P.N. Collados del Asón: Castros de Horneo, el Cuadralijo; Concinchao; Hazas del Respiradero; Moncrespo; Canalahonda; Senderón;

Una de las rutas más espectaculares que se pueden realizar por el Parque natural Collados del Asón.

Vamos a recorrer en primera persona tres de las joyas más representativas de este maravilloso entorno.
La dificultad es moderada por el cuidado que se debe tener en el tránsito por El Cuadralijo.
Por lo demás, el recorrido es fácil y muy interesante.

Partimos desde el aparcamiento de los Collados que se encuentra junto a la carretera.

Tomamos dirección oeste por la pista de zahorra gris que sube hacia el valle glaciar de Brenavinto.

Los primeros metros son de un ascenso exigente. Así hasta llegar a un Collado del que se puede divisar la cabecera del valle glaciar del Asón con sus características curvas de la carretera.

Poco más adelante encontramos una surgencia de agua.
Se trata de fuente Bezón.
Está bien protegida con trancos de madera para evitar la entrada de animales que suelen campar por esta zona de manera extensiva.
Junto a ella encontramos un paso canadiense y de ahí vamos ascendiendo por la pista que conduce hasta el Poljé de Brenavinto.

A medida que avanzamos descubrimos las imponentes riscas de los Campanarios a la izquierda y a la derecha dejamos las cabañas de Horneo.

Poco después se presenta el giro a la derecha bien señalizado con la tablilla de Colina.
Subimos ya sobre suelo lapiaz con vegetación de hierba y argomas.
Después de sobrepasar una hermosa cabaña vamos a girar a ls izquierda por una senda un tanto difusa pero sin pérdida ya que es la única que va por la ladera de Horneo hasta dar con un pequeño abrevadero escondido entre el monte bajo de argomas y brezos que en este tramo predominan.

Seguimos subiendo y las primeras peñas de los Castros de Horneo comienzan a darnos la bienvenida.
Más adelante encontramos un árbol caído cruzando la senda escogida para adentrarnos en los Castros de Horneo

Entre unos desprendimientos acusados nos encaramamos para luego poder llegar a una gran torca rodeada de grandes paredes calcáreas.
La guinda a este lugar la ponen las altivas hayas que procuran llegar a los rayos de sol que a ras de suelo no se prodigan.