P. Nat. Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama: Los Cahorros del Río Chillar.

La ruta de hoy es una de las más conocidas de la provincia de Málaga, ya que a la facilidad de su acceso se une una increíble belleza y una baja dificultad; además, de tratarse de una ruta de río, ideal para el verano y para hacerla con niños. Nosotros escogimos un día de diario por la mañana temprano y de esta forma evitamos aglomeraciones para dejar el coche y disfrutar de la ruta para nosotros solos; de hecho, en todo el camino sólo encontramos a tres parejas y todas ellas cuando nosotros finalizábamos la ruta y ellos empezaban.

Tras dejar el coche nos metemos en un camino que nos lleva al inicio de la ruta, justo en una cadena que cierra el acceso a una antigua cantera. Desde aquí hay algo menos de 2 kilómetros hasta la central hidroeléctrica Salto Grande, en los que caminaremos sobre cantos rodados en paralelo al río. Después de la Central ya nos metemos en faena y entramos en el cauce del Chillar, que no abandonaremos durante todo el camino salvo en ocasiones muy puntuales. A poca distancia hay una cascada artificial que se forma por un aliviadero de la acequia que alimenta a la Central y que hoy estaba cerrada, así que seguimos disfrutando de la caminata por el río rodeados de cañas y juncos y también de higueras, pinos, enebros y sauces que crecen en la umbría. Estamos rodeados de roca caliza y podemos observar claramente como en estas paredes está marcado el caudal del río en época de lluvia torrencial a una altura de más de un metro; realmente impresiona pensar la fuerza que deben llevar esas aguas.

Pronto llegamos al primer cahorro., que es como se llaman en esta zona a los cañones estrechos por los que discurren los ríos. Este primero es el más corto de los tres que veremos en el curso bajo del río Chillar y al principio las paredes se estrechan de modo que una persona de talla media puede tocar ambas paredes estirando sus brazos. Seguimos la ruta y vamos atravesando zonas de pozas, unas naturales y otras artificiales, formadas con acumulaciones de troncos y piedras. El segundo cahorro es el más espectacular de los tres y entre sus paredes podemos disfrutar de unos preciosos juegos de luces y sombras sobre unas aguas en constante movimiento y unas paredes con las caprichosas formas que crea la erosión de la piedra caliza. Tras una zona más abierta entramos en otra zona de estrechamiento con bellas estampas que precede al tercer cahorro, es el más sinuoso de los tres, donde pareciera que ambas paredes encajan entre si, formando una especie de cremallera.

Llegamos a una poza artificial creada para facilitar el baño, ya que es el lugar donde la mayor parte de los visitantes se da la vuelta, tras la que el río realiza un giro pronunciado y entra en una zona de pequeñas cascadas. Se trata de un tramo muy bonito que se puede hacer por el agua, aunque también se puede subir por el margen derecho del río en el que hay una especie de sendero. Poco más arriba nos encontramos con la cascada de los Patos, un salto de unos 3 metros de altura con un fuerte estrechamiento que hace que el agua baje con gran fuerza, con lo que ha labrado una pequeña poza en su base que sirve para darse un refrescante baño, aderezado con un spa natural.

Hoy dimos por terminada la ruta aquí, aunque podríamos seguir río arriba hasta la Presa del Canal, una zona de gran belleza que nos da la alternativa de volver por una impresionante acequia, que nos devolvería a la Central Hidroeléctrica; e incluso, seguir Río arriba hasta los cahorros del Imán y Las Palomas, si bien aquí el camino ya es bastante más dificultoso.