Parque Natural de Cornalvo

El Parque Natural de Cornalvo es el segundo Parque Natural, tras Monfragüe, de la Red de Espacio Protegidos de Extremadura. Declarado en 1993, la importancia de Cornalvo queda subrayada por estar reconocido también como Zona de Especial Protección para las Aves, en virtud de la Directiva de Aves (1979) y Lugar de Importancia Comunitaria, según la Directiva de Hábitats (1992).
Con una superficie total de 11.601 hectáreas, el Parque se ubica casi en el centro geográfico de Extremadura, a medio camino entre las sierras de San Pedro y Montánchez y las Vegas del Guadiana.
El protagonismo ecológico y paisajístico de Cornalvo reside en la abundancia y extensión de sus paisajes adehesados característicos, con una amplia diversidad de encinares y alcornocales.
Sobre el perfil de las dehesas destacan los relieves de Sierra Bermeja y Sierra del Moro, donde se alcanzan la máxima altitud en los 546 metros del Pico Terrero.
Con una interesante vegetación ribereña asociada, otro elemento destacado de los ecosistemas y el paisaje de Cornalvo es su extensa red hidrográfica integrada por ríos como el Aljucén o el Albarregas, además de multitud de arroyos secundarios como el Arroyo de La Fresneda o el de Las Muelas.

Uno de los elementos más representativos del Parque es la Presa Romana de Cornalvo, que pese a su antigüedad sigue siendo utilizada en la actualidad para el abastecimiento de agua a varios municipios. La forma de cuerno del embalse visto desde arriba y las blancas aguas del Río Albarregas, que nacen bajo la presa, sugirieron a los Romanos denominar a este lugar como "Cornus Albus" ("Cuerno Blanco"), derivando estas raíces latinas hasta su nombre actual, Cornalvo.
Originalmente el embalse fue construido para abastecer de agua a la ciudad romana de Emérita Augusta (actual Mérida) y disponía de una galería principal de 25 km. de longitud para transportar el agua. En 1912, la Presa Romana de Cornalvo fue declarada Monumento Nacional por su importancia y excelente estado de conservación.

Además de la Presa existen otros restos romanos en la zona, como conducciones subterráneas de agua, fuentes, villas, calzadas, puentes, puestos de vigilancia, etc.

A diferencia de otros embalses, el de Cornalvo no recibe el agua directamente de ningún río, sino que se llena desviando el agua desde el Embalse de las Muelas, por un canal romano que se conserva en la actualidad, aunque reformado.

El parque tiene diseñadas varias rutas dentro de su entorno, son rutas pequeñas preparadas para familias que suelen visitar el parque los domingos.

A nosotros nos vienen cortas por lo tanto vamos a realizar una que uniendo otras llegaremos a la parte mas emblemática del Parque (que hasta es posible llegar a su entorno en coche) “Paraje natural del Rugidero” lugar bucólico que de tener la suerte de que tenga agua es una pasada para los sentidos. No obstante, si nos encontramos con fuerzas y ganas de continuar, podríamos seguir a descubrir para muchos otros rincones idílicos. El bocadillo de tener buen tiempo en cualquier lugar podríamos disfrutarlo