Orea - Circular a la Peña de la Gallina

La Peña de la Gallina (1885 m) es la máxima altura del Sistema Ibérico en la provincia de Guadalajara, a unos cientos de metros de su compañero el Caimodorro, que ya cae en la provincia de Teruel y constituye el techo de los Montes Universales. Como otras cimas de esta zona, consiste en un manojo de crestones de cuarcita fácilmente alcanzables a pie, a través de anchas sendas forestales y masas espesas de pino albar. Al igual que en el caso del Caimodorro, se trata de montañas sin vistas, ya que "los árboles no nos dejan ver el bosque" y no se divisa panorama desde ellas.

Dicho esto, la excursión no está falta de atractivos, pues siempre es una gozada pasear por estos bosques. Pasaremos por las cabeceras de dos afluentes del Tajo: el Cabrillas y el Gallo. Del primero hay que buscar su surgencia en el "río de piedras" de la localidad de Orea, curiosidad geológica digna de visitarse, compuesto por bloques cuarcíticos. Desde allí, siguiendo una senda borrada a ratos, pero que podemos intuir, llegaremos a la zona del Entredicho, antiguos pastos comunales cuyo nombre ya nos indica que se mantuvieron en litigio entre este pueblo castellano (o molinés) y el vecino término aragonés (o turolense, o albarracinense) de Orihuela del Tremedal. Pasado el Entredicho y rodeando la Peña de la Gallina por su flanco oriental, podremos atisbar una turbera donde brota el Gallo, siempre según la versión de los de Orea, pues los de Orihuela defienden que nace en otra fuente de su término, faltaría más. En realidad la zona es una esponja de la que brotan diversos manantiales, un nudo hidrológico formador de ríos que andando el tiempo, llegarán unos al Mediterráneo y otros al Atlántico. Tras rozar el límite municipal/provincial/autonómico en la Pista del Collao, torcemos en sentido Oeste y, ladera a través pero sin posibilidad de pérdida, llegamos a la pista forestal que une Orea con su camping y que un rato antes habíamos abandonado. Desde aquí, en sentido Norte, volvemos al pueblo, pasando antes por el Collado de los Santos desde el cual, si tenemos tiempo y ganas (sólo es 1 km) se puede alcanzar el Cerro de San Cristóbal que, ése sí, tiene unas vistas magníficas y una rústica ermita.

Siendo sinceros, en esta ruta no hemos subido a la Peña de la Gallina -desde donde no tendríamos vistas reseñables como hemos dicho-, sino que la hemos rodeado en un recorrido circular. Si tenemos ganas de atacarla, no serán más que unos minutos desde cualquier punto del círculo que hemos marcado con el track.

Le pongo Moderado en vez de Fácil porque tiene tramos de monte a través, pero no son ni enmarañados ni difíciles de seguir. Y como he grabado el track con un reloj de estos de deportistas, no tengo ni idea de cómo meterle waypoints. La tecnología me está superando, o yo me estoy haciendo viejo, o ambas cosas...