Ruta por el Paisaje protegido Rambla de Castro (Los Realejos, Tenerife)

El Paisaje protegido de la Rambla de Castro (íntegramente en Los Realejos) se incluye en la Red Natura 2000 como Zona Especial de Conservación y Zona de Especial Protección para las Aves. Asimismo, la franja litoral entre la punta del Guindaste y la zona de Las Puntas, en San Juan de la Rambla, está declarada Zona Especial de Conservación por la presencia de hábitats de cuevas marinas sumergidas o semisumergidas.

Es una zona acantilada con plantas endémicas capaces de subsistir aferradas a estas laderas. En el primer tramo son frecuentes los desprendimientos, especialmente con lluvia y viento.

Se pasa por un viejo molino de agua de Juan de Gordejuela, la compañía Hamilton & Co. hizo una apuesta innovadora para la época: instalar en 1903 un elevador de agua mediante máquina de vapor, la primera de Tenerife. El agua se recogía en los nacientes cercanos y se subía a más de 200 m de altitud para repartirse entre las fincas de plataneras. La instalación no duró muchos años en activo, pero hoy sigue siendo un hito que nos habla de la abundancia de agua dulce. Los vientos alisios traen la humedad del océano y forman el mar de nubes. Incluso sin que llueva, el bosque de la cumbre las intercepta y sus hojas gotean frecuentemente. El agua se filtra en el subsuelo alcanzando capas de materiales impermeable por las que resbala hasta salir al exterior.

Dentro del palmeral, uno de los mejores de la isla, se levanta La Casona, residencia de la familia portuguesa Castro desde la Conquista. En este entorno se ubica el pequeño Fortín de San Fernando (protegía las mercancías de los ataques de los barcos piratas), un naciente de agua que desemboca en la playa de Castro, la sauceda de Madre del Agua, y tras esta punta de tierra estaba el embarcadero del Guindaste. Desde finales del siglo XVI hasta el XVIII, las fincas del entorno sirvieron principalmente para el cultivo del afamado vino de Canarias. Junto al palmeral crecen dragos, sabinas, retamas blancas, acebuches, yerbamoras, ororbaesl, guaydiles...

Después se llega al Mirador de San Pedro, y a la Ermita de San Pedro Apóstol, construida a principios del siglo XVII, junto al Camino Real y frente a la Cruz llamada de Castro, y que marca el paso de uno de los principales caminos antiguos hacia la punta noroeste de Tenerife.

Y continuando por plataneras, se llega a la bella playa de El Socorro, donde acabamos la ruta.