PARQUE DE LAS CAÑADAS DE PTO REAL-Laguna Marroquina-Cortijo Los Valencianos-VG. Cerro de Ceuta-Hacienda San José-Noria Autrán
near Puerto Real, Andalucía (España)
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Itinerary description
Un paseo lleno de historia y con muchos hitos de interés, algunos de ellos vestigios romanos.
Empezaremos caminando por la Cañada Real del Camino de Paterna de Rivera, pasaremos por la laguna de la Marroquina y llegaremos a la cantera de Los Barreros, de extracción de arcilla explotada hasta el S/XX.
Estos «barreros» probablemente hayan sido un lugar tradicional de aprovisionamiento de barro para las alfarerías de la zona ya desde la antigüedad. De hecho, en las cercanías, en las proximidades del Almendral podemos encontrar un antiguo horno romano casi derruido y mucho más abajo, en el Puente Melchor, se encontró una necrópolis y restos de calzada romana. No sería de extrañar por tanto que de esta misma cantera se exportara arcilla para otros hornos gracias a la proximidad de la calzada romana. Se ha ido extrayendo arcilla de los Barreros hasta el punto de llegar al nivel freático y constituirse de forma natural en una laguna.
Siguiendo camino, a nuestra derecha vemos el seno de una laguna estacional hoy seca.
Llevamos poco más de 4 kms recorridos cuando llegamos a la antigua cantera de Galeto, en su interior una importante escombrera de material romano en superficie, junto a los restos de una estructura que ha sido seccionada en su perfil.
El Cordel Tercero de Servidumbre nos deja en la Vereda del Camino Viejo de Paterna desde el que nos desviamos para ver el antiguo Olivar de los Valencianos donde se conserva un alfar, un complejo alfarero datado entre el siglo I a.n.e y el siglo II d.n.e. Se trata de uno de los yacimientos aún hoy visibles que mejor conserva sus estructuras.
Construido a base de los testae o fragmentos de ánforas de mala cochura, está excavado en el suelo con idea de preservar el máximo de calor. Producía cerámica doméstica de cocina como ollas, cuencos, jarras etc. También, para el almacenaje, se fabricaban recipientes como dolia. Era un recipiente de barro extremadamente grande, usado para almacenar y transportar alimentos. Se forraban con brea o cera para albergar o procesar alimentos líquidos y sólidos. Para el transporte se fabricaban ánforas. Las ánforas producidas en el actual territorio de Puerto Real servían para transportar vino y salazones a otros lugares del Imperio romano; en Roma, en el Monte Testaccio, se han hallado restos de ánforas producidas en Puerto Real.
El siguiente hito es el vértice geodésico Cerro de Ceuta en el cerro del mismo nombre. Con sus 53 msnm de cota máxima, preside el fondo de saco de la bahía gaditana, desde San Fernando hasta Rota, siendo la mayor elevación del litoral puertorrealeño. Estas características, elevación y visibilidad, le convierten en un lugar óptimo para el asentamiento humano y para la existencia, por tanto, de vestigios arqueológicos.
Tras el vértice, nuestro siguiente punto de interés es la impresionante Hacienda de San José también conocida por Coto Tejera.
La construcción está muy transformada. Está datada en 1904 gracias a una inscripción, aunque esta fecha pudiera corresponder a una remodelación posterior. Su abandono sucedió en la década de 1980, habiéndose agravado su estado desde entonces.
Al cortijo se accede por un camino de tierra flanqueado por filas de palmeras, presenta una estructura cerrada en U con un patio en torno al que se desarrollan las funciones residenciales. Las dependencias agrícolas, granero, estancia y cuadras se abren al exterior. Tiene una importante vegetación ornamental, sobre todo de palmeras
Destaca el granero, primitivo salón, de amplias dimensiones, cubierta a dos aguas y apoyos interiores. Aparecen estilemas neomedievalistas en la capilla y en el torreón de dos plantas del señorío. La capilla con rasgos neogóticos y bóveda apuntada, se dispone a espaldas de la edificación. Resultan singulares los recercados de huecos y la balaustrada del señorío de relieves decorativos modulares de piedra artificial.
Desde la hacienda ya vemos la Noria de Autrán a la que nos dirigimos.
Se trata de una noria que formaba parte de una explotación agraria implantada a mediados del siglo XVIII por el ingeniero y constructor naval de origen francés Ciprián Autrán, director del Arsenal de la Carraca, explotación que estaría compuesta al menos por una cortijada, un complejo aceitero y la noria.
La noria, que aún conserva su pozo y el arranque del acueducto que llevaría el agua al ingenio aceitero, los cultivos y la casa, constituye un excelente ejemplo de noria de sangre, con pocos paralelos en nuestro territorio.
Su estructura se compone de un vaso principal y de 14 contrafuertes levantados para su sujeción. En cuanto a sus dimensiones posee un diámetro de 11 metros con una altura de entre 3 y 5,50 metros.
El cortijo de Autrán fue ocupado entre los años 1810 y 1812 por las tropas napoleónicas que se asentaron en Puerto Real, fortificándose tanto el cortijo como la propia noria, jugando estas edificaciones un papel militar importante como punto de control del territorio por parte del ejército francés.
El cortijo sería destruido entre fines de 1812 y comienzos de 1813 tras la retirada de las tropas francesas para evitar ulteriores ocupaciones militares, tareas de derribo de la que se libró la noria. Tanto el cortijo, del que se conservan algunas estructuras, como la propia noria se edificaron en el siglo XVIII sobre un antiguo asentamiento romano relacionado con la producción anfórica, yacimiento que abarca una cronología desde el siglo I a.C. al siglo II d.C.
Y ya desde la Noria, emprendemos el último tramo de esta interesante ruta por los senderos del Pinar del Almendral y la Pinaleta de Derqui, pulmón verde en la población gaditana de Puerto Real, el cual reúne a una maravillosa masa de pino piñonero, mezclado con pino carrasco. Este lugar también es rico en coscoja, sotobosque de lenquisco, majuelo y plantas de tomillo. También se pueden observar algunos algarrobos bicentenarios.
Waypoints
Cantera de Los Barreros
Vestigios de la actividad humana son los conocidos «barreros», canteras de extracción de arcillas explotadas hasta mediados del siglo XX. Estos «barreros» probablemente hayan sido un lugar tradicional de aprovisionamiento de barro para las alfarerías de la zona ya desde la antigüedad. De hecho, en las cercanías, en las proximidades del Almendral podemos encontrar un antiguo horno romano casi derruido y mucho más abajo, en el Puente Melchor, se encontró una necrópolis y restos de calzada romana. No sería de extrañar por tanto que de esta misma cantera se exportara arcilla para otros hornos gracias a la proximidad de la calzada romana. Se ha ido extrayendo arcilla de los Barreros hasta el punto de llegar al nivel freático y constituirse de forma natural en una laguna.
Cantera de Galeto
Tiene en su interior una importante escombrera de material romano en superficie, junto a los restos de una estructura que ha sido seccionada en su perfil.
Alfar de Los Valencianos
Este yacimiento del Olivar de los Valencianos es un complejo alfarero que fue descubierto por Maria Josefa Jiménez Cisneros, llegando a tener tres intervenciones arqueológicas. Está datado entre el siglo I a.n.e y el siglo II d.n.e y es uno de los yacimientos aún hoy visibles que mejor conserva sus estructuras. Construido a base de los testae o fragmentos de ánforas de mala cochura, está excavado en el suelo con idea de preservar el máximo de calor. Producía cerámica doméstica de cocina como ollas, cuencos, jarras etc. También, para el almacenaje, se fabricaban recipientes como dolia. Era un recipiente de barro extremadamente grande, usado para almacenar y transportar alimentos. Se forraban con brea o cera para albergar o procesar alimentos líquidos y sólidos. Para el transporte se fabricaban ánforas. Las ánforas producidas en el actual territorio de Puerto Real servían para transportar vino y salazones a otros lugares del Imperio romano; en Roma, en el Monte Testaccio, se han hallado restos de ánforas producidas en Puerto Real.
Hacienda San José
Esta hacienda es también conocida como Coto Tejera. La construcción está muy transformada. Está datada en 1904 gracias a una inscripción, aunque esta fecha pudiera corresponder a una remodelación posterior. Su abandono sucedió en la década de 1980, habiéndose agravado su estado desde entonces. Al cortijo se accede por un camino de tierra flanqueado por filas de palmeras, presenta una estructura cerrada en U con un patio en torno al que se desarrollan las funciones residenciales. Las dependencias agrícolas, granero, estancia y cuadras se abren al exterior. Tiene una importante vegetación ornamental, sobre todo de palmeras Destaca el granero, primitivo salón, de amplias dimensiones, cubierta a dos aguas y apoyos interiores. Aparecen estilemas neomedievalistas en la capilla y en el torreón de dos plantas del señorío. La capilla con rasgos neogóticos y bóveda apuntada, se dispone a espaldas de la edificación. Resultan singulares los recercados de huecos y la balaustrada del señorío de relieves decorativos modulares de piedra artificial.
Noria de la Casa de Autrán
Se trata de una noria que formaba parte de una explotación agraria implantada a mediados del siglo XVIII por el ingeniero y constructor naval de origen francés Ciprián Autrán, director del Arsenal de la Carraca, explotación que estaría compuesta al menos por una cortijada, un complejo aceitero y la noria. La noria, que aún conserva su pozo y el arranque del acueducto que llevaría el agua al ingenio aceitero, los cultivos y la casa, constituye un excelente ejemplo de noria de sangre, con pocos paralelos en nuestro territorio. Su estructura se compone de un vaso principal y de 14 contrafuertes levantados para su sujeción. En cuanto a sus dimensiones posee un diámetro de 11 metros con una altura de entre 3 y 5,50 metros. El cortijo de Autrán fue ocupado entre los años 1810 y 1812 por las tropas napoleónicas que se asentaron en Puerto Real, fortificándose tanto el cortijo como la propia noria, jugando estas edificaciones un papel militar importante como punto de control del territorio por parte del ejército francés. El cortijo sería destruido entre fines de 1812 y comienzos de 1813 tras la retirada de las tropas francesas para evitar ulteriores ocupaciones militares, tareas de derribo de la que se libró la noria. Tanto el cortijo, del que se conservan algunas estructuras, como la propia noria se edificaron en el siglo XVIII sobre un antiguo asentamiento romano relacionado con la producción anfórica, yacimiento que abarca una cronología desde el siglo I a.C. al siglo II d.C.
Pinaleta de Derqui
La Pinaleta de Derqui es un pulmón verde en la población gaditana de Puerto Real, el cual reúne a una maravillosa masa de pino piñonero, mezclado con pino carrasco. Este lugar también es rico en coscoja, sotobosque de lenquisco, majuelo y plantas de tomillo. También se pueden observar algunos algarrobos bicentenarios.
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