Paseando por el pantano de los Becerriles, o no

Lo que puede parecer una quimera, podría ser una realidad si se hubiera construido un proyecto de los años veinte del siglo pasado. Del que se llegó a publicar un estudio previo sobre impermeabilidad del terreno en la revista Ingeniería y Construcción de Junio de 1925.
Se construiría en el estrecho a la salida de los Becerriles, en una curva que hace el barranco Hondo al rodear el monte del Mas Quemado.
Constaría de una presa de 70 m. de altura, que podría embalsar 24 Hm cúbicos y ocuparía mas de 80 ha. Anegaria hasta la cota 1430 engullendo Casa del Vaquero. Mucho mayor que cualquiera de los que hay ahora en la comarca.
Como no se construyó podemos hacer esta ruta por los cauces de varios barrancos que se hubieran visto represados.
El recorrido parte del Collado del Buey, en la puerta de la ermita de San Miguel. Desde allí cogemos el Camino de Linares (PR TE 29) hasta llegar cerca del cauce del barranco de las Barracas. Dejamos el camino para seguir los prados por las terrazas mas próximas al bosque hasta llegar al cañón.
Para entrar al cañón hay que hacerlo por una trocha a la derecha y que tras pasar un cable va bajando al barranco.
Este cañón hasta los Becerriles es encantador y además lleva agua de forma permanente; por lo que hay ir sorteándola, cambiando continuamente de vertiente buscando el mejor paso. Es un tramo refrescante y entretenido, donde recibe al barranco del Masecillo formando una pequeña pero tentadora poza.
Acaba desembocando en el barranco Hondo poco antes de llegar al Fortuño, donde recibe al barranco del Becerril.
Ahora seguimos el camino acompañando al barranco Hondo hasta la cuesta donde sube al Mas Quemado. Tomamos un camino que sigue el barranco y se introduce en el estrecho.
La trocha aparece y desaparece a uno y otro lado del cauce, pero es fácil de seguir.
Al llegar al estrechamiento donde se iba a construir la presa hay que pasar con cuidado utilizando una repisa a la derecha o mojándose.
Poco después de la curva llegamos a la zona donde sale el camino que sube al Mas Quemado, remontando los verdes prados hoy moteados de blancas vacas.
Tras la Masía tomamos el camino que sigue un tendido eléctrico remontando el barranco del Vaquero o de las Manaderas.
Cuando estamos delante de un paredón, bajamos al barranco para tomar el camino viejo de Mora o senda del Mas Quemado. Sube haciendo lazadas (revueltas como las llaman aquí) remontando un barranco hacia la zona de las Olas, donde nos acercaremos a la fuente del Fortuño. Cuesta encontrar la senda al principio, pero cuando se pilla la traza está bastante clara. Al llegar a un rellano hemos abandonado la senda para seguir el barranco pensando que nos llevaría al camino del Fortuño. Pero se iba demasiado a la izquierda y lo hemos abandonado para seguir monte a través hasta llegar al camino.
Seguimos un desvio que no aparece en los mapas que nos lleva a la fuente.
Rodeamos la cabecera del barranco para sortear un salto hoy seco y después seguimos bajando por el lecho, buscando los mejores pasos.
Este barranco sin nombre acaba en el de la Escarihuela en una curva del camino que baja a los Becerriles.
Seguimos el camino paralelo al barranco hasta una zona donde se separa y sube; donde continuamos por el barranco. Este tramo es el mas dificultoso por la pendiente y por dos saltos que hay que sortear dejándolos a nuestra derecha.
Volvemos a salir al camino para seguirlo hasta llegar al barranco del Becerril que cruzaremos.
Seguimos su cauce al principio y salimos al camino para evitar una zona que suele estar encharcada.
Tras pasar la calleja que baja del Mas del Becerril al barranco dejamos el camino para seguir los prados. Hay que seguir las terrazas herbosas para evitar las zonas anegadas.
Dejamos el barranco para remontar los prados entre las Masias de la Valle Alta y de la Torre para salir al camino por donde regresaremos al Collado del Buey.
La dificultad de la ruta se debe a los largos tramos por los barrancos en su mayoría con agua. Aunque las verdaderas dificultades están en el barranco que baja de la fuente del Fortuño y el de la Escarihuela. Este es un completo recorrido por una serie de modestos pero encantadores barrancos, que en esta época llevan agua.