Pajaroncillo, Los Castellones, Las Corbeteras

A TENER EN CUENTA:
La ruta discurre por pistas forestales y senderos fáciles de caminar pero sin señalización por lo que es conveniente llevar GPS. No hay fuentes. Bastantes sombras. La ruta es circular (una raqueta) que nosotros hacemos siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Las formaciones que se ven son peculiares e impresionantes.

Descripción:
La ruta la iniciamos en el km. 488-489 de la carretera 420, donde hay una pequeña caseta de madera; hay bastante sitio para aparcar, incluso cabe un autobús.

El paraje que visitamos hoy es el "Rodenal del Cabriel" que pertenece a la Serranía baja de Cuenca, en el término municipal de Pajaroncillo.

Subimos por una pista y pasaremos cerca de la aldea abandonada del Cañizar Alto, donde hubo un hospital de campaña para atender a los heridos del frente de Teruel. Anteriormente fue residencia de los trabajadores que vivían de la industria resinera, también hubo un destacamento de la Guardia Civil en los años 40 para combatir a los maquis.

Seguimos subiendo hasta alcanzar el collado de los Arrieros, ya nos queda poco para llegar a Los Castellones, formaciones muy curiosas, destaca el "Castillo Natural" del Saladar (o de las Hoyas), es una fortaleza natural utilizada por los celtíberos y bereberes con aljibes circulares y restos de muros, hay una cadena para subir, nosotros en este caso decidimos no subir.

Corbeteras o Corbeteros (aunque su nombre oficial según IGME es Corveteros) : Son formaciones rocosas que el agua ha erosionado esculpiendo curiosas formas en la roca de arenisca roja o rodeno durante millones de años. Son rojizas por su alto contenido en hierro. Sobresalen por encima de un bosque muy tupido formando torres, chimeneas, tormos, setas de roca, callejones...de grandes dimensiones.

Dejamos este paraje natural que nos ha cautivado y tomamos un camino ascendente hasta el collado de los Arrieros, enlazando así con la mañana, aquí tenemos una bajada con desnivel pronunciado y mucho canto suelto ⚠️ cuidadín con los resbalones, y ya sólo nos queda llegar hasta el aparcamiento