Paseo por la corta de la mina de los Frailes-río Agrio. Aznalcóllar

Bonito y fácil paseo (excepto una subida con suelo rocoso) desde los aparcamientos de inicio del corredor verde del Guadiamar hasta la parte alta de la mina a cielo abierto (corta) de los Frailes, donde se puede ver su extensión y el azul turquesa del agua embalsada, producto de las sales sulfurosas de cobre, entre otras, del mineral de la zona. El primer mirador ha quedado clausurado al ampliar la valla perimetral de la mina, sacándola unos metros al exterior; eso supone tener que subir al cerro para desde allí, en una plataforma con balizas roja y amarilla -que asemeja un vértice geodésico- y unos metros más adelante junto al cerramiento, contemplar toda la corta, parte de la cuenca minera y, hacia el Sur, poblaciones del Aljarafe.
Se pasa por zona de ganado vacuno, manso aunque alguno con mirada taimada, junto al río Agrio y por un puentecillo del antiguo del ferrocarril minero; junto a él, una trocha nos facilita bajar a la rivera, hoy con poco caudal, pero que tenía flotantes masas de "ranunculus aquatilis" (una suerte de preciosas margaritas acuáticas). Para otro día, ha quedado por explorar parte del cauce el Agrio, aunque curso arriba se veía rocoso y la mejor bajada la tenía de hábitat la vacada (no era plan de importunar más; por si las moscas, que hace unas semanas, ganado bravo cerca de allí, extramuro de su finca, corneó a senderistas).
De regreso al aparcamiento -tras pasar bajo una barrera y cruzar la carretera de Gerena a Aznalcóllar- encontramos restos del arranque de la arcada de un acueducto romano que abastecía a la ciudad de Itálica (tenía 35 Km de longitud). A pocos metros, un vado junto al puente de la carretera nos deja llegar al cauce, ahora seco en esta zona, del Agrio donde emergen lo restos de las pilastras del acueducto, que tras 2000 años, el río con sus crecidas y fuerza erosiva aún no ha hecho desaparecer del todo el "opus caementium".
Si este paseo resultara corto para un senderista que se precie, se invita a volver unos kilómetros hacia Gerena, donde junto a un puente y con señalización, se puede bajar a la rivera del Guadiamar (aparcar en la zona, bajo el puente, que es precisamente donde el toro bravo acometió a peripatéticos senderistas) para remontarlo por su rivera izquierda y luego cruzar a la derecha (donde aparece un murete) para ir viendo restos de dos aceñas hasta llegar unos 3 Km río arriba a una antigua presa, que la prudencia no aconsejó subir o trepar. VIDE mi ruta –-> https://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=69450802