P. Nat. Sierra Tejeda y Almijara: Mesa de Fornes - Mirador de los Morros - Río Cebollón - Cascada del Puente de la Monticana.

El grupo formado por Galo, Paco con dos sobrinos y yo, nos deplazamos hasta La Resinera de Fornes para completar una preciosa ruta por el Río Cebollón. Tomamos el carril que sale de La Resinera hacia el Aeropuerto y dejamos el coche en un punto que nos permitiría cerrar la ruta circular que habíamos planificado. Indicar que a posteriori nos enteramos que ese carril está cerrado a la circulación en época estival bajo multa de 200 Eur., pues así nos lo dejó escrito alguien en el parabrisas del coche.

Seguimos la pista asfaltada hasta la pista de aterrizaje de La Resinera, destinada para uso de helicópteros y vehículos de extinción de incendios y después seguimos por el cortafuegos que sale por su lateral. y recorre la Mesa de Fornes, una formación plana con ligera pendiente ascendente que continúa hasta alcanzar la Cuesta de los Morros, por la que subiremos hasta desviarnos hacía el Mirador de los Morros. Desde aquí se tiene una preciosa vista de los picos de la Sierra Almijara: Cerro Cabañeros, Navachica, Fuentefría, El Salto del Caballo, tras la que asoma el morrón de Piedra Sillada y el final de la Cadena, El Lucero, La Chapa y a nuestros pies el profundo barranco del Cebollón.

Un poco más arriba del mirador encontramos un majano que nos indica el inicio de un camino que baja hasta el río por la cuesta de la Solana de Marcelino. Este descenso es realmente empinado y se hace por una trocha que en su parte inicial resulta difícil de seguir; está cerrada por una vegetación que por suerte es principalmente romero, ya que si fuesen aulagas sería casi imposible bajar por ella. Tras los primeros metros es más sencillo de seguir el trazado, que dibuja un descenso zigzagueante que facilita la progresión. De todas formas hay que extremar el cuidado, ya que el firme de arena dolomítica típica de esta sierra, está totalmente descompuesto y es fácil resbalar. El descenso acaba en una intersección con el sendero que cruza la parte baja de El Pastizal.

Aquí tuvimos un dilema. Este sendero lleva hasta el carril de la Monticana bordeando primero el barranco del Cebollón y después el de Alfajara, pero pronto se separa del río y da una rodeo bastante amplio. Como no sabíamos si había algún punto en el que pudiésemos bajar al río, decidimos ir hasta la Cascada del Puente siguiendo el curso del agua, y así pasamos por un profundo barranco en el que el río crea muchos pequeños saltos de agua y pozas en las que es posible refrescarse. Un poco más tarde vemos el nacimiento del Cebollón, que se produce cuando el Arroyo de las Culebras y el Arroyo de la Monticana se unen y después seguimos por este último hasta llegar a la bonita cascada que se encuentra bajo el Puente de la Monticana, también llamada cascada del Barranco de las Alfajas. Aprovechamos para limpiar el cansancio del camino bajo esas potentes y frías aguas, además de tomarnos un tiempo para reponer fuerzas con lo que cada uno había metido en su mochila.

Durante la parada habíamos decidido intentar enlazar con el sendero del Pastizal en el punto del mapa que veíamos más probable, así que volvimos sobre nuestros pasos hasta el nacimiento del Río Cebollón donde, tras una trepada no demasiado complicada por el barranco de las Culebras, encontramos el sendero que buscábamos. Este discurre entre pinos, está en bastante buen estado y tiene unas bonitas vistas del barranco del Cebollón y lo seguimos hasta el cruce con la trocha que baja por la Solana de Marcelino. Ahí volvimos a meternos en el río y caminamos por su lecho algunos cientos de metros más, pero pronto nos cansamos de andar sobre cantos rodados y subimos al sendero que lo bordea. Tras unos cuantos cambios de margen en los que hay que volverse a meter en el agua, llegamos a la sombra del Tajo Caído, que ya anuncia la cercanía de un gran salto de agua y la entrada a los Tajos del Cebollón.

Aprovechamos el fuerte caudal del azud para darnos un nuevo baño y después seguimos río abajo por el sendero que lo bordea, cambiando varias veces de margen, hasta encontrarnos a la altura del carril de Masajate, momento en el que nos colocamos definitivamente en la margen derecha aguas abajo y llegamos hasta una granja ganadera abandonada. Hasta ella se accede por un carril que seguiremos hasta cerrar la ruta circular.