P.N. SIERRA DE GRAZALEMA - Cueva de la Atalaya - Cueva de la Terriza
near Benamahoma, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Aparcamos en Benamahoma cerca de la plaza de toros que cruzamos, la rodeamos por arriba, enseguida llegamos al sendero y comenzamos la subida entre lentiscos y algarrobos por la ladera del Cerro de la Atalaya. Llegamos a un claro donde se encuentra "La calerilla" y que constituye un bonito mirador natural.
Seguimos subiendo y encontramos un frondoso bosque de encinas y quejigos.
Es la segunda vez que voy a la cueva en un mes por lo que esta vez la encontramos sin dificultad. Necesitamos una linterna para bajar, son unos cuantos metros en descenso, primero por bloques de piedras y luego por una pedrera como tobogán hasta llegar a la última cavidad. Como la última vez, la cueva sorprende. Nos quedamos dentro mucho tiempo porque es un lugar mágico, en su interior no te das cuenta del tiempo que pasa.
A poca distancia de la cueva, llegamos a la Cruz de la Atalaya. Con la cristianización del lugar y la llegada de las órdenes religiosas, el clero de la época coloca el símbolo de la cruz como conmemoración de la ocupación del pueblo por los cristianos. Dicho símbolo adquiere su fisonomía actual con la llegada en la década de los 50 de un grupo de misioneros que regalan al pueblo la actual cruz y la ubican coronándolo como forma de recordar su llegada y para proteger al mismo en nombre de Dios frente a su origen árabe.
Nuestro siguiente objetivo es la Cueva de la Terriza, a la que llegaremos a través de preciosos senderos. Primero llegamos a la Fuente del Descansadero, andamos un poco por un sendero junto a la carretera hasta que la cruzamos y comenzamos a subir. A media ladera por la Sierra de Albarracín los senderos son una maravilla, veremos la Cruz a lo lejos, pasaremos por el Cortijo de Albarracinejo donde nos entretenemos en un aljibe lleno de tritones. Llegaremos a un perezoso y disfrutaremos de un bosque de cuento donde algún gnomo o alguna oreades podía habernos salido al encuentro.
Al fin llegamos a la Cueva de la Terriza, volvemos a sacar las linternas y para dentro. Espectacular, pequeñas salas se suceden y vemos todas las que, sin correr peligro pudimos. Hay salas a las que se accede con cuerdas, pero hay que ir equipado para ello. Con lo que vimos es suficiente.
Estas cuevas son espacios que se encuentran bajo tierra y que se han ido formando durante millones de años por la fuerza del agua. Cuando llueve, el agua se filtra a través de la tierra y comienza a desgastarla erosionándolas. El agua que se filtra comienza a gotear por las rocas formando estalactitas en el techo y las estalacmitas en el suelo que cuando llegan a unirse forman una columna. La mayoría de las cuevas tienen aperturas hacia la superficie, que permiten la circulación de aire, el cual evapora el agua y ayuda a crear las formaciones en la roca. Un consejo, un casco no viene nada mal.
Finalmente, ponemos rumbo a El Bosque, descendemos por senderos, pasamos por el Aprisco el la pista del ala delta, y seguimos bajando hasta llegar al pueblo que cruzamos hasta donde tenemos aparcado nuestro coche escoba dando por terminada esta bonita ruta de hoy.
Waypoints
Parque de la Memoria Histórica
Desde la antigüedad el ser humano ha tomado conciencia de su humanidad dignificando a sus muertos, dándoles sepultura y ofreciéndoles presentes para iluminar su destino al más allá. La Ley de la Memoria Histórica ha creado momentos de reencuentro con un pasado olvidado, en muchos intencionadamente, y en otros casos sin respuestas. Con iniciativas como el Parque de la Memoria Histórica, se ha dignificado a hombres y mujeres que estaban catalogados como desaparecidos, cuando, en la mayoría de los casos, habían sido asesinados y asesinadas bajo la violencia que engendran los conflictos bélicos o simplemente las rencillas personales, los odios, las venganzas…. Un pueblo es sabio cuando honra a sus muertos, cuando no los olvida y cuando les rinde el tributo a sus vidas, pues este hecho, tan normal en nuestra cultura, es precisamente lo que hemos hecho posible en el municipio, sacando a la luz aquellos restos de vecinos y vecinas que un día vieron interrumpidas sus vidas, y llevándolos a nuestros campos santos para que tengan un descanso digno como dictamina nuestra cultura serrana. A todas estas iniciativas, por aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, llevadas a cabo por administraciones locales, provinciales, regionales y nacionales, junto con colectivos, asociaciones, grupos familiares, investigadores, historiadores, antropólogos, criminólogos, forenses, y juristas… hay que unir la contribución del arte como vehículo para expresar los sentimientos y vivencias que cada cual tiene sobre lo que vive, lo que encuentra, lo que ve… ese concepto artístico se plasma en la persona de Andrés Montesanto, que a través de sus esculturas y monumentos son han legado a nuestro municipio el mejor de los tributos, un monumento a los Derechos Humanos.
Benamahoma
Benamahoma se localiza en la falda oeste de la Sierra del Pinar, entre las las localidades de El Bosque y Grazalema a la que pertenece como pedanía, en el Parque Natural Sierra de Grazalema. De origen árabe, su nombre proviene de “Bena Mahummad” cuya traducción es “hijos de Mahoma”. El primer componente, “Bena”, heredado del árabe abna (plural de “ibn”, que significa “hijo”), y el segundo, “Mahummad”, del español antiguo Mahoma. Tras la reconquista de la Sierra por los cristianos, en 1609 fueron expulsados los últimos mudéjares y moriscos que la habitaban. Al principio este núcleo urbano dependía de las Cuatro Villas de la Serranía, hasta que el 11 de septiembre de 1810, basándose en la heroica resistencia que hicieron ante el invasor francés, sus foráneos solicitaron de la Regencia de España depender exclusivamente de Grazalema. Como justificación, los guerrilleros Miguel y Diego Castillo aseguraban que el día 13 del anterior mes de febrero habían matado dos caballos, dos hombres y herido de muerte a diez franceses. Benamahoma es la única localidad de Andalucía occidental donde se celebran las fiestas de moros y cristianos, aunque no existen documentos históricos locales que confirmen el comienzo de dicha celebración, si se hace referencia al origen árabe del núcleo poblacional situado dentro del municipio de Grazalema, en las crónicas del moro Rasis en el siglo XV y en diario del viajero romántico y antropólogo inglés Richard Ford en el siglo XIX. El origen de estas fiestas, parece encontrarse en Andalucía en forma de luchas festivas entre nobles y caballeros agrupados en dos bandos, moros y cristianos, así lo confirma la referencia de una lucha festiva realizada en la ciudad de Jaén en 1463 con la intervención de un importante condestable. Posteriormente, en el siglo XVIII, la representación va pasando de la nobleza al pueblo, y de la ciudad a las aldeas, institucionalizándose en fechas fijas y periódicas ligadas a la festividad de los patronos. Es ahí donde se encuentra el origen de las luchas de moros y cristianos de Benamahoma, por ser este un pueblo que en época árabe era una alquería musulmana con población morisca perteneciente a la medina de Grazalema y tener que enfrentarse a la llegada de los caballeros cristianos, repobladores de las tierras benamahometanas, la identidad siguió existiendo al denominarse el pueblo morada de Mahoma o Hijos de Mahoma en árabe Ibn-Mohammed.
La Calerilla
Práctica tradicional para obtener carbón vegetal de la leña de árboles mediante la combustión incompleta de la misma en unos apilamientos que se cubren de tierra y que se denominan carboneras. Esta ardua tarea empezaba con la subasta, por parte de los ayuntamientos o fincas particulares, de aquellos lotes de madera fruto de entresacas, podas y árboles secos o caídos. Se contrataban cuadrillas de trabajadores con un buen conocimiento del oficio: tipo de leñas, su colocación, los caños o canales interiores por donde debía circular el fuego sin quemar la leña, las “encendías” y “buyones”. Proceso de fabricación: Primero se comenzaba por trocear la leña, y transportarla hasta el “armaero”: un lugar limpio de vegetación y espacioso donde iba a ser levantado el horno. Una vez la leña junta, se disponían primero los troncos gordos, de pie y en forma circular, para ser cubiertos con leña más inferior hasta conformar la cúpula. El conjunto era cubierto con matas y ramas que soportaban la tierra que se iba echando encima, con el fin de “ahogarlo”. Esta tierra era recogida de los alrededores, sabiendo que la más fuerte debía echarse en la parte delantera, y la de bujeo, en cambio, por detrás, obligando al fuego a que circulara bien por dentro. A partir del encendido, la vigilancia por parte del encargado era exhaustiva. Con la ayuda de una espuerta, una zoleta y el palo de hacer buyones iba corrigiendo la cochura en función de lo que si instinto, y el olor de humo desprendía, le fueran aconsejando. Cuando la leña estaba bien cocida, es decir, transformada en carbón, el horno perdía volumen y “caía”. A continuación se retiraba la tierra superior, consiguiendo que el fuego se consumiera sin que el carbón de su interior ardiera. Ayudado de sus herramientas, el ros y el rastro, el carbonero iba sacando el carbón acumulado en el interior, hasta extenderlo por los alrededores. Una vez frío y metido en las “seras”, el carbón se cargaba a lomos de caballerías que lo acercaban hasta los cargaderos, desde donde se conducía a la estación de ferrocarril más cercana, o al puerto, para ser consumido en los hogares, calefacciones, talleres de fundición, o en las propias máquinas ferroviarias.
Cueva de la Atalaya
Es la segunda vez que vengo, así que, aunque está escondida, la encontramos pronto. Necesitamos una linterna para bajar, son unos cuantos metros en descenso, primero por bloque de piedras y luego por una pedrera como tobogán hasta llegar a la última cavidad. Las paredes nos sorprenden, no nos lo esperábamos así. Nos quedamos dentro mucho tiempo porque nos pareció un lugar mágico. El tiempo ahí abajo pasa sin darnos cuenta.
Cruz de la Atalaya
A poca distancia de la cueva, llegamos a la Cruz de la Atalaya. Con la cristianización del lugar y la llegada de las órdenes religiosas, el clero de la época coloca el símbolo de la cruz como conmemoración de la ocupación del pueblo por los cristianos. Dicho símbolo adquiere su fisonomía actual con la llegada en la década de los 50 de un grupo de misioneros que regalan al pueblo la actual cruz y la ubican coronándolo como forma de recordar su llegada y para proteger al mismo en nombre de Dios frente a su origen árabe.
Fuente del Descansadero
La Fuente del Descansadero se localiza entre la localidad de Benamahoma y Grazalema, en el Arroyo del Descansadero, Parque Natural Sierra de Grazalema. Las nubes procedentes de la Bahía de Cádiz llegan hasta aquí y al chocar con la Sierra del Pinar, se elevan y precipitan. Este fenómeno se denomina lluvia orográfica. Cuando la lluvia cae sobre estas sierras, de naturaleza caliza, penetra por poros, fisuras y cavidades hasta encontrarse con una roca impermeable. La parte de la roca empapada en agua se denomina acuífero y la parte superior o techo del mismo es conocida como nivel freático. Si el agua se sigue infiltrando, el nivel freático llegará a la superficie y rebosará hacia el exterior, originando fuentes o manantiales. Como es el caso del nacimiento del Descansadero que da nombre al arroyo que origina, al sendero y a esta fuente donde nos encontramos. Se construye esta fuente por el ICONA (Instituto para la conservación de la Naturaleza) a principios del siglo XX. Aquí paraba el ganado de Benamahoma, que lo utilizaban como abrevadero en su camino hacia la población de Grazalema. Gracias a la proximidad del arroyo observamos juncos, adelfas, sauces y otras especies típicas de los márgenes de los ríos. Por ello esta fuente además de ser un recurso ambiental histórico y cultural constituye un oasis en el que podrás refrescarte cuando hagas el sendero en épocas más caluros
Molino del Susto
Un pequeño cartel en las proximidades de las ruinas del molino nos recuerda su historia y el origen de su nombre: «Ruidos de niños llorando, puertas que se abren, resplandor de luces, avistamientos de ovnis….todas estas historias envuelven de misterio a uno de los múltiples molinos harineros que hay en el P.N. de la Sierra de Grazalema, el Molino del Susto. Construido a principios del siglo XVII, (…) destruido tras la Guerra Civil y debido a las condiciones de humedad, trata de resistir el paso del tiempo transformándose en la fantasmagórica estructura que vemos, donde se dan las condiciones idóneas para la proliferación de musgos, líquenes, helechos y sobre todo de leyendas de fantasmas.» Las últimas lluvias caídas nos permite disfrutar del agua cayendo libremente en cascada en los restos del Molino del Susto, en la bella localidad serrana de Benamahoma, agua que provenía del arroyo del Descansadero, y que en su día circulaba por el cao hasta el cubo, para poder así mover el rodezno del molino y las piedras que trituraban el grano.
Aljibe del Albarracinejo
Frente a la casa, en estado ruinoso, encontramos lo que en principio parece un pozo. Al acercarnos vemos su interior impermeabilizado y un orificio con una tubería que procede de la casa cercana. Ello nos hace ver que se trata de un aljibe. También recibe agua de lluvia procedente de una pequeña cuenca de recepción que se forma a su alrededor, actuando el brocal (en la parte superior sin argamasa impermeabilizante) como filtro contra el barro y la suciedad. Se completa con un abrevadero para el ganado.
Cueva de la Terriza
Estas cuevas son espacios que se encuentran bajo tierra y que se han ido formando durante millones de años por la fuerza del agua. Cuando llueve, el agua se filtra a través de la tierra y comienza a desgastarla erosionándolas. El agua que se filtra comienza a gotear por las rocas formando estalactitas en el techo y las estalacmitas en el suelo que cuando llegan a unirse forman una columna. La mayoría de las cuevas tienen aperturas hacia la superficie, que permiten la circulación de aire, el cual evapora el agua y ayuda a crear las formaciones en la roca.
El Bosque
En plena Sierra de Albarracín, junto al río Majaceite y rodeado de valles se nos aparece la que fuese casa de retiro señorial de los Duques de Arcos, con sus calles blancas salpicadas de fuentes y flores. Antes de que El Bosque existiera como núcleo de población, el territorio en que se enclava aparecía como una extensa y densa arboleda donde proliferaban los lobos, venados y jabalíes, las rapaces y muchas otras especies zoológicas. El origen de la ciudad se remonta al siglo XVI, a raíz de la construcción de casas para los criados del duque de Arcos. Estas casas fueron construidas en las inmediaciones del palacio de Marchenilla, residencia de caza del citado duque. Los sirvientes de la familia se instalaron en ella y construyeron la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, denominación que afectaría también a la población. La villa de El Bosque nace oficialmente en 1815 mediante Cédula Real de Fernando VII, donde se exponía, entre otros motivos, que cuando se verificó la entrada de los franceses en ese reino, fue el primero que levantó el estandarte de nuestra independencia con anticipación a todos los demás pueblos de la serranía de Ronda, siendo, por consiguiente, el que más sacrificios hizo y sufrió más destrucción, por lo que el monarca Borbón envió a un funcionario real para instruir las diligencias que correspondan al Privilegio de Villazgo para que lo gocen totalmente. A finales del s. XIX sólo queda el nombre actual tal y como consta en los papeles reales. La lucha contra los ejércitos de Napoleón fue cruenta y denodada, sufriendo el pueblo varias incursiones de castigo, quemas y represalias. Después de la retirada francesa quedaron bastantes problemas de tipo social, debido a la realidad económica que propició la aparición de socialistas utópicos, bandidos y contrabandistas. El legado artístico de El Bosque está conformado por la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe, el palacio ducal, la ermita del Calvario y una singular plaza de toros.
Comments (3)
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Magnífico recorrido. Interesantes visitas a las cuevas de la Terriza y la Atalaya. Gracias por darles a conocer. Saludos cordiales de palocorto.
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Buenas tardes. Otra bonita ruta por nuestros parajes. Aún no conocía las zonas de la Cruz de la Atalaya ni el bosque que hay antes de llegar a la cueva de la Terriza. Era más típico de los Alcornocales... Asombroso.
Yo la hice circular, solo tengo un coche y yendo solo🤔🤔.
En las cuevas no entré por supuesto, obedeciendo a las leyes de la prudencia.
Nuevamente gracias por todas tus aportaciones para poder disfrutar de ellas.
Muchas gracias, me alegra poder aportar algo a los demás y compensar todo lo que aportais a este mundillo y que me ayudan un montón a hacer bonitos recorridos.