Pallozas de Santiso

Inicio: San Antolín - Ibias
Duración: 3 h.
Longitud: 8,1 km.
Desnivel: 723 m

Los valles encajados y umbríos de la cuenca baja del río Ibias no permitieron muchos asentamientos en el fondo del valle, sino que los pueblos se emplazaban en los rellanos de las laderas. La ruta recorre algunos de los pueblos más característicos.

El primer ascenso por una antigua senda entre prados y huertas conduce al pueblo de Cuantas. Un núcleo que conserva las peculiaridades de las aldeas del concejo, emparrados de viña sobre el camino a modo de pérgola y hórreos con cubierta de paja. De Cuantas a Linares el camino atraviesa primero la Regueira da Noas, donde descansar y tomar agua y después la Regueira da Robleda. A medida que se asciende, el camino va ganando en vistas sobre el valle del río Ibias y al llegar a la Cortía del Chao, puede disfrutarse de amplias panorámicas sobre las aldeas de Piñeira, Villamayor y Villarcebollín en la ladera de enfrente y de izquierda a derecha San Antolín, A Mergulleira, San Román y Cecos. En la misma ladera se encuentran Carbueiro, Lagüeiro, Rellán y Cadagalloso. Desde este punto un ligero descenso conduce a Linares. En la entrada al pueblo se pueden ver extensos prados de pazo, huertas y los tradicionales hórreos, algunos de ellos con cubierta de paja.

Desde Linares se reinicia el ascenso por el camino paralelo a la Regueira das Lamas Rubias. Al llegar al cruce con el camino que va de la Braña de Leituelos a Santiso se gira a la derecha por un camino sin pendiente que recorre el Chao del Filso. Hace no mucho tiempo este era un lugar de cultivo del centeno con el que se elaboraba el llamado pan negro. Al llegar a Santiso las características pallozas que aún se conservan son el reflejo de una arquitectura heredada de época castreña.