Órzola: Altos del Jablillo - Vereda del Jable - Malpais - Los Rostros - Peña del Tonico 11032024

Desde el muelle (había llegado en guagua) me fui por la Caleta de Orzola, por el paseo que transcurre frente a la zona de restaurantes, para alcanzar la zona de las antiguas salinas y continuar por ellas hasta alcanzar la calle El Lajiar y por ella ubicarme en la vereda que lleva a la Playa del Caletón Blanco.
Esta vereda transcurre por una zona de lavas y por los diferentes charcos del lugar, entre los que se encuentra EL Charco de La Noria, para terminar en El Caletón Blanco.
Desde el Caletón continué, ahora la vereda es mas complicada de ubicar porque ya no está bien definida, es una línea no muy ancha cubierta de jable y que resalta entre las rocas negras y el matomoro verde (Suaeda vera), estos días ha debido de haber mareas muy altas porque además la zona estaba cubierta por algas que el mar debió de arrastar en su subida, las huellas del paso marino quedan aun en la zona. Paso al Raso Traquini, y como su nombre indica, sobre lavas sin líquenes que las ornamente, la vereda ahora va sobre pequeñas rocas y se distingue del resto por el pequeño hundimiento, debido a las pisadas, que la delata; hay hasta una patera que luce en la zona del Jamais.
Sigo la marcha dejando a mi izquierda El Jamaís, para llegar al Morro de la Sal, el matomoro nos acompaña en algunos tramos y se distinguen algunas zonas con el jable blanco y algunas matas de uvillas de mar, muy bien alimentadas por las brisa que baña la zona.
La vereda, un cabalgar sobre rocas, continua muy próxima a la costa, pasamos por el Bajo de Los Sables (se refiere a la arena, jable ó sable) y llegamos a Los Altos del Jablillo, aquí empieza la zona protegida del Monumento Natural de La Corona y señala el inicio de la Vereda del Jable ó de Los Pescadores.
Hay una vereda de jable blanco que resalta sobre el verde del matomoro que la bordea y que se acerca serpenteando a la carretera y por ella me fui, termina es una especie de escalera que te sube al asfalto y te deja al borde de la LZ-1.
Estamos en el límite del Monumento Natural de La Corona, espacio natural protegido que comprende el volcán del mismo nombre y el malpaís originado por su erupción, hace unos 20.000 años. Crucé la carretera hacia el aparcamiento que hay justo enfrente y desde donde parte la denominada Vereda del Jable ó de Los Pescadores. Este camino cubierto de jable blanco lo usaban las gente de mas arriba (Ye, Máguez y alrededores) para venir a la costa a por sustento marino, la alfombra de jable les ayudaba a reconocer la vereda a la hora del regreso, si oscurecía; sirve también como línea divisoria de la zona protegida de la que no lo está.
Marcho por la vereda y recorro el malpais sin dificultad, es una zona de transito frecuente y aunque la arena se ha ido perdiendo aún queda la suficiente para poder distinguirla, avanzo con calma el escaso kilometro que me resta para llegar al punto de desvío que figura en los planes del día. Este punto apenas se distingue del resto, una roca algo mas grande de lo normal y sobre ella otra mas pequeña es el hito geográfico que señala el lugar, los tracks de la aplicación me ayudaron a ubicarme sin problemas, también traía el lugar señalizado en el Maps de Google por si las moscas.
A mi alrededor aulagas y tabaibas rellenan el entorno de piedras volcánicas, la vereda del jable sigue hasta Las Tabaibitas (Casas de Arriba en algunos mapas) y un poco antes hay otro desvío que marcha un poco mas arriba y confluye con este en “la rotonda de los caracoles”.
Me paso a la izquierda entre un mar de tabaibas que ocultan el cruce de veredas pero unos metros después aparece sin dificultad; en frente una roca grande sobresale de la ladera de Los Rostros a modo de guía que señala un “por aquí”.
La vereda avanza sin dificultad y un rato después empieza a descender hacia una hoya enorme por la que continua avanzando hacia el otro extremo, recorro todo la hoya zigzagueando por entre las tabaibas, y siempre sobre la vereda, hasta realizar una especie de arco que me deja al pie de una ladera por la que asciende. Arriba una roca inmensa casi cubierta de una tabaiba a modo de abrazo sirve como hito, en este lugar confluyen tres veredas: la que me trajo hasta aquí, la que voy a seguir a continuación y una tercera que se dirige hacia la zona del Jable Grande.
Repuesto e hidratado continuo bordeando otra hoya, la vereda está algo mas camuflada, porque se usa menos, pero es fácil distinguir una linea oscura entre tanto ocre del entorno. Me voy aproximando a una pequeña lomada para marchar casi a su pie y llegar al final de esta elevación rocosa. Asciendo por la ladera justo donde termina la lomada para pasar al otro lado y afrontar la parte mas complicada del trazado. Hay que descender al otro lado marchando por sobre rocas cubiertas de espineras, tabaibas y aulagas. Una inmensa aulaga me sirve de referencia, sabia, de otras veces, que a su trasera continuaba la vereda y para allá me fui, a mi derecha un hoyo, en toda regla, me proponía avanzar con cuidado.
Logre pasar la zona, asentarme en la vereda y continuar pisando rocas mas oscuras que las de su entorno. Ya todo fue un continuar por la vereda, parar para mirar a los alrededores cuando las tabaibas nublaban el camino y seguir, hay algunos tramos mas latosos que otros pero con la debida paciencia y sin agobios se encuentra la ruta.
Casi sin darme cuenta alcance la “rotonda de los caracoles” y me dedique otro ratito para reponer nutrientes y relajar el espíritu, la cosa marchaba según lo planificado, pero queda aún por superar la novedad del día que sería el siguiente tramo que casi afrontaba ya.
Marche por la vereda que lleva al otro desvío de la Vereda del Jable, el que ya señalé al describir ese camino, pero con la idea de desviarme un rato después para afrontar el nuevo tramo.
200 metros después de la roca con las chuchangas (rotonda de los caracoles en la narración) y al pie de una roca donde se forma una pequeña hoya aparece un desvío a la izquierda (sentido de marcha) que tampoco se ve muy claro pero que sabía que estaba porque el móvil así me lo señalaba, traía los tracks de la ruta del pasada 24 de febrero en la que había bajado de Los Rostros por aquí y la pretensión de hoy era subirlo y sin guía (https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/malpais-de-la-corona-los-rostros-la-hoya-de-la-cueva-del-guanche-la-caleta-24022024)

Empiezo ascendiendo por una pequeña ladera para luego divisar la vereda sin problemas, continuo por ella hacia la meseta que tengo enfrente (Los Rostros) y las dificultades vuelve a aparecer al descender a una especie de barranco/hoya repleto de vegetación y rocas “mal repartidas” que hizo que perdiera un poco la orientación. Con el móvil en la mano me fui moviendo en la dirección que me señalaba el aparatito hasta que pille vereda que me llevo a subir por la ladera en un pequeño zigzagueo y alcanzar la parte alta de esta meseta. La vereda continua, ya sin dificultad, por el borde de esta zona hasta que se introduce por una pequeño jardín de tabaibas y grandes rocas por la que camino hasta alcanzar una pista de tierra que viene desde la carretera (LZ-204), inmediaciones de la curva cerrada al pie de Lomo Blanco. El enlace de la vereda con la pista esta cubierto de rocas y me da la impresión de que alguien las coloco para taponar la visión de este enlace, mal pensado que es uno.
Por la pista alcanzo la carretera y por su arcén me dirijo hacia Orzola pero antes hice una visita a las trincheras levantadas en el malpais para, según dicen, repeler una posible invasión yanqui durante la conocida como Guerra de Cuba (año 1895) y de paso me acerque (deambulando por el malpais) hasta la Peña del Tonico, sólo para darme ese capricho.
Regresé al muelle de Orzola a esperar la guagua que me acercara a casa, no sin antes tomarme un cafetito a modo de celebración, los planes se habían completado.