Ortigosa - Grajos, Circular

Sencilla ruta con salida y llegada en Ortigosa del río Almar al lado del Palacio de impecable restauración, hoy un bonito restaurante-bar que merece la pena visitar.

Salimos por el camino que sube paralelo a la carretera en dirección Sur hacia Grajos llevando a nuestra izquierda el barranco que excava el Almar recién nacido en las Fuentes.
Prácticamente en el pueblo encontramos los cantos blancos, imagen emblemática del municipio y obligada fotografía.

Seguimos ascendiendo y mejorando la perspectiva de la cara Norte de la sierra de Avila y el parque eólico que la recorre. En este tramo encontramos la Santa Cruz de Santa Teresa. Parece ser que estaba vinculada por familia a Ortigosa donde hizo alguna parada camino de una visita al curandero.

El camino es descansado y agradable, nos permite entretenernos a mirar las ruinas de varios molino en el cauce del Almar ya casi en Grajos.

Cruzamos el río que en este tiempo está totalmente seco y entramos en San Juan Del Olmo. En un breve paseo por sus calles apreciamos la arquitectura tradicional de las Casas de piedra, algunas con un característico portalillo o la casa sindical con una bonita entrada de columnas también de piedra, la Iglesia parroquial de San Juan Bautista del SXV o los tres pilones ya en el camino hacia el Este que nos lleva a Valdecasa.

Este es el camino por el que continuamos nuestra ruta disfrutando de los imponentes robles y la paz del abundante ganado vacuno principal medio de vida de los pocos habitantes que van quedando en la zona.

Cruzamos el arroyo Navallanos y antes de llegar al de los Hoyuelos, justo en el límite con el término municipal de Valdecasa, dejamos el camino ancho y tomamos una vereda apenas visible a la izquierda.

Vamos bajando en dirección Noreste hasta cruzar este arroyo y enlazar con una ancha pista forestal que hacia el Norte y a lo largo del impresionante encinar de la dehesa de Rehoyo nos irá conduciendo otra vez al punto de partida.

No falta en el recorrido el majestuoso vuelo de los buitres que se elevan desde el posadero de los riscos de Valdecasa, algún águila calzada en el encinar y varios ratoneros que nos observan sobrevolando los robles.

En resumen: ruta sencilla que sin sobresaltos nos da una bonita perspectiva de la cara norte de la sierra de Avila, en torno al socavón que el río Almar horada en su cauce alto.





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