Pals-Quermany Gros 100 Cims-Regencós i Mines
near Pals, Catalunya (España)
Viewed 75 times, downloaded 4 times
Trail photos
Itinerary description
Tiempo de reencuentro con los aborígenes de Girona y de intercambiar abalorios, oro líquido en forma de aceite virgen y boletus traidos de lejanas tierras. Mirando los rostros queda patente el implacable paso del tiempo, arrugas y achaques repartidos por igual entre todos los presentes. Nos recibe Pals con su imponente casco antiguo, sus torres y murallas vigilantes desde las alturas,como prometiendo que velarán durante nuestro camino, para que cumplamos la misión y volvamos sanos y salvos. Nos detenemos unos instantes para cumplir con las obligaciones debidas a nuestros anfitriones, ya que sin un cortado y un cigarrito parecen no ser personas. Salimos de la villa por carretera local asfaltada, que pronto se troca en pedregosa pista como por arte de magia, y atrochando por estrecho sendero para evitar rodeos innecesarios. Dividimos el pelotón, indígenas por pista y urbanitas por sendero con grimpadas y cuerdas prometidas. Resbaladizo y abrupto, nos obliga a extremar precauciones y a subir asiendo ramas y piedras para evitar resbalones. La liamos como siempre en la plataforma pétrea que a modo de campo base, nos regala incomparables vistas, pero no nos deja adivinar el correcto sendero. Dudando por no estar las cuerdas, elegimos el camino equivocado, atraidos por las bondades de lo que parecía una senda despejada y tranquila. Pronto se enmaraña y salvo echar cuerpo a tierra, arbustos y plantas no dejan paso libre, perdidas las señales, la azul de pintura y la del gps digital, nos aturullamos y trepamos como podemos buscando una salida. Desde arriba nos reimos, viendo que si hubiéramos acertado con el paso, tan sólo se requería subir un poco entre las rocas, que si dejaban paso franco. Sacudida la decepción, y a pesar de que nuestros colegas nos increpan a lo lejos desde el 100 cims de hoy, nos recreamos con las vistas del Massís de Montgrí, las Illas Medes y todo lo que pueda abarcar nuestra mirada. En un plisplás, aunque dubitativos de nuevo, seguimos por pista para reunirnos en la cima con el resto del grupo. Coronado por una caseta de vigilancia forestal, cerrada para evitar intrusos deseosos de selfies inoportunos, el Quermany Gros nos premia con nuevas e impresionantes panorámicas, que plasmamos en fotos y vídeos. Tomado un pequeño refrigerio, descendemos ahora por una torrentera, típica de esta zona, donde el terreno parece haber sido castigado por altanero, con grietas, tierra suelta, guijarros y cantos rodados. Entre árboles y sombras, una ardilla cruza apresurada la pista unos metros más allá, sin detenerse a dedicarnos ni una curiosa mirada. Llegados a Regencós abrimos los ojos como platos, pues nos recibe una curiosa fuente accionada por una ferrosa rueda que hace manar el preciado líquido, y magníficos edificios de piedra a su alrededor. Bromeamos con una señora, que confiesa no entender porque nos gusta el pueblo, y nos invita a pasar por los soportales de su casa, ya que aunque es privado, le gusta que nos detengamos a admirar y alabar el buen gusto con que lo tiene todo adornado. Salimos junto a una industrial chimenea para, después de echar un último vistazo a la hermosa iglésia, perdernos de nuevo entre la espesura, con destino a las minas de arcilla blanca. Aunque no la usaremos como mascarilla facial, no podremos evitar tocar las paredes con curiosidad y evaluar la textura de dicho material entre los dedos. Lo que parece la entrada principal está cerrada con una verja de hierro, y al fondo de la galería se aprecian dos sillas , tal vez para vigilantes o cobradores. Encontramos varias catas a nuestro paso, que nos permiten curiosear libremente, aunque evitamos internarnos en los túneles para no correr riesgos innecesarios. Pista y senderos, pedregosos y sin ninguna historia que contar, nos llevan hasta el Quermany Petit, al que me aventuro a predecir que consideran el hermano pequeño del anterior. Llegando a la carretera, iniciamos un largo rodeo entre campos de cultivo, para evitar circular por el arcén de tan atribulada vía. Aunque tenemos mesa reservada, el tiempo se detiene y paseamos embobados por las medievales calles de Pals, compitiendo con algunos turistas en parecerlo más que ellos, a base de fotos y miradas de admiración en todos los rincones. Tras un ímprobo esfuerzo, rompemos el hechizo y nos dejamos guiar por nuestros anfitriones hasta Vall-llobrega, donde cumpliremos a rajatabla con el importante ritual de la pausa de nutrición, y, por supuesto, la doble pausa de hidratación.
Waypoints
Comments (2)
You can add a comment or review this trail
Un altre 100 cims
Bona combinació de cultura i senderisme, com sempre.