Paraje Natural Punta Entinas - Sabinar: de la Puerta de Roquetas a la Punta Sabinar.

La ruta de hoy discurre por el Paraje Natural Punta Entinas - Sabinar; se trata de un espacio litoral que se ha conservado en su estado original y que queda constreñido entre el mar de plástico y la mar salada. En esta estrecha franja costera se ha conservado un compendio de distintos paisajes que comprenden marismas, antiguas salinas, estepas litorales, dunas y playas que dan cabida a una gran biodiversidad. El Paraje Natural no es muy amplio, pero aún así requiere de al menos un par de visitas para recorerlo en su totalidad. Hoy me decidí por la que comienza en las urbanizaciones más occidentales de Roquetas de Mar, entrando por la Puerta de Roquetas y terminando en la Punta Sabinar; una segunda ruta podría empezar en Almerimar, pasando por las Puntas Entinas y Gallarda hasta la Punta Sabinar.

Así pues, comienzo en la Puerta de Roquetas y pronto me aparto del carril que traeré a la vuelta para visitar un par de pequeñas lagunas que a estas horas se encuentran vacías de aves y sigo hasta una tercera laguna de mayor tamaño donde ya enlazo con el carril que discurre paralelo a la playa de Cerillos. Sigo por este carril hasta encontrar el vértice geodésico del IGN, donde me desvío para visitar los restos de la Torre de Cerrillos, perteneciente a la red de antiguas atalayas de vigilancia y defensa que protegían el litoral almeriense.

Sigo camino hasta las ruinas de las Casas de las Salinas de Cerillos, donde una acequia sirve de divisoria del paraje y da entrada al Charcón del Flamenco, que bordearé en todo su perímetro entre la ida y la vuelta. Aquí el carril es arenoso y por tanto es más complicado andar, por lo que la marcha se ralentiza hasta llegar a la Punta Sabinar. Según se comenta en la web de Espacios Naturales de Andalucía, "la vegetación existente se ha adaptado a las especiales condiciones de este medio: suelos arenosos, altas temperaturas, escasez de agua y elevadas concentraciones salinas; como por ejemplo la azucena marina, que destaca por sus flores blancas recubiertas de pelillos para reflejar los rayos solares, evitando con ello la pérdida de agua. En las dunas cercanas a la costa predomina el barrón. Esta especie coloniza las arenas y con sus raíces las asienta evitando su movimiento, permitiendo que especies como la sabina negra, el lentisco y otros arbustos fijen definitivamente el sustrato. Al apreciar esta sucesión, se comprende el proceso de formación de un ecosistema de dunas fósiles como el de Punta Entinas-Sabinar, donde abundan los reptiles como la culebra bastarda y la de herradura o el lagarto ocelado. Ya en la playa el visitante puede identificar interesantes especies como la Gaviota de Audouin, cuyas escasas colonias se encuentran en lugares apartados de la presión antrópica ".

Tras acercarme a la playa y visitar después el faro, me interno en la estepa litoral para evitar en lo posible el camino de arena, llegando de esta forma a la otra ribera del Charcón de los Flamencos, donde se toma un carril terroso que pronto abandono para tomar un sendero que me lleva más cerca de la orilla. Ya cerca de completar el perímetro me desvío para evitar pasar nuevamente por las ruinas de las salinas, pero llego a un callejón sin salida, ya que el paso se ve cortado por la acequia, así que he de volver sobre mis pasos y pasar por el mismo lugar.

Desde las ruinas tomo un carril que me llevará por las salinas abandonadas, donde ya se puede disfrutar de la rica fauna que habita este paraje: de la misma fuente que la reseña anterior, "realizando el sendero de las Salinas de Cerrillo, se aprecian áreas inundables, en forma de pequeñas charcas, marismas y salinas, donde se puede contemplar la abundante avifauna presente en estos parajes, como la elegante garza real, que permanece inmóvil a la espera de que algún pez pase cerca para arponearlo con su largo pico, o el pato cuchara, que debe su nombre a la forma de su enorme pico. Ya en el Charcón del Flamenco, entre eneas y carrizos, construyen estas peculiares aves sus nidos de barro, cuya puesta consta de un sólo huevo. Cuando eclosione tanto el macho como la hembra comparten los cuidados del joven polluelo".