Otxandio-Barrio de Oleta-Pagazelaiburu-Anboto (⬆⬇ por la normal)-Andasto-Arrazola
near Otxandio, País Vasco (España)
Viewed 339 times, downloaded 9 times
Trail photos
Itinerary description
NOTA: Abajo veréis que el numero de etapa viene acompañado de una letra. Al haber hecho esta travesía 2 veces con inicio y final en los mismos lugares, pero variando la cantidad de cimas y el estado del terreno (con y sin nieve), he querido diferenciar una de la otra, aunque la principal es y será la A, realizada en seco. No obstante, podéis echar un vistazo al track realizado con nieve pinchando en el siguiente enlace:
Travesía invernal: Otxandio-Oleta-Anboto-Arrazola. Opción B
Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 183A:
Ha pasado casi 2 meses desde que hice esta misma ruta, pero en aquella ocasión con nieve, mucha nieve.
Hoy, 28 de Mayo de 2022, en plena primavera, repito escenario, aunque ésta vez acompañado de mi amiga, que sin dudarlo, ha querido aprovechar la ocasión para coronar por primera vez el Anboto.
Para ello, nos desplazamos hasta la localidad bizkaina de Otxandio. Recorremos parte del pueblo, y después, avanzamos por una carretera hacia el cercano barrio de Oleta, perteneciente al municipio de Aramaio. Aquí nos encontramos en territorio alavés, aunque por poco tiempo, ya que en cuanto empecemos a ir monte arriba, volveremos a estar zona vizcaína.
Desde este lugar podemos contemplar una vista de nuestro objetivo principal, la cara Sur del monte Anboto, aunque en el día de hoy estaba cubierto por las nubes. La idea era que para cuando llegáramos arriba, se disipara, o al menos así lo indicaban las previsiones...
Atravesamos por completo el largo y bonito barrio, hasta llegar a un pequeño parking, justo cuando se nos presenta un precioso bosque. Pasamos al lado de un par de puertas y andamos por un ancho y cómodo sendero natural, aun por llano, siguiendo en todo momento las marcas roja y blanca del GR-123.
Luego, hacemos un doble giro izquierda-derecha, e iniciamos el ascenso rumbo al collado de Pagozelai. Ahora, el terreno alterna la tierra con la piedra, aunque de momento predomina la tierra.
Nos adentramos nuevamente por otra arboleda, siguiendo las marcas del GR. Hay un momento en que las abandonamos, ya que nos desviamos a la derecha, evitando así ascender por un empinado atajo.
Avanzamos unos metros en llano, e incluso cuesta abajo, antes de encarar el verdadero ascenso. Ahora si que las rampas pican hacia arriba, aunque sin presentar dificultad alguna.
Después de varios minutos, conectamos de nuevo con el GR, y enseguida salimos a cielo abierto. Ya detectamos la presencia de la cara Sur del Anboto. El cielo estaba mayormente despejado pero, como suele ocurrir a menudo con las sierras de mayor elevación, ésta se encontraba aún cubierta de nubes. Veíamos que por arriba soplaba bastante viento, y que la nubosidad se desplazaba rápido. Aun podíamos tener la oportunidad de disfrutar de vistas en la cima.
Ascendemos un pequeño repecho por hierba, rodeado de helechos, hasta llegar a una diminuta cima llamada Pagazelaiburu (1006m), sin buzón. Vistas a los montes Ipizte, Orixol, Urkiolamendi, Anboto y Gorbea, además del pantano de Ullibarri Gamboa y los pueblos de Otxandio y Oleta.
Justo en frente, se sitúa el collado de Pagozelai, punto clave de esta ruta. Aquí podemos girar a la izquierda para ascender al monte Urkiolamendi y bajar al puerto de Urkiola, girar a la derecha para ir entre otros sitios, hacia nuestro destino, el pueblo de Arrazola, o seguir recto para ascender los 900m y más de 300m de desnivel que nos separan hasta la cima del Anboto. Obviamente, seguimos de frente para coronar el Anboto.
Lo ideal sería subir y bajar estando el terreno completamente seco, ya que hay muchísima roca incrustada y piedra suelta bastante pulida, y a poco que esté mojado resbala un montón. Hoy por desgracia nos tocó esta situación, y tuvimos que pelear duro para superarlo sin incidentes.
Avanzamos muy lentamente, asegurando cada paso, por un pequeño hayedo, intentando dar con varias marcas en forma de rayas verticales y horizontales rojas pintadas en las rocas. Sin embargo, de alguna forma u otra, en un momento nos salinos del camino, y tuvimos que trepar entre una muralla rocosa. He venido 5 veces a este monte, y nunca soy capaz de pasar por el mismo lugar.
Aun así, eso no supone un problema, siempre y cuando no os alejéis en exceso del camino principal. Hay varios itinerarios a seguir, y casi todos ellos llegan al mismo sitio.
Más adelante, salimos del hayedo, y aquí ya la situación mejoraría un poco, ya que aparte de estar el camino completamente seco, se aprecia mejor el lugar por donde seguir. No obstante, en esta ocasión en vez se seguir el itinerario normal, nos desviamos un poco a la izquierda, siguiendo la trazada de un minúsculo sendero natural, que nos llevaría hacia una antecima, también sin buzón.
Una pena que el mar de nubes seguía presente, pero no por la parte baja sino por arriba, tapando la vista de buena parte de la panorámica. Aun así, con un poco de suerte, pudimos observar y fotografiar parte del cresterío de esta sierra de Anboto, el monte Gorbea y la otra parte de la cresta que nos resta por hacer hacia lo alto del Anboto, es decir, el conocido como collado de Agindi.
Aquí hay una especie de chapa metálica. Magnifica e imponente vista de la ultima parte de este ascenso, justo donde se encuentra el tramo de mayor complejidad técnica de toda la ruta. Un paso algo aéreo o expuesto por el lado derecho (izquierdo bajando), en el cual apenas pueden pasar 2 personas a la vez, y aunque si es cierto que tiene suficientes apoyos para pasar con cierta soltura, la inclinación y lo resbaladizo del firme hace que reviste cierta complejidad, sobre todo a la hora de bajar.
Yendo cuesta arriba, no hay mas misterio que apoyar los pies y manos en los diferentes salientes rocosos, pasito a pasito, hasta salir del tramo. Luego, hay un segundo punto donde se puede avanzar bien por la izquierda o por la derecha. Ambos también se encuentran algo expuestos, pero no ofrecen peligro ni dificultad alguna.
Finalmente, con muchísima alegría, euforia e ilusión, alcanzamos el buzón y geodésico cimero (lo poco que queda de él) del monte Anboto (1331m). Seguimos en las mismas, las nubes no nos abandonan, especalmente hacia el Norte, y eso nos imposibilita disfrutar de la panorámica al completo, que sería numerosos montes y sierras como Aizkorri, Aralar, Izarraitz, Hernio, Izaspi, Udalatx, Zaraia, San Donato/Beriain, Ipizte, Orixol, Gorbea, Itxina, San Lorenzo, Urkiolamendi, Eskuagatx, Sierra Salvada, Ganekogorta, Untzueta, Ordunte, Sollube, Oiz, Urko, y muchos mas. Por abajo, se verían pueblos como Durango, Abadiño, el valle de Atxondo, Elorrio, Arrasate, Otxandio, el barrio de Oleta y la ciudad de Vitoria, junto al embalse de Ullibarri Gamboa.
Tras hacer un largo parón para comer y beber algo, iniciamos la segunda parte de la marcha, con el objetivo de descender hacia nuestro destino, el pueblo de Arrazola. Para ello, volvemos por el mismo camino hasta el collado de Pagozelai. Como dije antes, hay que ir con mucho cuidado, no solo en el tramo aéreo (en caso de no tener claro como avanzar, es recomendable sentarse e ir bajando con el culo y apoyando los pies y manos en los salientes de las rocas), sino a lo largo de toda la bajada, en especial por el hayedo. De hecho, ambos tuvimos una pequeña caída, el típico culetazo que no fue a mayores. Yo después de aquello, decidí ir a lo seguro y continuar hasta el collado con los bastones, ella sin embargo, siguió sin ellos, como una campeona. Ambos llegamos abajo de una pieza, misión cumplida.
Ahora, giramos a la izquierda, en dirección al Ipizte, pasando por un segundo hayedo. Poco antes de salir de él, nos desviamos brevemente a la izquierda, para ir hacia una fuente, que tiene agua muy fresca y buena. Volvemos al sendero, y hacemos un segundo parón en un refugio o borda que hay por el lado derecho.
Salimos del bosque y llegamos al precioso collado de Zabalandi que, al igual que el de Pagozelai, también es un punto de conexión con la cima del Anboto, aunque técnicamente algo mas complicado. Espléndida vista de la cara Sureste del Anboto hacia un lado, y del Ipizte por otro. También observamos un primer plano del Udalaitz.
Descendemos por un ancho y cómodo sendero que se interna en un nuevo hayedo. Todos ellos son espectaculares, mas aun en esta época del año, con un verde muy intenso.
Luego, llegamos a un cruce. Podemos seguir recto en dirección a Besaide, o a la izquierda para ir a Arrazola. Así pues, giramos a la izquierda. Aquí tenemos una vista brutal de la imponente cara Este del Anboto, con una forma piramidal casi perfecta.
Bajamos unos minutos por un cómodo sendero, hasta llegar a un nuevo cruce. Aquí, a diferencia de la vez que vine con nieve, decido desviarme a la derecha para hacer una última cima, el pequeño Andarto. Pequeño pero matón, ya que a pesar de tener que ascender únicamente unos 10-15m de altura, se realizan en su totalidad trepando. Los apoyos son bastante pequeños, aunque hay los suficientes como para poder llegar a lo alto sin necesidad de ayudarse con cuerdas. Al menos para los larguiruchos como yo, porque mi amiga no tuvo las mismas facilidades, tal vez por la inexperiencia y el "miedo" a ese tipo de trepadas.
En cualquier caso, también consiguió acceder a la cumbre del monte Andasto (822m), y ambos pudimos celebrar el llevarnos a la saca una nueva cima para la colección. Vista parcial del Anboto, además del Ipizte, Udalatx, Oiz y las sierras de Zaraia y Aizkorri, entre otros.
Bajamos por el lado contrario, destrepando con cuidado un tramo rocoso similar a lo que nos encontramos bajando del Anboto, pero mucho mas corto y sencillo.
Luego, andamos sobre hierba y tierra, hasta dar con un portillo y un sendero descendente, que se interna en un nuevo y precioso hayedo. En esta ocasión, tenemos que seguir las marcas PR amarilla y blanca.
Salimos del hayedo, para continuar a cielo abierto, aunque el terreno vuelve a cambiar. Avanzamos por una especie de calzada romana, un tanto incómoda por la presencia de numerosas rocas incrustadas, aunque estando seco como era el caso, se avanza sobre el con relativa facilidad y rapidez.
Mas adelante, volvemos a andar entre hayas, teniendo que cruzar durante un instante el curso de un arroyo. Al salir del bosque, el sendero mejora en calidad, siendo mas ancho y en general llevadero.
De nuevo, avanzamos por una arboleda, aunque esta vez se tratan de pinos. Aquí ya el sendero cambia a tierra y, una vez realizado una bajada un tanto empinada y resbaladiza (solo en caso de estar embarrado, hoy no fue así), la situación mejora considerablemente.
De aquí hasta el final, andamos por un ancho y cómodo sendero en suave pendiente, hasta dar con una pista asfaltada que nos llevaría directamente hasta el pequeño barrio de Arrazola, perteneciente al municipio del Valle de Atxondo. Por último, caminamos hasta la parada de bus del pueblo, y concluimos así esta exigente pero preciosa ruta. Muy recomendable.
El tiempo total dedicado a la ruta podría ser bastante mas bajo en caso de que andéis a un ritmo intermedio y sin realizar demasiadas paradas ni distracciones. Nosotros disponíamos de toda la mañana y la tarde para realizarla, así que quisimos ir tranquilos y disfrutarla a tope, no había necesidad de ir rápidos.
En ese caso contrario, de elevar un poco la marcha, fácilmente podréis realizar la ruta en unas 6h y media o 7h.
Travesía invernal: Otxandio-Oleta-Anboto-Arrazola. Opción B
Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 183A:
Ha pasado casi 2 meses desde que hice esta misma ruta, pero en aquella ocasión con nieve, mucha nieve.
Hoy, 28 de Mayo de 2022, en plena primavera, repito escenario, aunque ésta vez acompañado de mi amiga, que sin dudarlo, ha querido aprovechar la ocasión para coronar por primera vez el Anboto.
Para ello, nos desplazamos hasta la localidad bizkaina de Otxandio. Recorremos parte del pueblo, y después, avanzamos por una carretera hacia el cercano barrio de Oleta, perteneciente al municipio de Aramaio. Aquí nos encontramos en territorio alavés, aunque por poco tiempo, ya que en cuanto empecemos a ir monte arriba, volveremos a estar zona vizcaína.
Desde este lugar podemos contemplar una vista de nuestro objetivo principal, la cara Sur del monte Anboto, aunque en el día de hoy estaba cubierto por las nubes. La idea era que para cuando llegáramos arriba, se disipara, o al menos así lo indicaban las previsiones...
Atravesamos por completo el largo y bonito barrio, hasta llegar a un pequeño parking, justo cuando se nos presenta un precioso bosque. Pasamos al lado de un par de puertas y andamos por un ancho y cómodo sendero natural, aun por llano, siguiendo en todo momento las marcas roja y blanca del GR-123.
Luego, hacemos un doble giro izquierda-derecha, e iniciamos el ascenso rumbo al collado de Pagozelai. Ahora, el terreno alterna la tierra con la piedra, aunque de momento predomina la tierra.
Nos adentramos nuevamente por otra arboleda, siguiendo las marcas del GR. Hay un momento en que las abandonamos, ya que nos desviamos a la derecha, evitando así ascender por un empinado atajo.
Avanzamos unos metros en llano, e incluso cuesta abajo, antes de encarar el verdadero ascenso. Ahora si que las rampas pican hacia arriba, aunque sin presentar dificultad alguna.
Después de varios minutos, conectamos de nuevo con el GR, y enseguida salimos a cielo abierto. Ya detectamos la presencia de la cara Sur del Anboto. El cielo estaba mayormente despejado pero, como suele ocurrir a menudo con las sierras de mayor elevación, ésta se encontraba aún cubierta de nubes. Veíamos que por arriba soplaba bastante viento, y que la nubosidad se desplazaba rápido. Aun podíamos tener la oportunidad de disfrutar de vistas en la cima.
Ascendemos un pequeño repecho por hierba, rodeado de helechos, hasta llegar a una diminuta cima llamada Pagazelaiburu (1006m), sin buzón. Vistas a los montes Ipizte, Orixol, Urkiolamendi, Anboto y Gorbea, además del pantano de Ullibarri Gamboa y los pueblos de Otxandio y Oleta.
Justo en frente, se sitúa el collado de Pagozelai, punto clave de esta ruta. Aquí podemos girar a la izquierda para ascender al monte Urkiolamendi y bajar al puerto de Urkiola, girar a la derecha para ir entre otros sitios, hacia nuestro destino, el pueblo de Arrazola, o seguir recto para ascender los 900m y más de 300m de desnivel que nos separan hasta la cima del Anboto. Obviamente, seguimos de frente para coronar el Anboto.
Lo ideal sería subir y bajar estando el terreno completamente seco, ya que hay muchísima roca incrustada y piedra suelta bastante pulida, y a poco que esté mojado resbala un montón. Hoy por desgracia nos tocó esta situación, y tuvimos que pelear duro para superarlo sin incidentes.
Avanzamos muy lentamente, asegurando cada paso, por un pequeño hayedo, intentando dar con varias marcas en forma de rayas verticales y horizontales rojas pintadas en las rocas. Sin embargo, de alguna forma u otra, en un momento nos salinos del camino, y tuvimos que trepar entre una muralla rocosa. He venido 5 veces a este monte, y nunca soy capaz de pasar por el mismo lugar.
Aun así, eso no supone un problema, siempre y cuando no os alejéis en exceso del camino principal. Hay varios itinerarios a seguir, y casi todos ellos llegan al mismo sitio.
Más adelante, salimos del hayedo, y aquí ya la situación mejoraría un poco, ya que aparte de estar el camino completamente seco, se aprecia mejor el lugar por donde seguir. No obstante, en esta ocasión en vez se seguir el itinerario normal, nos desviamos un poco a la izquierda, siguiendo la trazada de un minúsculo sendero natural, que nos llevaría hacia una antecima, también sin buzón.
Una pena que el mar de nubes seguía presente, pero no por la parte baja sino por arriba, tapando la vista de buena parte de la panorámica. Aun así, con un poco de suerte, pudimos observar y fotografiar parte del cresterío de esta sierra de Anboto, el monte Gorbea y la otra parte de la cresta que nos resta por hacer hacia lo alto del Anboto, es decir, el conocido como collado de Agindi.
Aquí hay una especie de chapa metálica. Magnifica e imponente vista de la ultima parte de este ascenso, justo donde se encuentra el tramo de mayor complejidad técnica de toda la ruta. Un paso algo aéreo o expuesto por el lado derecho (izquierdo bajando), en el cual apenas pueden pasar 2 personas a la vez, y aunque si es cierto que tiene suficientes apoyos para pasar con cierta soltura, la inclinación y lo resbaladizo del firme hace que reviste cierta complejidad, sobre todo a la hora de bajar.
Yendo cuesta arriba, no hay mas misterio que apoyar los pies y manos en los diferentes salientes rocosos, pasito a pasito, hasta salir del tramo. Luego, hay un segundo punto donde se puede avanzar bien por la izquierda o por la derecha. Ambos también se encuentran algo expuestos, pero no ofrecen peligro ni dificultad alguna.
Finalmente, con muchísima alegría, euforia e ilusión, alcanzamos el buzón y geodésico cimero (lo poco que queda de él) del monte Anboto (1331m). Seguimos en las mismas, las nubes no nos abandonan, especalmente hacia el Norte, y eso nos imposibilita disfrutar de la panorámica al completo, que sería numerosos montes y sierras como Aizkorri, Aralar, Izarraitz, Hernio, Izaspi, Udalatx, Zaraia, San Donato/Beriain, Ipizte, Orixol, Gorbea, Itxina, San Lorenzo, Urkiolamendi, Eskuagatx, Sierra Salvada, Ganekogorta, Untzueta, Ordunte, Sollube, Oiz, Urko, y muchos mas. Por abajo, se verían pueblos como Durango, Abadiño, el valle de Atxondo, Elorrio, Arrasate, Otxandio, el barrio de Oleta y la ciudad de Vitoria, junto al embalse de Ullibarri Gamboa.
Tras hacer un largo parón para comer y beber algo, iniciamos la segunda parte de la marcha, con el objetivo de descender hacia nuestro destino, el pueblo de Arrazola. Para ello, volvemos por el mismo camino hasta el collado de Pagozelai. Como dije antes, hay que ir con mucho cuidado, no solo en el tramo aéreo (en caso de no tener claro como avanzar, es recomendable sentarse e ir bajando con el culo y apoyando los pies y manos en los salientes de las rocas), sino a lo largo de toda la bajada, en especial por el hayedo. De hecho, ambos tuvimos una pequeña caída, el típico culetazo que no fue a mayores. Yo después de aquello, decidí ir a lo seguro y continuar hasta el collado con los bastones, ella sin embargo, siguió sin ellos, como una campeona. Ambos llegamos abajo de una pieza, misión cumplida.
Ahora, giramos a la izquierda, en dirección al Ipizte, pasando por un segundo hayedo. Poco antes de salir de él, nos desviamos brevemente a la izquierda, para ir hacia una fuente, que tiene agua muy fresca y buena. Volvemos al sendero, y hacemos un segundo parón en un refugio o borda que hay por el lado derecho.
Salimos del bosque y llegamos al precioso collado de Zabalandi que, al igual que el de Pagozelai, también es un punto de conexión con la cima del Anboto, aunque técnicamente algo mas complicado. Espléndida vista de la cara Sureste del Anboto hacia un lado, y del Ipizte por otro. También observamos un primer plano del Udalaitz.
Descendemos por un ancho y cómodo sendero que se interna en un nuevo hayedo. Todos ellos son espectaculares, mas aun en esta época del año, con un verde muy intenso.
Luego, llegamos a un cruce. Podemos seguir recto en dirección a Besaide, o a la izquierda para ir a Arrazola. Así pues, giramos a la izquierda. Aquí tenemos una vista brutal de la imponente cara Este del Anboto, con una forma piramidal casi perfecta.
Bajamos unos minutos por un cómodo sendero, hasta llegar a un nuevo cruce. Aquí, a diferencia de la vez que vine con nieve, decido desviarme a la derecha para hacer una última cima, el pequeño Andarto. Pequeño pero matón, ya que a pesar de tener que ascender únicamente unos 10-15m de altura, se realizan en su totalidad trepando. Los apoyos son bastante pequeños, aunque hay los suficientes como para poder llegar a lo alto sin necesidad de ayudarse con cuerdas. Al menos para los larguiruchos como yo, porque mi amiga no tuvo las mismas facilidades, tal vez por la inexperiencia y el "miedo" a ese tipo de trepadas.
En cualquier caso, también consiguió acceder a la cumbre del monte Andasto (822m), y ambos pudimos celebrar el llevarnos a la saca una nueva cima para la colección. Vista parcial del Anboto, además del Ipizte, Udalatx, Oiz y las sierras de Zaraia y Aizkorri, entre otros.
Bajamos por el lado contrario, destrepando con cuidado un tramo rocoso similar a lo que nos encontramos bajando del Anboto, pero mucho mas corto y sencillo.
Luego, andamos sobre hierba y tierra, hasta dar con un portillo y un sendero descendente, que se interna en un nuevo y precioso hayedo. En esta ocasión, tenemos que seguir las marcas PR amarilla y blanca.
Salimos del hayedo, para continuar a cielo abierto, aunque el terreno vuelve a cambiar. Avanzamos por una especie de calzada romana, un tanto incómoda por la presencia de numerosas rocas incrustadas, aunque estando seco como era el caso, se avanza sobre el con relativa facilidad y rapidez.
Mas adelante, volvemos a andar entre hayas, teniendo que cruzar durante un instante el curso de un arroyo. Al salir del bosque, el sendero mejora en calidad, siendo mas ancho y en general llevadero.
De nuevo, avanzamos por una arboleda, aunque esta vez se tratan de pinos. Aquí ya el sendero cambia a tierra y, una vez realizado una bajada un tanto empinada y resbaladiza (solo en caso de estar embarrado, hoy no fue así), la situación mejora considerablemente.
De aquí hasta el final, andamos por un ancho y cómodo sendero en suave pendiente, hasta dar con una pista asfaltada que nos llevaría directamente hasta el pequeño barrio de Arrazola, perteneciente al municipio del Valle de Atxondo. Por último, caminamos hasta la parada de bus del pueblo, y concluimos así esta exigente pero preciosa ruta. Muy recomendable.
El tiempo total dedicado a la ruta podría ser bastante mas bajo en caso de que andéis a un ritmo intermedio y sin realizar demasiadas paradas ni distracciones. Nosotros disponíamos de toda la mañana y la tarde para realizarla, así que quisimos ir tranquilos y disfrutarla a tope, no había necesidad de ir rápidos.
En ese caso contrario, de elevar un poco la marcha, fácilmente podréis realizar la ruta en unas 6h y media o 7h.
Waypoints
You can add a comment or review this trail
Comments