Oreja de la Mula y recintos fortificados. Doña Mencía

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domingo, 1 de mayo de 2016

Ruta para realizar en familia, por una bonita sierra en Doña Mencía, la llamada “Ruta de las Fortificaciones”.
Partiendo desde la celebérrima cantina de la localidad, cruzamos el pueblo hacia la Ermita del Calvario y desde allí ascender al cerro de San Cristóbal, donde iniciamos la ruta entre el mencionado cerro y la Serrezuela, en la baliza de la Oreja de la Mula, anduvimos por la cuerda de este alto hasta su cumbre (801 m) donde sus imponentes sillares de piedra nos ofrecerían una majestuosa vista de la Subbética, campiña y en días claros de Sierra Nevada. En este punto comenzamos un pronunciado descenso hasta cruzar el Camino del Balanchar y de Los Molinos llegando a la cumbre del Peñón del Grajo (791 m), seguimos dirección sur por Piedralisa donde aparecían los primeros restos de recintos fortificados para poco después alcanzar la Oreja de la Mula, recinto fortificado íbero-romano, lugar idóneo para “jincarnos” nuestro bocata y un chorrito de Moriles.
Nos quedamos un poco a medias por lo corto del recorrido, así que decidimos acercarnos a Zuheros en coche e iniciar el afamado sendero del Bailón, para realizar una corta ruta, según las indicaciones de nuestro sherpa Antonio Luna, que nos tenía preparada una grata sorpresa.
Poco después de iniciar el sendero nos desviamos dirección oeste, en un brusco y duro ascenso por el cerro de la Alcairía, entre olivos, encinas, piedras y “cardos borriqueros”, para ya casi en la cumbre disfrutar de enormes grietas en la montaña, posiblemente por efecto de la “meteorización física o más concretamente Gelifracción”.
Atravesamos un pequeño valle de cardos con una altura considerable, hasta una covacha, donde a través de una gatera, que cruzamos a rastras, nos trasladó bruscamente a la cara sur de este cerro, ofreciéndonos una panorámica muy diferente. En pocos pasos llegamos a una curiosa formación pétrea, a modo de arco cerrado o ventana, que los oriundos llaman “Ojo de Zuheros”, justo en lo alto del Tajo de la ventana, brindándonos unas preciosas vistas de la localidad, y del majestuoso Tajo Capitán con su ferrata.
Inmortalizamos el momento y por un acusado barranco que nos condujo a la colada del Pozuelo, regresamos a los coches.