Paseo por el Campo de Béjar

Un paseo sencillo por el Campo de Béjar. Iniciamos el recorrido desde la pintoresca Ermita de San Pedro, junto a la que hay una singular caseta con un cañón que apunta directamente al cielo. Se trata de un cañón antigranizo, de los que hay varios por la comarca. Literalmente disparaba un cañonazo con la intención de disolver nubes poco oportunas para la cosecha.

Tomamos el camino de tierra delante de la ermita y que nos lleva a la Casa de los Frailes, entre aperos agrícolas. Aquí nos incorporamos al GR 7.2 por un brevísimo trecho. Entre campos de lavanda descendemos suavemente hacia La Pava, con la silueta de la Sierra de Enmedio dominando el paraje.

Sin embargo no llegaremos a las casas, sino que nos desviaremos a la derecha por un sendero paralelo a la Rambla de las Buitreras, algo difusa en este punto, pero que se define en los próximos metros.

Llegaremos a una chopera que delata la presencia de agua en el cauce de la rambla, que acompañaremos unos minutos más antes de vadearla y salir a la RM-703 para cruzarla y tomar, justo enfrente, un camino de tierra paralelo a la carreterilla de las Casas de las Eras.

Enfilamos en dirección a la Sierra del Frontón. El primer tramo del camino carece de sombras, pero acaba por entrar en el pinar de la falda de la sierra. Admiramos su cara sur, de aspecto hostil, escarpada y repleta de formaciones rocosas que, como un erizo, parece disuadir a quien quiera atacarla por esta vertiente.

Nuestro paseo no lo pretende ni por asomo. Con toda tranquilidad, el camino nos conduce a sus estribaciones hasta cruzar una rambla y dar la espalda a la sierra. Empieza un descenso tan leve como lo ha sido la pendiente de subida, y no tardamos en arribar a las ruinas del Cortijo de Cañete.

Aquí giramos 90° a la izquierda para salir a un camino asfaltado, donde tomamos a la derecha. Ya tenemos a la vista la Ermita de San Pedro junto al cañón. Ha sido un paseo breve que quizás convenga reservar para julio, cuando la lavanda está en su cénit.