PASARELAS DE MONTFALCÓ Y ERMITA DE SANTA QUITERIA. 02 OCT 2021.

Escribimos en Google Maps, el cómo llegar al albergue de Montfalcó, y la aplicación nos llevaba por la localidad de TOLVA. Una vez en esta localidad encontramos un indicador que advertía de que el acceso por aquí es solo apto para 4x4. Preguntamos en el pueblo y allí nos informaron de que este era el camino antiguo, y que el acceso actual “arreglado” es desde VIACAMP.
Así que fuimos a VIACAMP donde encontramos el camino perfectamente indicado. Las pista tiene una longitud de unos 15 kms, por lo que se tarda entre 30 y 40 minutos en recorrerla. En un corto y primer tramo está asfaltada hasta el desvío hacia el castillo. Desde aquí se encuentra compactada en tierra con algunos tramos con grandes baches. Unos 6 kms más adelante, la pista ha sido recientemente asfaltada, pero a falta de 3 ó 4 kms vuelve a estar compactada en tierra y con baches aún más considerables. Toda ella está limitada a 20 por hora, es una pista con cada vez más tránsito y la debemos de cuidar entre todos, no solo la pista, sino todo el entorno, de hecho, al regreso nos encontramos con un bonito ejemplar de zorro que estaba sentado tranquilamente en medio de la pista, seguramente acostumbrado a que algunas personas le arrojen algún tipo de comida… en fin.
A mitad de camino (o pista) pasamos junto a las ruinas del pueblo de L’ESTALL que en 1940 contaba con 101 habitantes, hoy sin embargo está totalmente despoblado.
Por fin llegamos al aparcamiento que está cerca del albergue de MONTFALCÓ. Este albergue se encuentra en la única casa (casa Batlle) que queda en pie en la ya inexistente localidad del mismo nombre, un pueblo que contaba con tan solo 6 casas.
Aquí iniciamos la ruta, para ello tomamos dirección SE hacia el albergue, unos 300 mts.
Desde aquí seguimos de frente a lo largo de otros 600 mts por una senda de frondosa vegetación. Vamos ascendiendo poco a poco hacia la ermita de SANTA QUITERIA y SAN BONIFACIO. Esta joya del románico aragonés, encaramada sobre una cresta rocosa, desafía al vacío actuando como balcón natural. Desde aquí obtuvimos unas impresionantes panorámicas del embalse de Canelles, del río Noguera Ribagorzana y de las paredes meridionales del Montsec de L’Estall y d’Ares y hacia la entrada sur del congost de Mont-rebei. La ermita –restaurada por el Gobierno de Aragón en 1996– data del siglo XI y consta de planta rectangular irregular, bóveda de cañón y una bella ventana geminada de tradición lombarda.
Regresamos hasta el albergue. Y ahora sí, tomamos dirección NE por lo que realmente es el “Camino Natural de Montfalcó al Congost de Mont-rebei“. Un itinerario, muy bien señalizado, de unos 4 kilómetros hasta el puente colgante que salva los 35 metros que separan las dos orillas del embalse de Canelles, el cual recorre una de las zonas más atractivas del valle del río Noguera Ribargorzana, frontera natural entre Aragón y Cataluña.
Los primeros 600 mts hasta la fuente de Montfalcó y antiguo lavadero del pueblo, coinciden con un paseo botánico postes de madera que aportan información sobre la fauna y flora del lugar.
Desde la fuente, donde hay una especie de área recreativa, el camino natural continúa hacia el barranco de la Tartera, recuperando el trazado del camino tradicional que servía de acceso a los terrenos cultivados de la localidad, hoy perdidos por el paso del tiempo y por los trabajos de repoblación forestal llevada a cabo en los años 60 del siglo pasado.
El camino continúa bajando sinuosamente entre el pinar, en algunos tramos han colocado unos banzos con maderos que sujetan el terreno por arriba, pero que se van deshaciendo por abajo, e forma que cada cada vez son más grandes.
Así llegamos a la primera pasarela, anclada sobre la pared de roca, por la que empezamos a ascender. Se suben en zig-zag. Son 139 escalones y un desnivel de ascenso de 33 mts. Las pasarelas son muy estrechas. Solo se puede pasar en fila de uno, pero hay zonas de descanso donde amplía el espacio. Allí es donde se deja pasar a los que vienen de frente, a los que van más rápido o, simplemente, se para, descansa y regala la vista. Según vamos subiendo las vistas son sorprendentes, espectaculares y sobre todo vertiginosas. Las pasarelas son de madera y van sujetas con vigas de hierro a la pared, a su vez cuentan con unas cuerdas de acero sujetas a postes de madera. Estas pasarelas pueden ser complicadas para quienes padezcan de vértigo, pero si no es así, se suben fácilmente. Quizá sea más duro (por rompepiernas) el sendero escalonado y con mucha piedra suelta que hemos pasado anteriormente y el que vamos a pasar hasta llegar a la siguiente pasarela.
Superada la primera pasarela, el trazado continúa ascendiendo hasta otra pared rocosa que bordeamos para después descender hasta los pies de la segunda pasarela, más alta y más espectacular. En esta segunda pasarela, en algunos tramos la mochila choca con la pared y hay que agacharse o pasar de lado. Estas pasarelas tienen 159 escalones y un desnivel de 50 mts.
Una vez arriba las vistas de nuevo son espectaculares. Desde aquí ya se consigue ver el puente colgante que une Huesca y Lleida sobre el Congost de Seguer. Lo suyo es bajar el sendero que está trazado de manera escalonada hacia puente colgante que salva los 35 metros que separan las dos orillas del embalse.
Pero nosotros desde aquí decidimos regresar por el mismo camino hacia el albergue de Montfalcó.
La ruta, aunque algo exigente, es espectacular por la curiosidad que ofrecen las propias pasarelas y sobre todo por las extraordinarias vistas sobre las aguas turquesas del embalse de Canelles, con las piraguas y kayaks navegando por el embalse y salpicándolo todo de color.
Dicen que otoño y primavera son las estaciones ideales para disfrutar de este paraje. Especialmente en otoño, la paleta de colores rojizos, ocres y verdes apagados es cautivadora. En verano el calor puede llevar a ser muy sofocante y salvo en la fuente cercana al albergue no hay ningún otro sitio donde coger agua.

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