la ganadería extensiva; el abandono de estas parcelas han dado paso a zonas de matorral y sobre todo de carrascal.
Esta zona está declarada como Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), donde destacan entre otros, el alcaraván, la calandria común, la bisbita campestre, el alcaudón dorsirrojo, el aguilucho cenizo, el sisón, la terrera común, el escribano hortelano…
Pronto llegamos un observatorio de aves construido en madera, desde aquí se pueden observar buitres leonados, águilas reales, alimoches, cernícalos, covas piquirrojas, aviones roqueros…
Nos encontramos en una terraza fluvial formada por un antiquísimo meandro del río Ebro, como sabemos, los meandros se forman por el depósito de materiales arrastrados por el río, en el exterior de la curva la velocidad del agua es mayor, por lo que va erosionando el terreno, mientras que en el interior, la velocidad es menor y es donde se van depositando los sedimentos. En algunas ocasiones se forman meandros enfrentados, que cuando se juntan, el río abandona ese cauce que queda cerrado por los sedimentos. Cuando se cerró este meandro, se estima que el río circulaba a unos 790 mts sobre el nivel del mar, mientras que en la actualidad, circula a unos 680 mts.
Regresamos por el mismo camino hasta los indicadores, allí tomamos dirección Sur y comenzamos el descenso hacia el valle.
Pasamos por una bifurcación con un indicador hacia unas trincheras. Lo dejamos para otra ocasión. Parece que las vistas desde esas trincheras son maravillosas (se encuentran a una altitud de 939 mts). Se trata de una serie de trincheras creadas en el denominado Frente Norte tras el golpe de estado ocurrido en 1936, que se construyeron para y por la posesión del Valle de Valderredible para defender la fábrica de armas ubicada en Reinosa, concretamente en lo que actualmente es la fábrica de Sidenor conocida como La Naval. Al principio de la guerra civil la fábrica de armas quedó en poder del bando republicano, siendo un objetivo primordial del bando sublevado que alcanzó Reinosa el 16 de agosto de 1937.
Continuamos descendiendo hasta llegar a un panel que nos indica la existencia del pueblo abandonado de San Andrés. Solo quedan vestigios de muros de piedra, algunos con argamasa y otros secos, que denotan la presencia de antiguas viviendas y cerrados para el ganado. Hoy se encuentra colonizado por la vegetación.
Seguimos nuestra ruta, en descenso hasta llegar al valle. Nada más alcanzar la carretera nos encontramos unos pequeños edificios, restaurados, que eran conocidos como “fielatos” o “casetas de consumo”. Su función era la del cobro de arbitrios y tasas municipales sobre el tráfico de mercancías, además de cierto control sanitario sobre los alimentos.
Cruzamos la carretera y pasamos por el puente que nos lleva hasta la localidad de Villaescusa de Ebro, la cual pertenece al ayuntamiento de Valderredible. En su núcleo se encuentran algunos bonitos ejemplos de arquitectura popular, además de callejos y huertos que mantienen la fisonomía del pueblo, las antiguas escuelas, la casa del concejo con una torre con un reloj de esfera…
Nos adentramos unos metros por la orilla de la margen derecha del Ebro hasta alcanzar un pequeño área recreativa con una mesa de madera donde aprovechamos para reponer fuerzas.
Ahora continuamos en dirección Sur siguiendo las calles del Barrio de Pomar, enseguida encontramos un indicador hacia las cascadas de El Tobazo, que dejamos para otra ocasión. El Tobazo es un afloramiento kárstico de toba, la erosión ha horadado grutas naturales y la mano del hombre un conjunto eremítico con tres cuevas.
Como digo, seguimos por la margen derecha del río, siguiendo el Camino Natural del Ebro (GR 99). En 1 km alcanzamos una nueva desviación hacia El Tobazo, por lo que si hubiésemos decidido subir antes, ahora podríamos haber regresado por aquí.
Pero continuamos por el GR 99, pasamos un puente de madera que salva un arroyo, probablemente son las aguas que vienen de las cascadas de El Tobazo.
Enseguida alcanzamos la Central Eléctrica del Tobazo, que nos obliga a bordearla por la derecha.
Seguimos avanzando por una senda de ribera, alternándose la vegetación de ribera, con bosques de haya, roble y acebos.
Vamos viendo como el Ebro ha ido generando estas Hoces con unos paredones que en algunos puntos alcanzan los 200 mts. Lógicamente la senda junto al río, va siguiendo sus meandros por lo que tan pronto vamos hacia el NNE, como giramos hacia el Sur, luego hacia el Este y por último hacia el Norte.
Pasamos junto a una bifurcación que indica la posibilidad de ir hacia Escalada por el Páramo o por la Ribera. Nosotros vamos hacia Orbaneja por lo que debemos continuar por la Ribera.
De repente aparece ante nosotros, de nuevo, la hermosa vista de los Conjunto de Estructuras Calcáreas Naturales denominados “El Castillo” donde se distinguen claramente las dos rocas que parecen 2 dromedarios besándose.
Toca continuar hasta llegar al puente que salva el Ebro y que nos devuelve a Orbaneja.
Ahora ya solo es seguir un poco la carretera y tras pasar por la famosa cascada, bajamos al aparcamiento donde iniciamos, y ahora finalizamos esta más que interesante ruta.

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