OREJANILLA Y EL CÍRCULO DE MESAS

1.- FICHA TÉCNICA:

Distancia total: 14,01 km
Fecha de realización: 20/Febrero/2022
Fecha de subida: 20/Febrero/2022
Dificultad: Fácil
Índice IBP: 41 HKG
Tiempo total: 4:34:50 h
Tiempo en movimiento: 3:58:47 h
Tiempo parado: 0:36:03 h
Altitud al inicio/al final: 1009 m/1009 m
Altitud mínima/máxima: 1009 m/ 1172 m
Señalización: No hay
Posible con BTT: Si, pero en algunos tramos hay que echar pie a tierra.

2.- ACCESO AL INICIO DE LA RUTA

El comienzo de la ruta está en el núcleo urbano de Orejanilla. En la calle de Abajo, hay espacio de sobra para dejar varios vehículos.
El acceso hasta Orejanilla, hay que hacerlo por la carretera SG-V-2513, con dos posibilidades: por el norte, desde la SG-P-2322, por la que tras casi 2 km llegamos al pueblo y por el sur, desde Arcones, en la N-110 (Segovia a Soria), desde donde hay unos 11 km hasta Orejanilla.
Las coordenadas del aparcamiento en la calle de Abajo en sistema sexagesimal o GSM, son 41° 09' 04,4” N y 3° 47' 40,6” W. En sistema decimal o GD, son 41.151232, -3.794600.
Otra alternativa que tenemos para llegar al punto de inicio, es la de utilizar la función “¿Como llegar al punto de inicio?” que tiene Wikiloc a nuestra disposición. Al abrir la ruta que queremos hacer, justo a continuación de las características técnicas de la misma (distancia, dificultad, fecha, etc.) aparece dentro de un recuadro la mencionada pregunta. Al picar en dicha opción, desde tu ubicación, estés donde estés, aparecerá en Google Maps, el trayecto que se ha de realizar para acceder al punto de partida de la ruta.

3.- INFORMACION GENERAL SOBRE LA RUTA

3.1.- CARACTERISTICAS GENERALES:

Es una bonita e interesante etapa circular, que se puede realizar en cualquier época del año, en una mañana o en una tarde.
El recorrido transcurre por un área que es conocida debido a la “concentración” de mesas o muelas, unos montes de cumbre plana y de forma más o menos tronco-cónica. Estas mesas (la Peña del Águila, la Hiruela, Matamachos, la Majadilla, etc) están dispuestas casi de modo circular, alrededor de un área más o menos plana en la que están ubicados los pueblos de El Arenal y Orejanilla, y el despoblado de Alameda. Este espacio vagamente circular, tiene una altitud media elevada cercana a los 1000 m sobre el nivel del mar, y tiene una suave pendiente orientada al sur, hacia el cauce del río Pontón.
Si tenemos en cuenta la zona por la que vamos a caminar, así como el clima de la provincia, el momento idóneo para hacerla, a mi juicio, es la primavera, principalmente en el mes de mayo y la primera mitad de junio. En esa época, toda la vegetación herbácea y arbustiva, tendrá el verde como color casi exclusivo y la floración estará en todo su apogeo, lo que le va a añadir a nuestro recorrido un colorido que casi nos va a ayudar a caminar. En nuestro caso, hicimos este recorrido el 20/Febrero/2022, en un soleado y fresco día de invierno, espléndido para caminar.
En el verano, como la zona por la que hay que caminar es muy seca, sería aconsejable madrugar para acabarlo antes de que el calor comience a apretar. Es decir, evitar las horas centrales del día en la medida de lo posible. Se puede decir que no hay sombra en todo el recorrido, por lo que es aconsejable protección solar y un sombrero o gorra (aunque esto es aplicable no solo en el verano). Hay una fuente de agua no tratada en el despoblado de Alameda y otra en el vallejo de la Tejera, en las proximidades del pueblo El Arenal. Por tanto lleva agua en cantidad suficiente.
La ruta no está balizada. En varios puntos puede producirse algún despiste o error, debido a los relativamente frecuentes cruces y bifurcaciones del camino, así como al cruzar el sabinar que cubre la Majadilla en la que los caminos y sendas, por el abandono y la falta de uso, pueden desaparecer parcialmente al ser ocultados por la vegetación. La existencia de algunos accidentes orográficos ayuda a dar con la buena dirección, pero hay que caminar atentos.
Físicamente no es exigente. Durante la primera mitad de la ruta, se puede decir que vamos a ir ganando altitud, hasta llegar a la lastra donde se sitúa el Alto de la Majadilla. En las cercanías de El Arenal, en el camino de la Matilla, en casi 1 km superaremos un desnivel altitudinal de 83 m, lo que nos da una pendiente media del 9,1 %. Los últimos 300 m, subiendo por la ladera de la mesa, por un camino que a veces hay que imaginárselo es lo “más duro” de todo el recorrido. Pero llegados al borde de la lastra, las panorámicas del valle y de la Sierra de Guadarrama, compensan el pequeño esfuerzo realizado.
Teniendo en cuenta su kilometraje, así como las aceptables pistas y sendas por las que mayoritariamente se va a caminar y la escasa dificultad en general, que presenta la zona por la que vamos a progresar, se puede catalogar esta etapa como fácil (el índice IBP es de 43).
Todo el circuito va a tener un ambiente solitario, siendo inhabitual el encontrarse con alguna persona.

3.2.- GEOLOGÍA DE LA ZONA

Hace alrededor de 95 millones de años, el mar que cubría toda la provincia de Segovia, se retiró y dejo al descubierto un sustrato rocoso, que comenzó a ser sometido a procesos de erosión, principalmente por ríos y arroyos. Durante el Cretácico Superior, esta red fluvial fue también depositando en sus cauces y valles fluviales, grandes cantidades de arcillas y arenas silíceas, que cubrieron gran parte de la superficie de la actual provincia de Segovia.
Hace unos 85 millones de años, volvió a subir el nivel del mar y toda la provincia de Segovia quedo cubierta por un mar de aguas templadas y poco profundas. En este mar, la vida marina, tanto animales invertebrados como vertebrados, alcanzó un gran desarrollo. Durante varios millones de años, los restos de dichos animales, fueron depositándose en el fondo del mar, sobre las arenas y arcillas existentes. Cuando estos sedimentos se fueron compactando y transformando en rocas, dieron lugar a las abundantes calizas, dolomías y margas que hoy en día encontramos en el piedemonte carbonatico de la Sierra del Guadarrama.
Hace unos 65 millones de años el mar se retiró definitivamente y lo que es la actual provincia de Segovia quedó emergida, Todos los sedimentos carbonatados, transformados ya en rocas, estaban depositados en estratos o capas más o menos horizontales, aunque posteriormente iban a ser alterados tanto por movimientos tectónicos como por procesos erosivos.
En esta zona de la provincia, los estratos quedaron prácticamente horizontales o muy poco alterados, es decir, esta zona de la provincia era en general una planicie. Sobre ella, la red de ríos y arroyos, comenzó a erosionarla. Tras millones de años de erosión fluvial, los cursos de agua fueron encajándose en el terreno y labrando valles, que ocasionaron distintos tipos de relieves con una característica común a todos ellos, sus cumbres eran prácticamente planas. Debido a su forma, uno de los nombres que reciben es el de “mesas.” También se les conoce como muelas o lastras.
Otras características comunes a todos estos relieves son: sus cumbres, prácticamente planas, tienen una cubierta o costra calcárea dura de grosor variable, que ha hecho de cubierta protectora contra la erosión de las arcillas y arenas silíceas que hay bajo ellas; la altitud media de sus cumbres planas es de alrededor de 1.100 m sobre el nivel del mar, lo que da una pista de su común origen; su forma suele ser tronco-cónica; y sus laderas tienen numerosos afloramientos de arcillas y arenas de facies Utrillas, muy aparentes y fácilmente identificables por su paleta de colores claros.
El recorrido que vamos a hacer, va a pasar entre algunas de las mesas o muelas, cruza la pequeña llanura casi circular que delimitan y sube a la mesa o muela del Alto de la Majadilla.
Algunos de estos afloramientos en facies Utrillas, a los que se denomina areneras o arenales, han sido explotados por los habitantes de la zona desde hace cientos de años fundamentalmente como material de construcción (la conocida como arena de mina) y para blanquear o enjalbegar las paredes de sus casas. Uno de estos afloramientos en las cercanías de El Arenal, recibe el nombre de La Jalvera, topónimo que deriva de enjalbegar. Y en algunos pueblos próximos, lo que extraían para enjalbegar las casas, lo denominaban “el jalbebe”, extracción que ha perdurado hasta mediados del pasado siglo XX. La explotación, Inicialmente lo hacían de forma artesanal y subterránea, es decir, en galerías excavadas en las laderas a pico y pala, y más recientemente en explotaciones a cielo abierto que se adaptaban a la forma de la ladera, y con ayuda de maquinaria, como veremos en alguna de estos arenales-canteras abandonados.
En este recorrido, veremos 2 o 3 de estas antiguas explotaciones abandonadas hoy en día, alguna de ellas de gran tamaño y en la que todavía queda parte de la maquinaria que emplearon para su explotación.

3.3.- VEGETACIÓN DE LA ZONA

La cubierta vegetal arbórea de toda la zona es en general escasa, presentando un aspecto adehesado. Su composición florística es relativamente uniforme, ya que está formando un bosque mixto de encinas y sabinas, como especies más frecuentes y conocidas
La sabina albar va a ser la especie dominante, sobre todo en la zona de lastras y sus laderas, entre las que aparecen enebros sueltos, así como alguna encina. Hay magníficos ejemplares de sabina, algunos de los cuales pueden alcanzar los 15 m de altura. Las masas más densas de arbolado, están en la zona de las lastras.
Las encinas, en el primer tercio del recorrido son abundantes y en las proximidades del despoblado de Alameda, algunos de dichos ejemplares sobrepasan los 10 m de altura.
En el espacio vagamente circular al que da lugar situación de las mesas, donde están El Arenal y Orejanilla, hay una amplia superficie dedicada a pastos para el ganado, cuyas parcelas están delimitadas por paredes de piedra, en cuyo interior hay una especie de sotos con fresnos. De vez en cuando aparecen parcelas dedicadas a cultivos de secano.
En las zonas más húmedas, mayoritariamente en la vega del río Pontón, los prados de pastos son más abundantes. Y la clásica vegetación de galería de río en la que abundan fresnos y sauces, así como las plantaciones de chopos, es fácil de ver.
El sotobosque va a estar formado por jaras, chaparras, retamas, retoños de sabinas y enebros, artemisias, zarzas, escaramujos y plantas aromáticas (espliego, tomillos, salvias, etc.), como especies más conocidas. Las jaras, van a ser las más abundantes.

4.- ITINERARIO:

Comenzamos a caminar por la carretera SG-V-2513, durante unos 0,8 km. En la segunda bifurcación a la derecha, abandonamos el asfalto y comenzamos a subir por el Camino del Cubillo en suave ascenso. El camino discurre por un sendero arenoso y entre encinas salpicadas de sabinas, con un matorral tupido de jaras. A los 0,6 km, a nuestra derecha veremos que hay un ancho arroyo seco con arena blanca, por cuyo fondo comenzaremos a caminar. El arroyo baja de la ladera de la mesa Peña del Águila.
Se irá estrechando, describiendo algún bonito y pequeño meandro encajado en arenas y arcillas de colores, correspondientes al primero de los afloramientos en facies Utrillas que veremos en este recorrido. Merece la pena llegar hasta el fondo para verlo con detenimiento. El regreso, se hace por el mismo camino por el que subimos, es decir, el fondo del arroyo.
De regreso al camino, unos 0,5 km más adelante, giramos a la derecha. Podemos caminar por el fondo de otro arroyo o por una senda situada a la izquierda del arroyo. Ambos, acaban en el mismo sitio, es decir, en el Portillo de la Alameda, en un camino que nos conduce a lo que queda del pueblo de Alameda, que quedó deshabitado hacia 1970. Pasado el Portillo, un bonito camino entre paredes de piedra caliza y unas espléndidas encinas, nos lleva hasta lo que queda del caserío de Alameda, con un buen pilón en el centro del pueblo.
Desandamos unos 200 m con dirección al Portillo de la Alameda, y tomamos un camino a nuestra derecha que atraviesa un bosque adehesado de encinas y sabinas, que bordea la mesa La Hiruela. El camino va girando hacia el sur y al cabo de 1,3 km aproximadamente, llegamos al cruce con el Camino de La Matilla, que va desde Orejanilla hasta La Matilla
Frente a nosotros sigue el camino de El Arenal, primero entre paredes de piedra, para desembocar más adelante en una buena pista de tierra. Unos 400 m más adelante por esta pista de tierra, tomamos una ramificación a nuestra izquierda, por un camino casi con forma de U, que nos va a permitir rodear el pueblo de El Arenal. Dejados atrás los depósitos de agua de dicho pueblo, el camino desemboca en la pista que discurre por el valle del Arroyo de las Viñas, con dirección a La Matilla.
Por esta buena pista, en ascenso, vamos a caminar unos 700 m, hasta que, por un arroyo, acometemos la parte “más dura” de todo el recorrido. Toca subir la ladera hasta la lastra del Alto de la Majadilla, entre campo a través y por una vereda casi inexistente. Son unos 300 m aproximadamente, con una pendiente media del 12,6 %, que rematamos por un antiguo camino carretero cubierto de piedras.
El camino se introduce en un sabinar en el que se notan las huellas de antiguas labores agrícolas. El grado de recuperación y regeneración del sabinar es apreciable. Hay que cruzar el sabinar con dirección Sur, un poco en plan “búscate la vida”, pero en modo light. En un momento de la travesía, frente a nosotros y como a unos 500 m, veremos un montón de piedras blancas, hacia el cual hemos de dirigir nuestros pasos.
Llegaremos a un camino en el que giramos a la izquierda, y por el que saldremos del sabinar. En las siguientes tres bifurcaciones, siempre a la derecha.
Pasada la tercera bifurcación, a unos 100 m llegaremos a un par de canteras de piedra caliza abandonadas, y unos 300 m más adelante, tenemos que desviarnos a la derecha. No se ve camino alguno, solo la entrada a la zona alta de un vallejo que es la cabecera del Arroyo de Orejana.
Nos metemos por él, caminando por su cauce seco, hasta que veamos una senda en su margen izquierda. Esa senda, poco a poco según vamos descendiendo por el vallejo, se irá haciendo más aparente y ancha. Es un valle de poca entidad, pero muy bonito. Está repleto de sabinas, algunas de muy buen porte, con un estado de regeneración notable.
Unos 600 m más abajo, el valle gira a la derecha y veremos un gran pilón para abrevar el ganado con una espléndida sabina a su lado. Unos metros más adelante, nos vamos a encontrar en la ladera de la mesa, a nuestra izquierda, la primera de las dos grandes areneras abandonadas.
El camino, ya una amplia pista de tierra, sigue avanzando entre sabinas, vegetación de ribera y parcelas cerealistas, hasta que llegamos frente a la segunda de las dos grandes areneras abandonas, también en la ladera de la mesa. Aún conserva parte de la maquinaria empleada en su explotación.
Unos 500 m más adelante, llegamos a la carretera SG-V-2513, y frente a nosotros aparece la espléndida iglesia románica de San Juan Bautista. Y frente a ella otra arenera, más pequeña y que fue explotada de forma manual. En ella veremos las bocas de un par de galerías excavadas a pico y pala, con sus bocas parcialmente ocultas por los derrumbes de los estratos por encima de ellas.
La iglesia de San Juan Bautista, una preciosidad del románico segoviano, fue comenzada a construir a finales del siglo XII o principios del XIII. Tiene un atrio con 8 arcos de medio punto, orientado al sur, con unos capiteles espléndidos. El pórtico occidental del atrio está bellamente decorado. Merece la pena hacer un alto y dedicar un rato a la observación de esta joya del románico segoviano.
Proseguimos nuestro recorrido por una pista en descenso en dirección al río Pontón. A unos 200 m, giramos a la derecha, con lo que caminaremos más o menos en paralelo al cauce del río, Estamos en el Camino de la Hebilla, por el que transitaremos unos 3 km hasta llegar a Orejanilla, nuestra final de etapa.
El camino es ancho y de buen caminar. Esta bordeado por fincas dedicas a pastos y alguna parcela cerealista. La cubierta vegetal arbórea es escasa, con fresnos de trasmocho o cabezudos, así como algunos ejemplares de encina y sabina sueltos.
Hacia la mitad de este tramo, a nuestra derecha vamos a ver las ruinas de la iglesia románica del Santo Espíritu, de la que solo se mantiene en pie su ábside semicircular con un trozo de bóveda de medio cañón y las paredes de su única nave rectangular. Se dice que formaba parte de una pequeña abadía cisterciense. Fue abandonada en el siglo XIX. Hasta mediados del siglo XX fue utilizada como cementerio por los pueblos de Orejanilla y la Alameda.
El Camino de la Hebilla, finalmente desemboca en la carretera SG-V-2513, a unos 300 m de donde dejamos aparcado el coche.

Todo aquel que utilice total o parcialmente la ruta aquí descrita, así como su correspondiente track para GPS y la información complementaria que lo acompaña, lo hace bajo su responsabilidad. Por los riesgos que toda actividad en la naturaleza conlleva, queda igualmente bajo la responsabilidad de quien lo utilice, el tomar las medidas de seguridad adecuadas para realizar el itinerario descrito, que va a depender de las condiciones meteorológicas, del estado y preparación física de quien lo vaya a realizar y del grado de conocimientos técnicos del que use dicho track. La información que has leído, es de carácter informativo y orientativo.