Órzola - Arrieta: Paseo entre lavas VII 19082023

Desde el muelle (había llegado en guagua) me fui por la Caleta de Orzola, por el paseo que transcurre frente a la zona de restaurantes, para alcanzar la zona de las antiguas salinas y continuar, de cara al mar, por los Charcos de La Laja y el de la Pared (avenida del Charco de la Pared). Terminan las viviendas y me voy por la última calle de la zona para, desde ella, alcanzar la calle El Lajiar y por ella ubicarme en la vereda que lleva a la Playa del Caletón Blanco.
Esta vereda te mueve por una zona de lavas y por los diferentes charcos del lugar, entre los que se encuentra EL Charco de La Noria, para terminar en El Caletón Blanco.
Desde el Caletón continue, ahora la vereda es mas complicada de ubicar porque ya no está bien definida, es una linea no muy ancha cubierta de jable y que resalta entre las rocas negras y el matomoro verde (Suaeda vera). Paso al Raso Traquini, y como su nombre indica, sobre lavas sin líquenes que las ornamente, la vereda ahora va sobre pequeñas rocas y se distingue del resto por el pequeño hundimiento, debido a las pisadas, que la delata.
Sigo la marcha dejando a mi izquierda El Jamaís, para llegar al Morro de la Sal, por el camino los restos de las pateras (que retiraron hace poco) quedan como testigos de su paso; el matomorro nos acompaña en algunos tramos y se distinguen algunas zonas con el jable blanco y algunas matas de uvillas de mar, muy bien alimentadas por las brisa que baña la zona.
La vereda, un cabalgar sobre rocas, continua muy próxima a la costa, pasamos por el Bajo de Los Sables (se refiere a la arena, jable ó sable) y llegamos a Los Altos del Jablillo, aquí empieza la zona protegida del Monumento Natural de La Corona y señala el inicio de la Vereda del Jable ó de Los Pescadores.
Desde esta zona parte una vereda (jable sobre fondo de rocas) que te acerca a una “escalera” montada sobre las rocas para ascender a la carretera y, desde ella, cruzar al aparcamiento situado enfrente.
Desde el aparcamiento(Surfers Parkplace en el Maps) me fui por la vereda que atraviesa el Malpais de la Corona y llega a Las Tabaibitas (vereda del Jable o de Los Pescadores) con la vista puesta en la elevación rocosa que se ve al fondo, algo antes de las viviendas, que sería mi primera parada. La vereda no tiene pérdida porque tiene una especie de alfombra de jable que la hace visible, aunque sigue siendo un caminar sobre piedras por lo que la suela de las zapatillas conviene que sea rígida si no queremos que sufra la planta del pie. La idea era alcanzar un cruce de veredas que hay antes de esa meseta rocosa, para ello llevaba los tracks de una de las rutas anteriores (https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/malpais-de-la-corona-paseo-entre-lavas-vi-21102022) y con ellos localizar el punto de desvío. Llegado al punto indicado la entrada en el desvío está un poco difusa porque las tabaibas están muy crecidas y dificultan la observación, unos pasos de baile por los alrededores y me lance al encuentro de la vereda que aparece un rato después. Regreso por ella al encuentro del cruce de veredas con la idea de localizarla mejor para otra ocasión, el punto de arranque esta marcado por una tabaiba enorme al pie de la vereda del jable y al otro lado de la misma una roca sobre otra parece hacer de “mojón” indicativo.
Unos tabobos (tabaco moro) señala la vereda, ya marcada sobre el piso de rocas negras, avanzo pisando piedras (insisto, una buena suela) en un mar de lavas cubiertas de líquenes que amarillean el entorno. Subo por la ladera de la zona rocosa que tengo a mi derecha para luego bajar hacia una hoya, el entorno no aparece tan verde como la última vez porque las tabaibas están desnudas (no secas). Al llegar abajo veo que hay un cruce de veredas, una que no he pisado y que marcha por lo bajo de la ladera, será para otro día.
Continuo por la vereda y atravieso la hoya hasta otra loma situada al otro extremo y la vereda va ascendiendo hasta alcanzar un hito reconocido de otras veces, una inmensa roca casi cubierta por una tabaiba (ahora sin su verde característico) que me señala otro cruce de caminos. Aquí se encuentran las veredas que viene del Jable Grande con la que acabo de cruzar y la que me va a servir de continuación.
Continuo la ruta y de nuevo por una hoya igual de grande que la anterior, y como aquella, la vereda (menos clara, menos pisada, pero identificable) va recorriendo la ladera de la zonas mas altas. Paso esta hoya y me sitúo en una zona mas alta donde la mirada se posa en la alineación volcánica de La Corona y La Quemada de Orzola, en medio del mar de lavas luce erguida la Peña de Las Siete Lenguas que nos está marcando el camino a seguir, al otro lado Alegranza y la costa de los Caletones que acabo de atravesar.
Sigo ruta y en algunos tramos la vereda se pierde, tabaibas y aulagas rellenan su paso y hay que armarse de paciencia para reencontrarla, los tracks de la aplicación y los que llevo en el Maps de Google ayudan a orientarse y siempre aparece. También hay mojones situados en los alrededores de la vereda que te indican la dirección, por aquí pasaban nuestros ancestros en busca de la madera de las tabaibas, y ellos dejaron sus marcas para orientarse.
Sigo ruta y llego a otro cruce, me desvío por el de la izquierda para curiosear un poco para luego regresar y continuar por el de la derecha. Sigo avanzando y llego a la zona del Raso Pende (mapa de la aplicación), una nueva hoya, amplia como las anteriores, que la vereda cruza por el centro en dirección a la Peña de las Siete Lenguas.
Asciendo por la ladera y recorro un pequeño tramo hasta llegar a un nuevo cruce de caminos. Otro punto conocido, en esta ocasión quería avanzar por una vereda que había localizado en el Maps y quería comprobar si era viable. Me fui a la derecha (ya había hecho este tramo) pero con la idea de cambiar de rumbo al llegar a un punto que tenía localizado en el Maps, avancé unos metros y a los pies de una pequeña ladera rocosa que tenía a mi izquierda busque vereda. El caso es que apareció la vereda y me fui por ella con un cierto jubilo que duro poco porque la vereda se perdió, como casi siempre en esta zona. Eche manos, de nuevo, de la aplicación para recuperar una de las veces que había pasado por la vereda del Raso y bajo la Peña de Las Siete Lenguas y orientándome por la pantalla logre recuperar la vereda y descender hacia esa vereda que era la intención original.
Ya en el vereda del Raso bajé a la hoya bajo la Peña y la atravesé hasta alcanzar el camino de la Redonda.
Tocaba seguir con los planes y para ello me fui a la derecha por la pista que se adentra en la zona intermedia a Hoya Honda y el Raso Pende, empecé el ascenso hasta esta última meseta. La vereda parte de una roca bien grande en lo que parece un cercado y va remontando la zona interior a este cercado para luego ir ascendiendo poco a poco hasta el Raso Pende, de nuevo es una antigua vereda que permitía el acceso al malpais para buscarse la vida (en lo que a madera se refiere) a los antiguos pobladores del norte de nuestra isla. Alcanzo la pequeña meseta del Picacho Pende, la atravesé hasta una pista de tierra que conecta con la carretera LZ-201 y me fui por ella hasta alcanzar el Jameo de Francisco León, localizar el muro de piedras que desciende por la Majadita de Don Eusebio e irme por la vereda que transita junto al muro, otra de las localizaciones que había hecho en el Maps.
Descendí la Majadita y por la pista que da acceso a las fincas del lugar alcance la carretera LZ-201.
Ya en la carretera me desvié por la que asciende hacia La Majadita de Los Perdomos (al pie del Valichuelo) para dejarla y atravesar, campo a través, la zona al encuentro de la carretera de Las Cuevas.
Desde ella me fui al encuentro de la higuera que me da paso a la pista de Las Cuevas y a la de Los Pedacitos. Ligero, porque ya había usado este paso hace unos días, me llegué, después de un rato, al Camino de Punta Mujeres (une esa localidad con Haria). Unos metros antes del encuentro con el asfalto de la carretera LZ-201 me desvié a la derecha para atravesar esta parte de Las Quemadas al encuentro del Cortijo que hay en Boca Tiesto para enlazar con el muro de piedras que hace de pasarela atravesando la zona de El Canto. Por el muro anduve hasta alcanzar la pista de tierra que conecta con el asfalto de la carretera interior que recorre esta zona, pasar luego a la pista que marcha paralela al barranco La Negra para deslizarme por ella hasta Arrieta.