Parque Nacional Timanfaya

Las Montañas del Fuego son el insólito resultado de las erupciones en el sur de Lanzarote en los siglos

XVIII y XIX. Todo un espectáculo de cráteres rojos, coladas de lava y paisajes lunares que reflejan el arder de la tierra y su fuerza incontrolable.

Sus 200 kilómetros de extensión forman parte del Parque Nacional de Timanfaya, donde puede contemplarse una de las mayores actividades de vulcanismo del mundo, tanto por la inmensa cantidad de materiales arrojados por el fuego, como por su espectacular duración: seis años entre 1730 y 1736 donde las entrañas de la isla no dejaron de rugir.

Alzado sobre la tierra se encuentra el Islote de Hilario, desde el que se observa un mar de lava de 25 cráteres que impacta al viajero al igual que lo fascina, pues a pesar de lo abrupto y sobrecogedor del panorama, pocos lugares del mundo contienen tanta energía latente y dormida.

Impresionado ante la belleza volcánica, César Manrique ideó la Ruta de los Volcanes, un recorrido de unos 14 kilómetros a lo largo del núcleo principal de las erupciones donde el visitante puede ver una gran concentración de cuevas, cráteres, mantos de lava e impresionantes malpaíses desde una guagua acondicionada para atravesar las paredes volcánicas de este conmovedor paisaje lunar.

Así mismo, Manrique dio rienda suelta a su imaginación dando vida al restaurante El Diablo, un espacio gastronómico vivo e imponente que se mimetiza con el entorno, realzando aún más su interés turístico, artístico y cultural. Y mientras su famoso horno se sirve del propio calor de la tierra para una deliciosa comida a la brasa, a diez metros bajo nuestros pies la profundidad alcanza casi 300 grados de temperatura, una fuerza que se desliza hacia la superficie y se puede contemplar a través de una serie de demostraciones termodinámicas inolvidables.

Hacemos la ruta turística en Bus y obligatoria para ver esta maravilla de la naturaleza. También se puede hacer parte de ella en camello, pero nos dió pena.

Una carretera adaptada para los vehículos autorizados y con un mínimo impacto en este ecosistema permite ser recorrida durante algo más de 10 kilómetros para quedar fascinado por uno de los acontecimientos naturales más espectaculares e impactantes del mundo terrestre.

Chimeneas, casadas de lava ya solidificada, laderas con lapilli, cráteres semi hundidos y resquebrajados protagonizan esta ruta diseñada por los especialistas del ecosistema.

Existen tramos donde impresionan las alturas y terraplenes por donde se cuelga el autobús o guagua, como dicen en las islas.

En los lugares más pintorescos, la guagua se detiene un minuto para dejarnos ojo pláticos

Después de terminar este pequeño tour, nos acercamos a la demostración del calor que emana del interior aún a la superficie con la quema de aliagas y del chorro de vapor que sale a presión tras arrojarte agua al interior de un tubo metálico.

Ruta turística impactante e imprescindible si se está el Lanzarote.