Ourense: Puente Romano Y pasarelas sobre El Miño, Castro de Santomé Y Río Loña
near Las Caldas, Galicia (España)
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Itinerary description
En otro tiempo Los Romanos anduvieron por Ourense, a la que llamaron Auriense, y nos dejaron el soberbio puente sobre El Río Miño.
Para llegar hasta él iniciamos un paseo en La Playa Fluvial de Oira en la capital ourensana y desde el primer momento es todo un verdadero disfrute para los sentidos.
Caminamos por El Paseo Beiramiño pegaditos al Miño que en esta ocasión nos ofrecía engalanadas sus orillas con las otoñales telas coloridas.
Enseguidita pasamos debajo del imponente viaducto del tren Y en pocos metros lo hacemos por El Puente Nuevo.
Y henos aquí que por fin nos topamos ante El Puente Romano o Puente Viejo que esperaba impaciente nuestra visita. Pasamos tranquilamente bajo su arco apuntado y lo admiramos desde todos los ángulos posibles. Dando simplemente unos cuantos pasos podemos atisbar la estructura curvilínea del Puente del Milenio.
Fijaos en las aguas del río en donde seguramente veréis cormoranes descansando de su vuelo. A su vera un hórreo típico gallego y al otro lado una pequeña laguna.
Nos decidimos ya a cruzar el río y en medio del puente nos aparece la concha de vieira amarilla símbolo del Camino de Santiago, que por aquí pasa.
También desde el puente observaremos ampliamente la majestuosa silueta del Puente del Milenio y buenas vistas sobre la ciudad.
Ya en la otra orilla nos acercamos hasta La Capilla de Los Remedios y pasando debajo de la carretera volvemos a encontrarnos con nuestro principal protagonista: El Puente Romano. Como El Miño llevaba menos caudal de lo habitual no dudamos en adentrarnos en su cauce para fotografiar El Puente Romano, símbolo de la ciudad, en todo su esplendor.
Caminamos ahora sobre el llamado Paseo das Ninfas con El Miño y los puentes antes nombrados como compañeros de fatigas. Quien tenga sed puede saciarla en varias fuentes colocadas al efecto y continuar deleitándose con el fluir de las aguas del Miño bajo las pasarelas que permiten cruzarlo.
Y llega el momento en que nos adentramos en El Parque de Loña y caminamos sobre El Sendero del Río Loña. Las ruínas de una vieja fábrica de luz y de un molino, nos dan idea del aprovechamiento que se hacía del agua antiguamente. Y la firmeza pétrea del Puente de Mende nos habla de la importancia que estas tierras tuvieron desde todos los tiempos. De un solo arco ligeramente apuntado, es de origen medieval y una verdadera joya testimonio del pasado.
El Loña discurría plácidamente y sus aguas, convertidas en espejos, reflejaban la arboleda circundante. En algunas ocasiones, pasarelas de madera facilitan el paso del caminante que contempla en silencio el baño matutino de una familia de patos.
Dejamos Mende habiendo pasado por un área recreativa y su capilla, y nos adentramos en una senda en donde caminaremos por un estrecho pasillo con el verde musgo tapizando las piedras de sus muros.
Con el retumbar del Loña en su desfiladero como banda sonora arribamos a un paraje de cuento con la presencia de un molino, ahora en ruinas, el pedregoso cauce del río, ahora con poco líquido elemento, a nuestra disposición y una poza enmarcada entre rocas que nos miran seriamente.
Más tarde vamos ascendiendo y caminamos por el desfiladero observando allá abajo el trepidante discurrrir del río formando cascadas y calderas bulliciosas en su lecho.
Y nos acercamos ya al embalse de Castadón que circundamos con la vista puesta en sus aguas convertidas en un maravilloso espejo azulado. Hay que caminar por una levada, a veces por dentro de la misma y otras por el muro de la misma.
Contemplamos unas poldras que no cruzamos y nos dirigimos a la central eléctrica. A su vera el río, las ruínas de un molino y ya ascendiendo 2 pequeños puentes de madera que sí pisamos y cruzamos.
Y vuelve el senderista a llevar sus pasos por lugares llenos de encanto. Madroños, robles e incluso alcornoques junto con mimosas, lo saludan cordialmente.
Y llega el momento de conocer otro punto importante de la ruta: El Castro de Santomé en donde podemos deambular por el Poboado Castrexo allí existente así como conocer la estructura de una casa típica romana.
Todo ello se encuentra en un paraje de una gran belleza rodeado de frondosos árboles autóctonos que merece la pena visitar y desde donde se obtiene una bonita perspectiva de Ourense y su entorno.
Y ya toca regresar al punto de partida y lo hacemos pisando sobre una calzada empedrada.
Nuevamente pisamos El Parque de Loña aunque cambiando de orilla para llegar a La Pasarela del Loña.
Y ya cerquísima de nuestra meta nos espera La Pasarela Peatonal De Oira con sus estilizadas líneas la cual cruzamos mientras el Miño continúa su viaje azul imparable hacia el océano.
Reseñar que esta es una ruta que en sí no está señalizada por lo que es necesaria la ayuda del GPS si quiere realizarse tal cual. Los caminos y sendas por las que pasamos en general están en muy buenas condiciones para la práctica del senderismo. Si bien desde El Embalse de Castadón hasta las poldras hay que ir con cuidado pues se camina por una levada en donde sí encontramos abundante vegetación aunque, de momento, no impide el paso. Es por esto y el paso por el desfiladero, por lo que califico la ruta de moderada. Todo lo demás es muy fácil.
Para llegar hasta él iniciamos un paseo en La Playa Fluvial de Oira en la capital ourensana y desde el primer momento es todo un verdadero disfrute para los sentidos.
Caminamos por El Paseo Beiramiño pegaditos al Miño que en esta ocasión nos ofrecía engalanadas sus orillas con las otoñales telas coloridas.
Enseguidita pasamos debajo del imponente viaducto del tren Y en pocos metros lo hacemos por El Puente Nuevo.
Y henos aquí que por fin nos topamos ante El Puente Romano o Puente Viejo que esperaba impaciente nuestra visita. Pasamos tranquilamente bajo su arco apuntado y lo admiramos desde todos los ángulos posibles. Dando simplemente unos cuantos pasos podemos atisbar la estructura curvilínea del Puente del Milenio.
Fijaos en las aguas del río en donde seguramente veréis cormoranes descansando de su vuelo. A su vera un hórreo típico gallego y al otro lado una pequeña laguna.
Nos decidimos ya a cruzar el río y en medio del puente nos aparece la concha de vieira amarilla símbolo del Camino de Santiago, que por aquí pasa.
También desde el puente observaremos ampliamente la majestuosa silueta del Puente del Milenio y buenas vistas sobre la ciudad.
Ya en la otra orilla nos acercamos hasta La Capilla de Los Remedios y pasando debajo de la carretera volvemos a encontrarnos con nuestro principal protagonista: El Puente Romano. Como El Miño llevaba menos caudal de lo habitual no dudamos en adentrarnos en su cauce para fotografiar El Puente Romano, símbolo de la ciudad, en todo su esplendor.
Caminamos ahora sobre el llamado Paseo das Ninfas con El Miño y los puentes antes nombrados como compañeros de fatigas. Quien tenga sed puede saciarla en varias fuentes colocadas al efecto y continuar deleitándose con el fluir de las aguas del Miño bajo las pasarelas que permiten cruzarlo.
Y llega el momento en que nos adentramos en El Parque de Loña y caminamos sobre El Sendero del Río Loña. Las ruínas de una vieja fábrica de luz y de un molino, nos dan idea del aprovechamiento que se hacía del agua antiguamente. Y la firmeza pétrea del Puente de Mende nos habla de la importancia que estas tierras tuvieron desde todos los tiempos. De un solo arco ligeramente apuntado, es de origen medieval y una verdadera joya testimonio del pasado.
El Loña discurría plácidamente y sus aguas, convertidas en espejos, reflejaban la arboleda circundante. En algunas ocasiones, pasarelas de madera facilitan el paso del caminante que contempla en silencio el baño matutino de una familia de patos.
Dejamos Mende habiendo pasado por un área recreativa y su capilla, y nos adentramos en una senda en donde caminaremos por un estrecho pasillo con el verde musgo tapizando las piedras de sus muros.
Con el retumbar del Loña en su desfiladero como banda sonora arribamos a un paraje de cuento con la presencia de un molino, ahora en ruinas, el pedregoso cauce del río, ahora con poco líquido elemento, a nuestra disposición y una poza enmarcada entre rocas que nos miran seriamente.
Más tarde vamos ascendiendo y caminamos por el desfiladero observando allá abajo el trepidante discurrrir del río formando cascadas y calderas bulliciosas en su lecho.
Y nos acercamos ya al embalse de Castadón que circundamos con la vista puesta en sus aguas convertidas en un maravilloso espejo azulado. Hay que caminar por una levada, a veces por dentro de la misma y otras por el muro de la misma.
Contemplamos unas poldras que no cruzamos y nos dirigimos a la central eléctrica. A su vera el río, las ruínas de un molino y ya ascendiendo 2 pequeños puentes de madera que sí pisamos y cruzamos.
Y vuelve el senderista a llevar sus pasos por lugares llenos de encanto. Madroños, robles e incluso alcornoques junto con mimosas, lo saludan cordialmente.
Y llega el momento de conocer otro punto importante de la ruta: El Castro de Santomé en donde podemos deambular por el Poboado Castrexo allí existente así como conocer la estructura de una casa típica romana.
Todo ello se encuentra en un paraje de una gran belleza rodeado de frondosos árboles autóctonos que merece la pena visitar y desde donde se obtiene una bonita perspectiva de Ourense y su entorno.
Y ya toca regresar al punto de partida y lo hacemos pisando sobre una calzada empedrada.
Nuevamente pisamos El Parque de Loña aunque cambiando de orilla para llegar a La Pasarela del Loña.
Y ya cerquísima de nuestra meta nos espera La Pasarela Peatonal De Oira con sus estilizadas líneas la cual cruzamos mientras el Miño continúa su viaje azul imparable hacia el océano.
Reseñar que esta es una ruta que en sí no está señalizada por lo que es necesaria la ayuda del GPS si quiere realizarse tal cual. Los caminos y sendas por las que pasamos en general están en muy buenas condiciones para la práctica del senderismo. Si bien desde El Embalse de Castadón hasta las poldras hay que ir con cuidado pues se camina por una levada en donde sí encontramos abundante vegetación aunque, de momento, no impide el paso. Es por esto y el paso por el desfiladero, por lo que califico la ruta de moderada. Todo lo demás es muy fácil.
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GRUPO DE ANDAINAS RÍAS BAIXAS
8
Una ruta bonita...
8
Una ruta bonita...
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Una ruta bonita...mi valoración es un notable alto!!!