Pagolar, Kastanizabal y Mostatxa desde Laudio / Llodio

Esta ruta la realizamos mi amigo Jose Mari y yo la primera vez hace catorce meses (ver en en wikiloc "Ruta circular con ascensión al Pagolar y Mostatxa desde Llodio"), pero en aquel caso bajamos por el barrio de Odiaga, más cercano a Luyando. Hoy sin embargo retornamos a Llodio por otro camino totalmente distinto y mucho más interesante. Y estas tres cimas también las hice por aquella misma época en solitario, en otra ruta circular desde Luyando, aunque ascendiendo previamente al Pagonabarra. En aquella época la ruta estaba sin señalizar. Ahora han colocado unas señales de color amarillo que facilitan mucho la orientación, tanto en la subida como en el descenso.

Se trata de una ruta de distancia media (trece km pasados) y un desnivel positivo discreto de 617 m, ascendiendo a tres pequeñas cimas de la misma cresta: el Pagolar (722 m), el Kastanizabal (699 m) y el Mostatxa (661 m).

Consta de tres partes claramente diferenciadas. La primera es el ascenso desde Llodio, siempre por carretera o pista cementada de cómodo andar pero con fuertes repechos en su segundo tramo, y que llega hasta la misma antena del Pagolar, tras la cual está situada la cima. La segunda parte es el recorrido por sendero por la cresta desde el Pagolar hasta el Mostatxa, pasando por el Kastanizabal. Y la tercera sería el propio descenso por caminos de tierra bajo pinares hasta la carretera general Llodio–Orduña, retornando al pueblo por el barrio Gardea.

Comienza la ruta en Llodio en la confluencia de la Avenida de Zumalakarregi con la calle Landaluze, desviándonos por esta calle hacia arriba y, tras andar un rato, sin desvío alguno, llegamos a un cruce con indicadores de barrios en el que seguimos de frente, en dirección al barrio de Larrazabal. Seguimos adelante por la calle que llevamos y que ahora se llama Larrazabal hasta llegar a una bifurcación que se dirige a dos barrios, aunque nosotros también aquí seguimos de frente. Al poco pasamos junto a la ermita de San Juan de Astobitza, con una bonita leyenda (ver en wykiloc la ruta anteriormente citada) y tras otro rato de suave ascensión llegamos a un par de curvas cerradas, la primera hacia la derecha y la siguiente a la izquierda, que una vez superadas y tras otro rato de andadura, llegamos al precioso barrio de Larrazabal, con amplios y cuidados pastos y soberbios caseríos de piedra.

Nada más superar el barrio termina la carretera que sigue por pista cementada al lado de un depósito de aguas que nos llevará hasta la cima del Pagolar. Esta pista de hormigón es la utilizada para el mantenimiento de su antena homónima, y por ella subimos. Pasamos un viejo cartel que indica la prohibición de circulación de vehículos no autorizados y ya notamos que empiezan las verdaderas cuestas de la ruta.

Tras una curva a la derecha vemos que a nuestra izquierda llega otra pista que procede del Mostatxa. Nuestra primera intención era bajar por ella tras coronar las tres cimas, pero después cambiaremos de opinión (gracias a los indicadores) y bajamos por otra ruta totalmente distinta que no conocíamos. Seguimos adelante y pasamos ante una fuente con abrevadero, y al poco llegamos una cerrada curva a la izquierda en la que vemos postes del gasoducto de Enagás. Los encontraremos también después. La pista se empina considerablemente pero las vistas son extraordinarias, parándonos de vez en cuando para recuperar el aliento con la excusa de admirar el paisaje. La sierra del Kamaraka, Mugarriluze y Goikogane la tenemos enfrente.

Tras otra cerrada curva a la derecha llegamos a la cresta, donde vemos un poste de señales. Vamos hacia la derecha y pasamos ante una caseta de servicio de la antena, llegando a unos pocos metros al recinto vallado de la misma. Solamente hay que rodear la alambrada hacia la derecha y por detrás para llegar en unos metros a la cumbre del Pagolar, de 722 m. Hay un "lauburu" sobre un hierro vertical y al lado un poste geodésico pintado de azul. Tras la foto de rigor del grupo iniciamos la marcha en dirección al Mostatxa, distante tan solo algo más de un km. Hasta el Pagolar hemos andado casi 6 km.

Retornamos por el mismo camino a la cercana confluencia de la pista por la que hemos subido donde se encuentra el poste de las señales y cogemos un claro y amplio camino que sale de frente, desviándonos a la izquierda a los pocos metros para coger un sendero que transita por toda la cresta. A nuestra izquierda tenemos siempre un pinar cercano, viéndose hacia la derecha una amplísima panorámica con la sierra Salbada o Garobel al fondo, en la que vemos se ha formado el típico "bollo" o niebla que se precipita desde lo alto hacia el abismo y que al encontrarse con el aire caliente del valle empuja a las nubes hacia arriba formándose un espectacular remolino de niebla colgante. Precioso. En un plano más cercano vemos el Pagonabarra cubierto de pinos.

Andando por la cresta llegamos enseguida al Kastanizabal, (699 m) del que solo existe un montón de piedras en forma de pirámide. Hemos andado unos trescientos metros desde el Pagolar. Sin detenernos, seguimos adelante hasta llegar a un cruce en un pequeño collado con un sendero que viene por la izquierda desde la pista de cemento de la antena por la que hemos subido antes. Hay un mugarri de piedra en el cruce. A la derecha se ve también un amplio camino, aunque nosotros seguimos de frente hasta llegar al poco al Mostatxa (661 m), distante no mas de un km desde el Pagolar, con una hermosa cruz de hierro de más de cinco metros de altura y un buzoncito en el suelo en el que hay una tarjeta de una montañera del G. M. Aldatz Gora de Bilbao, al que la remitiremos de nuevo.

Tras echar unos tragos de agua y sacar la correspondiente foto iniciamos el descenso. Simplemente hay que seguir la senda de la cresta que ahora es un amplio camino que desciende hasta llegar enseguida a una pista de cemento. Creo recordar que en la ruta que hicimos hace un año fuimos en el cruce hacia la derecha, pero hoy vamos a la izquierda bajando por el cemento. Al poco llegamos a un cruce con dos señales opuestas que ambas indican hacia Llodio. En el cruce hay también un recinto de interés con un panel informativo. Se trata de un "elurzulo", literalmente agujero para nieve o nevera. Está protegido por una valla de madera y se trata de un gran hoyo de varios metros de diámetro y de profundidad reforzado con muros de piedra en el que se apilaba la nieve cuando esta caía en invierno. La nieve se prensaba y se ponían capas de helechos alternas con capas de nieve hasta llenarla por completo. Se obtenía hielo que se bajaba en caballerías y se usaba para hacer limonadas y otro tipo de productos. En Bizkaia tenemos más: en el Pagasarri, la famosa Neberabarri del Kargaleku, cercana a Arraba, además de la del Ezkumin, cerca del Errialtabaso en Dima..., y varias mas.

Pensamos que la zona es un sitio interesante para tomarnos un respiro y dar buena cuenta de las viandas que hemos traído acompañadas por la "damajuana" de Jose Mari (la bota). Tras el estupendo refrigerio decidimos seguir nuestro camino. Nosotros en un inicio pensábamos seguir por la pista cementada hasta acceder a la pista de subida a la antena del Pagolar y desde allí retornar a Llodio por el mismo camino de ascenso. Pues no, para conocer otro itinerario elegimos seguir por el otro camino opuesto y que el cartel también indica hacia Llodio.

Se trata de uno de los antiguos caminos forestales de la zona que transcurre entre pinos casi hasta la carretera general de Orduña. Según vamos bajando vemos en algunos pinos las inequívocas señales blancas y amarillas de una PR que desconozco, ya que no existe información de PR alguna por esta zona en la web de la Federación Alavesa de Montaña, o al menos yo no la he encontrado.

Enseguida encontramos una bifurcación, eligiendo seguir por el camino más evidente, que es el de la izquierda. Tras bajar un rato más llegamos a un cruce señalizado cercano a un caserío. Seguimos hacia Llodio y llegamos a otro cruce, yendo hacia la derecha y pasando al lado de unos pastos y unos caseríos. Tras otro ratito llegamos a la carretera general Llodio–Orduña, siguiendo por ella hacia la izquierda. Yendo por la acera de la carretera pasamos el alargado barrio de Gardea, con pabellones industriales, caseríos dispersos y el Nervión a nuestra derecha y, al otro lado, cerca ya de Llodio, el precioso palacio Katuxa. Tras un par de kilómetros llegamos al núcleo urbano y accedemos enseguida al aparcamiento donde hemos dejado el coche.

Fin de una preciosa ruta, muy bien señalizada con los carteles amarillos recientemente instalados, que animo a cualquier persona aficionada a la montaña a realizarla, donde seguro disfrutará de lo lindo.